La imagen de la fotografía retrata a una bebé siendo amamantada del pecho moreno de su madre, la cabecita de una niña con una arracada de oro y una camisola con los puños bordados; se percibe que la madre porta un rebozo.
De acuerdo con mi investigación, se trata de una impresión de Madre con bebé en Tehuantepec, de 1929, que fue publicada en la revista alemana AIZ (Arbeiter Illustrierte Zeitung-El periódico ilustrado de los trabajadores), de corte evidentemente socialista, en 1930.
La mujer de la foto, doña Luz Jiménez, fue una intelectual mexicana, indígena nativa de Milpa Alta, promotora del náhuatl; fue modelo tanto en la Academia de San Carlos, como, posteriormente, en La Esmeralda, y de varios artistas, entre ellos Diego Rivera y el escultor José María Fernández Urbina, a quien posó para la realización de la conocida Fuente de los cántaros, en el parque México de la colonia Condesa. Cabe mencionar que doña Luz trabajó y vivió durante algún tiempo en la Casa Azul de Frida Kahlo. Jean Charlot y Anita Brenner fueron los padrinos de su hija Conchita, posiblemente la modelo de esta famosa fotografía.
La galería Kahlo-Coronel, que fue centro de reunión de fotógrafos nacionales e internacionales, como Gerardo Suter, Salvador Lutteroth, Jesús Sánchez Uribe, Agustín Estrada y Carlos Somonte, entre otros, cerró sus puertas en 1991, debido a un incremento en la renta y con un mes de plazo para desocupar el inmueble. Juan Coronel y Cristina Kahlo se dividieron la obra para devolverla a los artistas o sus dueños; mi madre murió prematuramente y Cristina resguardó la foto durante tres décadas.
Años atrás supe por mi padre, Carlos Payán, que Cristina Kahlo tenía una foto suya, pero no fue sino hasta hace unos meses que asistí con Livma Zacarías, mi compañera, quien ya conocía a Cristina Kahlo, a la develación de un timbre postal por los 50 años de la Casa Azul de Frida Kahlo. Al presentarnos, lo primero que me dijo Cristina fue: Tengo una foto de tus padres
. Después nos visitó en la casa-taller y en un gesto honesto, y sumamente generoso, nos hizo entrega de la misma.
Ante la incógnita, la sorpresa y la curiosidad busqué a la reconocida y muy querida fotógrafa Graciela Iturbide, quien como es bien sabido, fue discípula de don Manuel Álvarez Bravo; ahí coincidí con Aurelia Álvarez Urbajtel, hija de don Manuel y actualmente coordinadora y directora de su casa-estudio, donde se resguarda y exhibe el enorme y fantástico acervo de su padre. Entre otros datos sumamente valiosos y deslumbrantes, descubrimos que la imagen es, además, una impresión vintage, hecha en la época original, sobre un papel aperlado marca Kodak que ya no se produce; obviamente, a partir del negativo de Tina Modotti y por nadie menos que don Manuel Álvarez Bravo.
Treinta y dos años después volvió a casa la fotografía de Tina Modotti, que un día llevó a vender, mi madre, Cristina Stoupignan, fundadora de escuelas activas, promotora cultural y querida por muchos, vestida con pantalón de mezclilla y varios collares, como la recordamos todos.
Para Clara González Pazos