ROSALÍO SOLANO – Bernal, Qro. 30 de aGOSTO DE 1914


Bernal, Querétaro 30 de agosto de 1914
Fotógrafo. Se incorporó al cine desde los albores de la producción sonora, en 1932. Bajo la égida de relevantes artífices de la lente, como Alex Phillips y Jack Draper, en el inicio de los años cincuenta pasó de operador a director de fotografía, tarea en la que daría reiteradas muestras de talento. Así, al lado de la mayoría de los directores de renombre de nuestro cine, en cerca de dos centenares de cintas desplegó una labor creativa que lo ha hecho acreedor a múltiples reconocimientos, tanto en México como en el extranjero. Fue nominado por las fotografías de  >Dos mundos y un amor (1955), Talpa (1957), Un mundo nuevo (1958),  Los marcados (1972), La pachanga (1983) y obtuvo el Ariel por Talpa (1957). En 1999 recibió la Medalla Salvador Toscano. Desde 1998 es Miembro Honorario de la Academia Mexicana> de Artes y Ciencias Cinematográficas.   Rosalío Solano

CINE-FOTÓGRAFO

1914
 

Nace ROSALÍO SOLANO en

Bernal,

. Huérfano de padre y madre  Trasladándose a la Ciudad de México.

1932

Participa por primera vez en la película “Sobre las Olas” del director Miguel Zacarías cargando los cables y reflectores para la tramoya del foro y ahí conoce al cine-fotógrafo Guillermo Baqueriza con quien descubre la magia de la fotografía al ayudarle en su laboratorio.

Rosalío Solano fue uno de los fundadores de la primera unidad de rodaje fija que hubo en el cine nacional, “Estrella”.

1937
 

Este año por fin pudo figurar como asistente de cámara de Gabriel Figueroa en al película “La Adelita” con un equipo de fotografía que se componía del operador, dos asistentes y el iluminador, puesto en el que se desempeñaría ascendentemente junto a maestros de la talla del propio Gabriel Figueroa, Ross Fisher, Jack Draper, Alex Phillips Sr., Jorge Stahl hijo y otros. Phillips fue su influencia principal en el Conocimiento y dominio del arte de saber ser y hacer, no solo en cuanto a fotografía sino en el sentido humano al grado de que lo considera no solo su maestro sino como su segundo padre.

1950

Debuta como cine-fotógrafo en “Doña Clarines”, -dirigida por el escritor español refugiado Eduardo Ugarte-, sirvió como asistente y luego operador de cámara de los mejores titulares.

En ese mismo año, filmando “Deseada” (Dolores del Rio) en Yucatán, Álvarez Bravo, le hizo el elogio máximo: “Usted nació fotógrafo”.A lo largo de los 36 años restantes, Chalío se afirmó como un de los valores máximos del Séptimo Arte hasta acumular cerca ce 200 películas de toda índole.

Fue reclamado por las luminarias más bellas –desde María Félix- que en “La Valentina” (1965) lo halagó asegurándole “que nadie la había sacado tan hermosa”-, puesto que las proyectaba al máximo de sus encantos.

Cine-fotógrafo de cuentos de niños, de comedias de “Cantinflas” de filmes de su época, musicales, alta comedia, dramas urbanos y rurales, melodramas, tragedias, juguetes cómicos, a todas ellas les imprimió el tono justo que requerían.
Ismael Rodríguez quien le debió el espléndido claroscuro de “Los Hermanos del Hierro” (1961), señala las cualidades principales de Rosalío: “Su versatilidad, su adaptabilidad magistral en cada tipo de película, lo mismo para blanco y negro que para color. Sabe siempre crear la atmósfera necesaria, y su iluminación y sus emplazamientos de cámara, ¡Son verdaderamente admirables!

Cargado de premios y reconocimientos extranjeros –aquí el Ariel y la Diosa de Plata-, por obras tan inolvidables como “Talpa”, “Tlayucan”, “Tiburoneros”, “Tarahumara”, “El Tunco Maclovio”, “Todo por nada” y otras, curiosamente Rosalío destaca como principal objeto de su satisfacción mayor, una película de Alejandro Galindo hecha en 1953: “Espaldas Mojadas”.

Pero Rosalío Solano, tan activo y solicitado, iba a cometer el mayor error de su vida: en 1986, un tanto decepcionado de la clase de cine que estaba haciéndose, solicitó su retiro de la Sección de Técnicos Manuales del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana.

 

Para poder volver al cine, Rosalío tuvo que realizar una peregrinación de trámites dentro de su rama sindical, para que finalmente se le otorgará un permiso extra. Así en 1991 y 1992 se encargó de la fotografía de “Yo, Tú, El y el Otro” (Christian Bach, Omar Fierro, Rogelio Guerra) y luego “Modelo Antiguo” (Silvia Pinal).