La consecución de esta hazaña en Tancítaro resalta la importancia de extraer lecciones valiosas de su experiencia, siendo un municipio con más de 33 mil habitantes en 80 comunidades. Al analizar este caso, emergen 10 aprendizajes fundamentales, los cuales poseen relevancia crucial para un país que enfrenta con urgencia la necesidad de construir la paz en diversas localidades.
1. Replegar a los grupos delictivos del municipio: se realizó una acción coordinada con otros ciudadanos y autoridades comprometidas con la seguridad para limpiar
la zona. La clave fue la coordinación de las fuerzas de seguridad y la participación de la ciudadanía.
2. Construcción de la red territorial ciudadana: se replegaron a los grupos delictivos y se dejó un vacío que fue tomado por la propia ciudadanía por medio de 80 casetas de vigilancia en todo el territorio municipal. Cada caseta conformó grupos para el cuidado del territorio usando las estructuras barriales existentes en el municipio.
3. Construcción de una nueva policía: se necesitaba renovar la confianza en sus instituciones locales de seguridad, por eso se destituyó a la policía municipal, que estaba coludida con los grupos delictivos, y se conformó el Cuerpo de Seguridad Pública de Tancítaro (Cusept) con filtros por parte de la comunidad.
4. Instalación de un sistema de comunicación: se instalaron antenas en puntos estratégicos para tener comunicadas a todas las comunidades y se adquirieron radios para todas las familias. Las emergencias se responden de manera estratégica. Las principales armas en Tancítaro para construir la seguridad han sido la organización comunitaria y el sistema de radios.
5. Construcción de instancias de coordinación: fue fundamental la articulación de las fuerzas de seguridad y la ciudadanía; por este motivo se conformaron consejos diversos para evaluar la seguridad, definir estrategias y dar seguimiento. Además, estas instancias sirven de atención a los conflictos para que no deriven en violencia.
6. Institucionalizar el protagonismo de la comunidad: el cabildo municipal declaró el 16 de noviembre como el día de la comunidad para reconocer que la seguridad se debe a la participación de todos los ciudadanos y su colaboración con las fuerzas de seguridad local. Ese día se hace un reconocimiento público a las personas que cuidan las casetas de vigilancia y otro reconocimiento a las policías municipales y estatales que trabajan de manera coordinada.
7. Se impulsó la memoria de las víctimas de la violencia: cada año que se celebra un aniversario de la paz en Tancítaro se hace memoria de las personas que fueron asesinadas o desaparecidas en el municipio entre 2006 y 2013, que se calcula fueron unas 3 mil. Esa memoria mantiene vivo el compromiso de cuidar las familias y su territorio.
8. Se impulsó un sistema de valores orientadores: cada caseta de vigilancia tiene una imagen religiosa que recuerda el horizonte de paz y la importancia del cuidado para construir la paz. Son símbolos que ayudan a la unidad del pueblo.
9. Articulación de todos los actores sociales: cada aniversario se busca la articulación de todos los actores sociales para recordar que sólo unidos se puede lograr la paz. Un ejemplo de ello es que la principal celebración del aniversario, en estos tres últimos años se ha hecho con la participación de todas las comunidades, todas las instituciones y todas las parroquias del municipio en un mismo espacio.
10. Coordinación con la Guardia Nacional: recientemente ha existido una mayor comunicación con la Guardia Nacional para dar a conocer la forma de organizarse en el municipio y definir la articulación con esta institución.
Estas lecciones adquieren una relevancia crucial en el contexto actual del país, donde la preocupación central radica en el control territorial ejercido por grupos delictivos. Uno de los vacíos más evidentes se encuentra en la ausencia de coordinación y estrategias locales para reconstruir la institucionalidad necesaria en pos de la construcción de la paz.
En la celebración anual de Tancítaro, la colaboración entre la ciudadanía, líderes comunitarios, párrocos, productores de aguacate, la policía y el gobierno municipal se manifiesta a través de eventos conmemorativos. Estas iniciativas no sólo buscan expresar gratitud, sino que también subrayan la posibilidad real de alcanzar y mantener la paz mediante esfuerzos conjuntos. La paz es posible.
*Sacerdote jesuita, encargado del Sector Social de la Compañía de Jesús en México