liberalismo social(sic) se accedería
al primer mundo.
Hayek pretende en el libro mencionado hacer una crítica al socialismo, en cualquiera de sus modalidades. Entiende por socialismo, todo intento de organizar parcial o totalmente la sociedad, sea socialismo real, socialismo ideal, socialdemocracia o Estado benefactor.
Este intento, escribe el filósofo austriaco, es imposible, ya que la sociedad es producto de un orden espontáneo (que nos recuerda la mano invisible de Adam Smith, para quien el hombre es egoísta y busca su beneficio, pero al mismo tiempo beneficia a los demás) que resulta de la interacción de millones de seres humanos. Pretender un orden es un error intelectual, un espejismo cientista, ya que no es posible tener la información de todo lo que desean los individuos, pero, además, para organizar a la sociedad se requiere la violencia, que significa la interrupción del proceso espontáneo que viene desarrollando la sociedad desde hace miles de años.
Según Hayek, las instituciones jurídicas, lingüísticas y económicas no han sido creadas por un grupo deliberadamente. Las conductas y sus normas son un orden intermedio entre lo biológico y la razón humana. Este mundo intermedio sobrepasa con mucho la razón. Las normas de conducta se desarrollan espontánea y libremente a lo largo de la historia.
La fatal arrogancia implica que se podría tener una ciencia social que permitiera el conocimiento de las transformaciones futuras. El liberalismo sería entonces el máximo producto alcanzado por la evolución humana y negarlo implica oponerse a la civilización y la cultura. Hayek aborda mucho más, pero creo que lo anterior basta para caracterizar la concepción filosófica del neoliberalismo.
Ahora entendemos la posición de Milei cuando afirma que hay que dejar en libertad al movimiento del mercado.
A mi juicio, la sociedad no es un orden espontáneamente creado, sino un orden formado por la violencia; el socialismo surgió en el siglo XIX ante el capitalismo salvaje y por ellos se opusieron los levellers, los cartistas, los socialistas. El Estado benefactor fue una forma de salvar al capitalismo de la crisis de 1929 pasando al Estado las necesidades de los damnificados del modo de producción capitalista; dejar libre las fuerzas del mercado significa entregar a un país atado de pies y manos a las empresas trasnacionales.
Hayek saludó a Pinochet diciendo que era preferible un estado dictatorial al desorden existente.
La concepción del neoliberalismo es profundamente falaz e inmoral porque no le importa buscar una solución a la pobreza.
* Profesor-investigador del Departamento de Filosofía de la UAM-I