La bailarina, decana de la danza contemporánea en el país, celebrará su cumpleaños 90
Año 2010, de homenajes para la coreógrafa Guillermina Bravo
Fabiola Palapa Quijas
Periódico La Jornada
Guillermina Bravo, la coreógrafa más destacada de México, maestra de generaciones de bailarines, recibirá en 2010 un homenaje con motivo de su cumpleaños número 90.
La bailarina, decana de la danza contemporánea nacional, nació en Chacaltianguis, Veracruz. En el homenaje que se le rendirá este año participarán varios coreógrafos mexicanos que reconocen en Bravo –autora de 57 coreografías y fundadora del Ballet Nacional de México en 1948– una gran trayectoria, marcada por la perseverancia y la tenacidad, elementos que dan vida a la danza profesional del país.
En su libro La danza en México, Alberto Dallal señala que la coreógrafa ha defendido los derechos y la libertad que la danza moderna, primero, y la contemporánea, después, han ganado a pulso dentro y fuera del país.
“Desde 1940, Guillermina Bravo ha mantenido firmes sus convicciones y sus principios estéticos. Sus búsquedas como creadora se han ido desarrollando en línea zigzagueante, pero evolutiva o revolucionariamente; nunca ha cedido a lo fácil ni ha vuelto los ojos en dirección del oportunismo artístico.
La discípula de Waldeen y bailarina de su grupo entre 1940 y 1945, formó a grandes figuras de la danza mexicana en su compañía nacional, artistas que recibieron de Bravo la actitud de observar e investigar, que ella, a su vez, asimiló de las primeras épocas de la danza moderna.
Alimentarse del mito
En una de las entrevistas con Dallal, Bravo explicó su interés en los bailes indígenas: “lo que nos interesaba no era la danza misma, sino el porqué la bailaban. Inconscientemente buscábamos la raíz del mito: por qué bailaban. De ese mito nos hacíamos para hacer una danza inventada.
Para Dallal, los conocimientos en torno a las artes del espectáculo han convertido a Bravo en figura notable del arte actual en América Latina.
Como parte de los festejos, Instrumenta Oaxaca adelantó que en las próximas semanas dará a conocer los detalles del homenaje a la bailarina y coreógrafa mexicana, el cual se realizará en el Centro Nacional de las Artes (CNA), y concluirá el 13 de noviembre de 2010, día del cumpleaños de Bravo, en el Palacio de Bellas Artes.
Sobre estas líneas, Guillermina Bravo maquillada para La maestra rural, coreografía de Josefina Lavalle Foto del libro La danza en México, de Alberto Dallal, editado por
Entre los coreógrafos y compositores que participarán en el homenaje a Guillermina Bravo figuran Lydia Romero, Miguel Mancillas, Alicia Sánchez, Vicente Silva, Claudia Lavista, Gabriela Medina, Benito González, José Rivera, Luz Boreal, Ángel Arámbula, Henry Torres, Jaime Camarena y Adriana Castaños, así como los músicos Mario Lavista, Marcela Rodríguez, Ana Lara, Manuel Rocha, Jorge Torres, José Luis Castillo y Federico Ibarra, entre otros.
Guillermina Bravo, quien en sus obras buscó una temática acorde con la realidad, anunció en 2006 la desaparición del Ballet Nacional de México para dar origen a una nueva compañía que representara el siglo XXI.
La maestra comentó que continuaría trabajando para reforzar el Colegio Nacional de Danza Contemporánea y la profesionalización de la disciplina en Querétaro, con la finalidad de hacerla más accesible y con mayores recursos.
De acuerdo con Bravo, la técnica de Martha Graham, que se enseña actualmente en Querétaro, es profunda, porque toma las raíces de Japón, de China, de India y del México antiguo.
En su artículo Un vistazo a Guillermina Bravo, el dramaturgo Emilio Carballido escribió: “Lo muy admirable (entre los muchos muy admirables de Guillermina) es cómo injertó, incrustó, tatuó, pirograbó en los pellejos mexicanos la conciencia de lo que es ser bailarín profesional. Guillermina descubre cómo se hace danza profesional y cómo debe hacerse en México.
El 26 de noviembre de 1979, la maestra Bravo fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Artes. Una década después se le otorgó el Premio José Limón, del gobierno de Sinaloa y el Instituto Nacional de Bellas Artes.
En 1990 recibió un homenaje nacional con motivo de sus 50 años dedicados a la danza, en el Palacio de Bellas Artes. En 1993 se creó el Premio Guillermina Bravo a la trayectoria dancística dentro del Festival Internacional de Danza de San Luis Potosí; un año después fue distinguida como Creadora Emérita del Sistema Nacional de Creadores de Arte.