La Habana.
El actor británico Ralph Fiennes no deja de jugar a lo Shakespeare, es como si llevara dentro de él la esencia del dramaturgo exteriorizándola cada vez que quiere, como al presentar en Washington un Macbeth de estos tiempos.
La aparición de Fiennes supone el acontecimiento escénico clásico más estelar en Washington DC en años, el cual comenzó el 9 de abril en los antiguos estudios de Black Entertainment Television, en el noreste de capital estadunidense, convertidos en un espacio escénico de 700 localidades.
El británico protagoniza una original puesta de Macbeth en la que resuenan algunos males contemporáneos y su personaje es un oficial intelectual del ejército y lector de Nietzsche.
La mayor parte del año la dedica a este papel, ahora interpretado para un público en Washington.
Como Laurence Olivier en su día (1907-1989, ganador con Hamlet en varios festivales, Fiennes, también intérprete del mismo personaje en Broadway, ahora define para el público cómo se escucha y se ve a Shakespeare desde las tablas.
Podríamos afirmar que sí sabe cómo se siente, pues el autor de Romeo y Julieta (la más famosa tragedia shakespeariana) es su inspiración; de igual manera, se metió en la piel de Coriolano en el cine, un despiadado general romano.
Cada personaje, una sorpresa
Con Fiennes nunca se sabe qué va a verse en la pantalla o en las tablas, en él hay tanto derroche de talento y en cada personaje una sorpresa, lo inesperado se hace cotidiano en este hombre cuya madre le presentó su camino a la actuación con sólo ocho o nueve años al contarle un cuento, nada menos que Hamlet.
Empezó a contarlo con sus propias palabras y me quedé completamente enganchado
, relató el actor al referirse a su mamá y recordando su infancia en una familia numerosa y artística al noreste de Londres.
Mi madre me dijo que iba a poner en el tocadiscos a un gran artista dando discursos de sus obras, y era Olivier interpretando a Hamlet en una cara y por la otra a Enrique V
, agregó Fiennes.
¿Pero cómo el notable actor interpreta el enigma moral del personaje central de una obra que, aunque escrita hace muchos años, no pierde vigencia?
Se debe al histrionismo que está siempre en cada magistral actuación suya en cualquier medio.
En el cine sus papeles reflejan una gama muy amplia de personajes, desde el drama (El paciente inglés), pasando por la fantasía, con un tenebroso y demoníaco (Voldemort en la serie Harry Potter), hasta la comedia (El gran hotel Budapest).
Las mencionadas y otras no caben en este espacio porque la lista sería interminable. Sin embargo, es a Shakespeare a quien Fiennes vuelve una y otra vez como estrella.
En cuanto al poder de esos cuerpos celestes, nada se le había acercado desde la actuación de Helen Mirren en el Teatro Shakespeare en Phèdre en 2009, por lo que la elección de Fiennes también habla de la rareza de un célebre actor de cine y teatro con ganas de tachar una lista personal del dramaturgo inglés.
Pocos de su calibre pueden presumir de un currículum clásico tan rico como el que posee Fiennes y esta producción hace su única parada estadunidense en Washington.
Se trata de un golpe de efecto para una ciudad que ama a los clásicos del también llamado en ocasiones el “Bardo de Avon y a quien este mes se le rinde homenaje en su natalicio.