¿Por qué las mujeres representan sólo un tercio de quienes realizan investigación en México?

Presentan el libro El despertar de la vocación científica en las niñas

En México, las mujeres representan sólo un tercio de quienes realizan investigación, señala académica

Eirinet Gómez
La Jornada

¿Por qué las mujeres representan sólo un tercio de quienes realizan investigación en México? ¿Cómo revertiremos esta situación? Fueron los cuestionamientos que llevaron a las científicas Margarita Rosado Solís, Martha Takane Imay, Alejandra Llamas Bugarín y Martha Pérez Armendáriz a preparar el libro El despertar de la vocación científica en las niñas.

La obra, publicada por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), está organizada en nueve capítulos, en los cuales se relatan experiencias de mujeres dedicadas a la ciencia, se hace un recorrido histórico de su participación, desde el mundo antiguo hasta la actualidad, y hay una propuesta metodológica para que las más niñas se acerquen a la ciencia.

Margarita Rosado Solís, doctora por la Universidad de París y adscrita al Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que en México, los científicos son pocos, muy por debajo de Chile y de Brasil, pero en el caso de las mujeres, el porcentaje de participación es más bajo, y esto se agrava en la áreas exactas: física, matemáticas, ingenierías, donde son apenas 15 a 20 por ciento.

La experta planteó un análisis comparativo entre una investigación de 1993, donde se reveló que un tercio de los astrónomos en México eran mujeres, y uno de 2012, el cual evidenció que en 20 años, la presencia había disminuido, al pasar a sólo un cuarto, lo que obliga a reflexionar sobre cómo se reproducen estas desigualdades.

Para obtener los insumos que dieron origen al libro, el Conahcyt organizó un congreso internacional, donde participaron expertas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la UNAM, así como Dara Norman, presidenta de la Sociedad Astronómica Estadunidense (AAS por sus siglas en inglés), quien estudia los patrones en la cultura científica que tienden a favorecer a los hombres sobre el trabajo de las mujeres.

Del contenido de ese congreso y las disertaciones presentes en el libro, Rosado Solís destacó historias como la de Paris Pi?mi?, la primera astrónoma profesional en México moderno, formadora de generaciones, y la de Rosalind Franklin, quien pese a un entorno machista, tuvo una participación esencial en el descubrimiento de la estructura del ADN.

En otros apartados de la obra se hace un planteamiento sobre las matemáticas y por qué son tan difíciles para hombres y mujeres, escrito por Martha Takane. En el capítulo escrito por Dara Norman se abordan los sesgos en la forma en la cual se redactan las cartas de recomendación dependiendo del género.

Futuro próspero

Alejandra Llamas Bugarín, doctora en física por la Universidad Autónoma de Zacatecas y quien también participó en edición y diseño del libro, mencionó que escribir un futuro próspero para las ciencias y la humanidad se trata, en primer lugar, de mirar hacia la historia y reconocer a las mujeres que, al perseguir sus sueños, marcaron la diferencia.

Consideró que su incursión en este rubro no sólo tuvo un impacto en el avance del conocimiento, sino también fue inspiración para la inclusión de otras niñas, mujeres y jóvenes con la finalidad de acercarse a esta área. Por ello gran parte de este libro está dedicado a recorrer y observar sus pasos.

Llamas Bugarín relató que proviene de una familia de escasos recursos, con padres sin instrucción académica, y que fue el acto de mirar al cielo lo que despertó su vocación científica, pero si hoy estoy frente a ustedes, es por personas como Margarita Rosado, una inspiración en la astrofísica y cuyas virtudes me han brindado la mayor sororidad para seguir aquí, a pesar de las desavenencias encontradas en el camino.

Agregó que esta pieza busca inspirar a las niñas a seguir el camino de la ciencia por medio de la historia, aunque también hay propuesta sobre cómo encauzar su naturaleza de científicas hacia una formación profesional, mediante el juego y el uso de nuevas tecnologías.

Ahora más que nunca es un momento crítico de apoyar a las niñas y jóvenes para que persigan sus sueños y desafíen las barreras del entorno social e incluso familiar, para prosperar en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Durante la presentación del libro, la investigadora Viridiana Gabriela Yañez Rivas, del Conahcyt, destacó que esta obra nos invita a reflexionar y recordar que la incorporación de las mujeres en la ciencia no ha sido un camino fácil, durante mucho tiempo se nos negó el acceso a la educación, y durante algún tiempo fue mal visto que estudiaran una carrera profesional.

Esta entrada fue publicada en Mundo.

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