Aumenta el asedio al único hospital que funciona en el norte de la franja
Jerusalén.
Al menos 167 personas, incluidos dos periodistas, murieron ayer por los incesantes bombardeos del ejército de Israel contra la franja de Gaza, horas antes de la entrada en vigor de un alto el fuego pactado con la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, que también contempla la liberación de rehenes y presos.
Fuentes médicas citadas por la agencia palestina de noticias Wafa indicaron que al menos 41 personas fallecieron y decenas resultaron heridas tras una serie de ataques aéreos en el centro de la franja. Otros 40 decesos se reportaron en la ciudad de Gaza, de acuerdo con el mismo reporte.
Entre las víctimas se encuentra el reportero Muhamad Nabil Zaq, en el barrio de Al Shujaiya, mientras su colega Asem Barsh fue abatido en el barrio de Al Saftaui.
En la zona central del enclave, un ataque con bomba en el campo de refugiados de Al Nuseirat mató a nueve personas, además de que varios edificios de la ciudad de Deir al-Balah fueron arrasados.
En el norte del enclave, 60 personas fueron ultimadas en bombardeos sobre el campo de refugiados de Jabaliya y sus alrededores, reportó el diario británico The Guardian. Riyad al-Maliki, ministro palestino de Asuntos Exteriores, precisó durante una visita a Londres que 52 de estas víctimas eran de la familia Qadoura, desde el abuelo hasta los nietos
.
Los combates continuaron alrededor de los hospitales Indonesio y Kamal Adwan, ambos en la zona norte de la franja, en medio de los llamados del ejército israelí a evacuar con la finalidad de que puedan incursionar ante la supuesta actividad de militantes de Hamas.
En el nosocomio Kamal Adwank, de Beit Lahiya, el único en funcionamiento en esta zona, el director, Ahmed Kahlout, manifestó a la cadena catarí Al Jazeera que los bombardeos van en aumento en las proximidades del hospital
.
Otro ataque aéreo durante la noche alcanzó un edificio residencial en la ciudad sureña de Jan Yunis, lo que dejó 17 víctimas mortales, denunció Ahmad Balouny, familiar de un fallecido. Un periodista de la agencia noticiosa Ap vio los cuerpos de dos niños cuando eran sacados de entre los escombros.
En las afueras de esta urbe trabajadores cavaron una fosa común para enterrar 111 cadáveres que las autoridades israelíes entregaron después de que las tropas los sacaron del hospital Al Shifa y de otras partes del norte de Gaza. El ejército se llevó los cuerpos aparentemente para realizar análisis de ADN en medio de la búsqueda de rehenes tomados por Hamas el pasado 7 de octubre durante su ofensiva en el sur de Israel.
El ejército de Tel Aviv recalcó que sus fuerzas siguen operando
a la espera de que entre en vigor el alto el fuego vinculado al acuerdo para la liberación de 50 rehenes a cambio de una tregua de cuatro días en el enclave y la excarcelación de al menos 150 presos palestinos.
El alto el fuego debía comenzar este jueves, pero anoche el asesor de Seguridad Nacional de Israel, Tzachi Hanegbi, anunció que ni la tregua ni la liberación de los rehenes se llevarían a cabo antes del viernes y hubo pocas señales de una desaceleración en los combates. Las fuerzas de Israel aclararon que lo que se aplicará, según su terminología, es una pausa operacional
, y no un alto el fuego, como lo han denominado las demás partes involucradas en el pacto.
Durante esta jornada el Ministerio de Justicia de Israel publicó una lista de 300 reos y detenidos palestinos que podrían quedar libres con base en el acuerdo alcanzado con Hamas. La mayoría son adolescentes arrestados en el último año por delitos relativamente menores como el lanzamiento de piedras.
De los 300 detenidos, 49 son miembros de Hamas, 60 de Fatah, el partido del presidente de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania, y 17 pertenecen al Frente Popular para la Liberación de Palestina. El gobierno no especificó la afiliación de los demás.
El premier israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó que su gobierno añadió una cláusula en el acuerdo para permitir que la Cruz Roja pueda visitar a las personas secuestradas por Hamas que no sean liberadas.
En Cisjordania siete palestinos murieron por disparos israelíes en el campamento de refugiados de Tulkarem.