Acapulco, Gro.,
Aunque el Abierto Mexicano de Tenis fue punta de lanza para la recuperación económica de Acapulco, la afluencia en el torneo ATP 500 aún dista de la registrada en años anteriores.
El nivel deportivo no está en duda, pues la arena principal y canchas secundarias han sido testigos de reñidos encuentros entre jugadores ubicados entre los 20 mejores del mundo.
Sin embargo, en sus primeros tres días de actividad muchos asientos lucieron vacíos, lo que contrasta con los casi 10 mil aficionados por jornada que se registraron el año pasado en su trigésima edición.
De fomentar una campaña ligada a celebrar el tenis y la calidad de los jugadores, los organizadores tuvieron que cambiar de estrategia y convertirla en un llamado para la reconstrucción de Acapulco.
Ya sabíamos el impacto que el huracán tendría, así que la baja en las entradas estaba prevista. Cuando lanzamos de manera formal el Abierto, semanas antes del torneo, estaba prácticamente vendido y después todo cambió por lo sucedido en octubre pasado
, comentó José Antonio Fernández, director operativo del torneo.
A pesar de que el complejo no luce como en años anteriores, la afluencia en las tres primeras jornadas superó lo esperado por los organizadores.
Esperan aumento
Aunque no están rehabilitados al cien por ciento, restaurantes cercanos a la sede del Abierto Mexicano esperan al menos un aumento mínimo en la afluencia al igual que decenas de tienditas y comerciantes ambulantes de artesanías, dulces, cocos y ropa.
Desde las primeras horas del día, todo está listo para recibir a los visitantes, aunque no han tenido mucha respuesta.
Ayer vinieron a comer tres personas que iban al esta-dio, pero son las únicas que han llegado en la semana, recuerdo que hablaban de que había poca gente
, comentó Eduardo Abarca, quien labora de mesero.
En años anteriores, cuenta el trabajador, las mesas del restaurante María Teresa lucían llenas horas antes de los partidos.
En general sólo ha llegado 20 por ciento de la gente que venía antes. Muchos de los visitantes eran de fuera y perdieron sus casas o están muy dañadas. Tenemos la esperanza de que vengan más el viernes y sábado y así todos podamos tener un poco más de ingresos.