La otra escena
Miguel Ángel Quemain
Enredo barroco, piezas con historias, coreografía de Marcela Aguilar, fue una de las mejores noticias para la danza de 2023, porque representa un punto de llegada para dos artistas, una de ellas Amada Domínguez (vestuario, instalación y producción ejecutiva), con uno de los pasados creativos más interesantes para el teatro y la danza contemporáneos mexicanos y latinoamericanos.
Se presentaron en noviembre estas piezas con historias, diluyendo de manera natural las fronteras de la danza y el teatro. No es necesario un decreto para entender que el tránsito entre las artes tiene desde hace tres décadas, por lo menos en México, un flujo unificado que sólo está separado por cuestiones administrativas, presupuestales y a veces también conceptuales, porque el peso de lo escénico se coloca de manera diversa sobre la balanza.
Al final del año pasado, no sólo fue significativo este estreno por el largo aliento en todos los territorios artísticos de esta coreografía, sino también por el decidido apoyo institucional a una responsabilidad artística compartida con una nueva compañía, Travesías escénicas.
Estas “travesías” consisten en una serie de anuncios artísticos que se fueron consolidando en los últimos años a través de trabajos que se propusieron como proyectos que parecían aislados, independientes entre sí, pero también profundamente hermanados por una línea conceptual.
Esta nueva compañía estaba presentida y era necesaria por la trayectoria de sus integrantes, la capacidad de gestión, de convocatoria, por su trabajo indiscutible en la docencia y en la formación de coreógrafos y bailarines, y la labor estética y de interpretación con reconocimientos nacionales e internacionales crecientes.
Marcela Aguilar ha estado presente en México, me atrevo a decirlo así, de manera discreta, dejando una impronta significativa en las visiones artísticas que nos ha legado. Como parte de una tradición literaria, poética, que se trenza con lo más rico de nuestra danza mexicana, abiertamente volcada a lo literario, ahora con la participación de voz y presencia del actor Damián Alcázar sostenido en dos grandes autoras de la poesía de Costa Rica.
Con Enredo barroco, piezas con historias, ya abiertamente le dan paso a una compañía que es resultado de veinticinco años de colaboraciones interdisciplinarias, con alianzas creativas sostenidas en coincidencias estéticas y éticas que extienden a compañías nacionales, tanto de los estados de México como de CDMX. También la coproducción internacional con España y Costa Rica.
Amada Domínguez (Facultad de Artes) y Damián Alcázar (Facultad de Teatro) son egresados de la Universidad Veracruzana, y Marcela Aguilar es bailarina, coreógrafa y docente en la UV. Y cuando digo veracruzanía aludo a la negritud que nos atraviesa (Amada Domínguez ha materializado una visión crítica y artística en Pigmentocracia) como lo ha mostrado el historiador Antonio García de León.
En este concierto corporal están sobre la escena: Amada Domínguez, Ugo Ruiz o Ulises González, Joshua Echeverría, Mariana Estrada, Alberto Quijano, Bernardo Kasis Galán, Athina Masiero, Odette Padilla Téllez, Lili Velázquez García, Derek Galeana, Valeria Montserrat Silva Moreno y Francisco Yllana.
Enredo barroco… es una muestra de la riqueza artística que habita a Marcela Aguilar, que propone la presencia de su mundo natal en la memoria de su poesía (Arabella Salaverry y Dora Moro) y su pensamiento coreográfico que tiene su antecedente en Bosque húmedo (que se repuso en Costa Rica en el marco del 33 Festival de Coreógrafos Graciela Moreno, que le fue dedicado en reconocimiento a su trayectoria), y que guarda correspondencias primordiales con este Enredo barroco…
Este trabajo se presentará durante febrero en el Centro Cultural Los Pinos (4, 10,11 y 14) y en el Teatro de las Artes del Cenart (23, 24 y 25). La producción general es de Vino al espectáculo, asociado con Travesías escénicas.