Ocho mujeres de los pueblos otomí del estado de México, maya de Yucatán, mam de Chiapas, así como mixteca y mazateca de Oaxaca, crearon la Red de Mujeres Indígenas en la Ciencia (Redmic) con el propósito de desarrollar proyectos transdisciplinarios para generar conocimiento, tecnologías e innovaciones en pro del desarrollo de sus comunidades.
Esta agrupación desarrolla líneas de investigación ingeniería y tecnología, ciencias agropecuarias, biotecnología, ciencias sociales y biomedicina. Entre las integrantes, se encuentran Anahí Jobeth Borrás Enríquez, indígena mam chiapaneca que trabaja en un proyecto para la evaluación de cultivos primarios de la región del Soconusco, con el fin de obtener compuestos bioactivos de importancia biotecnológica.
Nancy Guadalupe González Canché, indígena maya de Yucatán, impulsa el proyecto Elaboración y caracterización óptica de pinturas selectivas a base de biocarbones como pigmentos y su implementación en receptores de concentradores parabólicos compuestos de baja temperatura.
Compartir experiencias y recursos
A seis meses de la conformación de esta red, Lilian Dolores Chel Guerrero, también maya de Yucatán y presidenta de Redmic, señala que la idea de crear esta agrupación es articularse, compartir experiencias, recursos, y ampliar sus capacidades.
La red es un espacio de unión y coordinación para lograr un mundo mejor a través de la coordinación científica.
Sobre su agenda de trabajo, Chel Guerrero señaló que es un buen momento para visibilizar las aportaciones de las mujeres en esta área, y motivar el talento científico. Es tiempo de sensibilización para que las autoridades competentes apuesten a nuestro quehacer con acciones afirmativas
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Otras mujeres que integran la Redmic son María del Rosario Reyes Santiago, mixteca de Oaxaca, que trabaja el proyecto Capacidades comunitarias para un turismo sustentable en la Mixteca Alta de Oaxaca, y Elia Ballesteros Rodríguez, otomí del estado de México, que promueve el proyecto Establecimiento de una estrategia de selección de agaves elite (A. cupreata y A. espadín) asistida por marcadores moleculares y cultivo in vitro.
Chel Guerrero añadió que a través de este tipo de organizaciones queremos que las autoridades nos tomen en cuenta, porque deben considerarnos al momento de elaborar los planes de todo lo que se haga en el país
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Sin representación
Agregó que las indígenas en la ciencia no tienen representación ni interlocución con quienes toman decisiones en instancias como la Cámara de Diputados o el Senado, cuando nosotras somos indígenas, profesionistas y podemos aportar otra perspectiva que enriquezca sus planes y proyectos
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Soledad Cecilia Pech Cohuo y Felicia Amalia Moo Koh, ambas mayas de Yucatán, son otras de las integrantes de la red. Ellas trabajan en los proyectos Obtención de películas biodegradables y bioactivas a partir de xilano, quitosano y almidón de semillas de Ramón (Brosimum alicastrum) para aplicaciones como embalaje alimenticio, y en el titulado Incorporación de productos biorracionales de la flora regional en el manejo integrado de enfermedades en condiciones protegidas y en cultivos hortícolas de traspatio”, respectivamente.
Zoila Mora Guzmán, mazateca de Oaxaca, desarrolla el proyecto Efecto del TGFBR3 en la prevención y tratamiento de la metástasis ósea debida al cáncer de mama.
Chel Guerrero, quien trabaja el proyecto Aprovechamiento de subproductos agrícolas de Capsicum chinense J., cultivado en dos tipos de suelos de Yucatán como fuente de compuestos bioactivos, consideró que incluir a las indígenas en la ciencia y en la toma de decisiones permite emprender acciones con una visión más amplia de lo que ocurre en este sector.
Desde la red queremos generar esos espacios de interlocución en la política, no porque nosotras seamos políticas, pero sí para tener una participación, y que sea considerado nuestro punto de vista para contribuir al desarrollo del país, porque tenemos todo para hacerlo, sólo necesitamos ser escuchadas.