Templos y conventos Pames, en
Para llegar a estos bellísimos paisajes de la tierra caliente queretana, donde sin alarifes europeos, los pames construyeron cinco templos y sus anexos, sobre ruinas de sus antiguas ciudades; Desde Querétaro o desde México, se cruzan: El Valle, El Semidesierto,
El Arte y la capacidad arquitectónica de los Pames
Introducción:
En una de las reservas de la biosfera más hermosas que existen, con una abundante riqueza cultural y ecológica, entre cañones, ríos, selvas, bosques, montañas y desiertos, entre una flora y fauna majestuosa surgen los tres mil años de cultura mesoamericana rematando con las cinco misiones pames:
La de San Francisco de Tilaco
El mundo concebido por los pames e interpretado al modo occidental al construir las misiones de
La conquista espiritual de
Es importante tener en cuenta que “Las misiones” eran decisivas para la penetración y ocupación de los territorios, así como para la integración socio cultural de los pueblos conquistados.
Los objetivos de evangelización y educación de los “indígenas” eran compartidos por las diversas órdenes religiosas y por el clero secular, las variantes se daban en las estrategias y metodologías, para la congregación y reducción de los pueblos de este continente.
Entre los exponentes de estos principios normativos se pueden citar al jesuita Joseph de Acosta y al franciscano Fray Isidoro de Puertollano, entre otros.
Es sabido que a la llegada de los llamados “Los Doce” misioneros franciscanos a Mesoamérica, se establecieron en Texcoco, Tlaxcala, Huejotzingo y México, de este último lugar dependían Cuatitlán, Tula y Jilotepec, a su vez de esta última población giraban, Huichapan, Actopan, El Mezquital, San Juan Del Río y Querétaro.
Para entrar al territorio norte que hoy forma parte del estado de Querétaro, habitado principalmente por Jonaces y Pames, los franciscanos fundaron en las cercanías las misiones de Huichapan, Cadereyta, Tolimán, Xichú y Río Verde.
Los agustinos en sus intentos de penetrar la zona de los Chichimecas, fundaron las misiones de Xilitla y Yuriria a partir de 1570, además de Ixmiquilpan, Metztitlan y Huejutla.
Se tiene como la primera incursión franciscana en territorio queretano allá por 1532, por Fray Andrés de Olmos en las poblaciones de Jalpan y Tancoyol, pueblos tributarios de Oxtipa, asiento de huastaecos y mexicas, pero rodeados de Jonaces y Pames.
Según Lino Gómez Canedo el primer misionero agustino que penetró en la región de
Los dominicos incursionaron en el semidesierto queretano a partir de 1688 encabezados por el fraile Felipe Galindo, después obispo de Guadalajara.
En 1945, Eduardo Noriega, daba a conocer la construcción de templos, juegos de pelota y muros de contención, existentes en la zona, con nexos culturales con Tula, Teotihuacan y Tajín.
Estas ciudades mesoamericanas, según Margarita Velasco, fueron construidas en la parte alta de las montañas, con ubicación estratégica que les permitiera controlar la circulación de personas y recursos naturales.
Jaime Nieto habla de los jonaces como especialistas del semidesierto queretano, ya que la sobrevivencia en esas tierras, requiere de un alto conocimiento del lugar y sus formas de subsistencia, aclarando el gran uso que hicieron del maguey, la tuna y el mezquite.
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En la planicie del ahora San Juan Del Río, antigua tierra Blanca de Chichimecas, se habla por medio de las exploraciones arqueológicas de una ocupación desde el preclásico hasta el post clásico, ejemplificando al inicio con las localidades de La estancia, El Rosario, pero sobre todo el Barrio de
Según un estudio de José Luis De
Según Marta Eugenia García Ugarte la región del semidesierto y
Los misioneros salidos del Colegio de Propaganda Fide de San Fernando en la ciudad de México fueron quienes finalmente lograron por un tiempo fundar las cinco famosas misiones de
Se atribuye al fraile Pérez de Mezquia las primeras experiencias misionales con Fray Junípero Serra, venido también del Colegio de San Fernando a esta sierra en junio de 1750.
Dice Fray Lucas Cabeza de Vaca en 1743
La edificación de templos era y debería ser el símbolo del establecimiento definitivo del cristianismo y la colonización y en palabra de los conquistadores tanto materiales como espirituales señalan “Las iglesias dan forma a los pueblos”.
Los Pames no tuvieron papel secundario o de peones, sino que participaron activamente. ”He oído decir a un albañil, excelente artífice que le fabricó la iglesia de la misión porque instruyendo a alguno de los mecos, por su grande aplicación a los oficios de albañil, carpinteros, herreros, pintores, doradores, pintores…”. Los indios aprendieron rápidamente los oficios necesarios.
Los templos quedaron edificados al estilo del siglo XVl, con su arco de entrada, atrio – cementerio, capillas pozas, capilla abierta, templo y dentro de él, capillas devocionales, torres, escultura, pintura, se labraron retablos dorados, altares colaterales, coro y cajas de órgano. Púlpitos, confesionarios y muebles litúrgicos.
Los frailes supieron incorporar los casi tres mil años de civilización Mesoamericana, en un tiempo récord a la civilización europea, logrando un barroco mexicano o pame, orgullo hasta la fecha de nuestro estado. Son obras que se ajustan al paisaje y al ambiente espiritual de la zona, no imitaciones de otros trabajos.
Estas obras realizadas de
Jalpan quiere decir “Sobre la arena del cerro”
Los Pames construyeron un templo que había de ser la sede principal de la nueva fe. El Convento, el templo con su fachada, la capilla del Santo Sepulcro, el bautisterio, los retablos, debían conservar viva la fe, defenderla, protegerla y robustecerla.
Su basamento tiene una águila hispano mexicana en ambos lados de la entrada, inmediatamente un friso con flores y guirnaldas, cuatro granadas en las bases de arranque de las columnas estípites, entre las que hay dos nichos, es el primer cuerpo, donde se admiran a Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís y a los lados de la magnífica concha que enmarca el portón de entrada se encuentran a los apóstoles Pedro y Pablo, pilares de
Una cornisa divide el segundo cuerpo, donde en el centro la ventana que ilumina el coro en forma octagonal y una cortina descubierta da paso a ambos lados a cuatro columnas estípites y a dos nichos, donde están las imágenes tanto de
La torre es de dos cuerpos con arcos de medio punto con columnas salomónicas y almenas barrocas con un remate en forma de poliedro prismático. Se estima fue erigida en 1750, siendo la primera y la que le tocó a Fray Junípero Serra. Ángeles, pámpanos, follajes y flores acompañan a esta fachada.
“…El mayor milagro que Dios hiciera durante la conquista fue que los pames amaran desde entonces a una religión que los bárbaros españoles les trajeron en la punta de la espada y la boca del cañón…”
Landa quiere decir lugar cenegoso
El detalle arquitectónico más sugestivo de esta fachada, son los nichos en los estípites, que pertenecen a la última modalidad del barroco mexicano, donde abriga de manera simbólica a los cuatro santos franciscanos llamados columnas de la observancia.
Landa señala el final de la conquista de
La fachada tiene tres cuerpos y un remate, en el basamento no hay ningún motivo ornamental. En el primer cuerpo la puerta de entrada tiene un arco de medio punto y en los lados cuatro columnas estípites barrocas y en las entrecalles dos nichos donde aparecen Santo Domingo y San Francisco, ambos con banderines y sus respectivos escudos de las órdenes por ellos fundadas.
En las cuatro columnas estípites se abren a la mitad para dar cabida a sendos nichos donde resaltan los santos franciscanos, llamados columnas de la observancia: Jacobo de
Sobre la columna que enmarca la puerta de entrada y rematándola aparece una hermosa inmaculada concepción con florones en la parte inferior y en la superior cortinajes abiertos por dos ángeles y otros dos con turiferarios en forma de adoración.
En el segundo cuerpo separadas del primero por una cornisa aparecen cuatro columnas que en sus entrecalles dan paso a los nichos que guardan las esculturas de San Pedro y San Pablo, en el centro una ventana octagonal rica en simbolismos, donde en sobre relieve y en forma sedente, frente a mesas con paño aparecen el teólogo Juan Duns Scoto y la vidente Sor María de Jesús de Agreda, también a ambos lados se ven los escudos de la orden y ángeles escuchando las voces del coro.
En el tercer cuerpo aparecen otras cuatro columnas que en el medio dan cabida a cuatro sirenas, en las entrecalles aparecen los nichos que guardan a San Esteban de Zaragoza y a San Vicente de Jerusalén, también encontraremos dos medallones de la vida de Jesús, uno con la entrada triunfal al Jerusalén y otro de la flagelación, en el centro el mártir San Lorenzo de Huesca.
Remata la fachada una escultura de San Miguel Arcángel, la torre es de dos cuerpos, con columnas estriadas y un remate cónico.
Concá quiere decir lugar de ranas
La trinidad, tema principal de la fachada, tan fundamental en la teología católica, era uno de los dogmas más difíciles de exponer a los naturales, que confunden a
Concá es el más pequeño de los cinco templos, el más macizo y el menos espiritualizado y el menos lírico, en su fachada. La originalidad de Concá es saber sabido subordinar el patrón de la iglesia, San Miguel y una noción teológica fundamental, materia del credo católico:
Tiene un marco de entrada elíptico rebajado y compuesto, a su lado cuatro columnas dóricas mixturadas y en sus entrecalles a San Francisco y a otro santo, por su mutilación no identificado.
En el segundo cuerpo aparecen cuatro columnas salomónicas adornadas con racimos de uvas en sus entrecalles dos nichos uno para el rey San Fernando y otro para San Roque, ambos de la orden tercera de San Francisco.
Sobre la puerta se ve una cornisa mixtilínea que remata en el centro con armoniosos róleos, que dan nacimiento a una ménsula decorada con hojas de acanto que sostienen el escudo franciscano en el que parece se clavan un cetro y una espada, enmarcado todo con el cordón franciscano aunado rematan dos ángeles sosteniendo una corona, apareciendo la ventana del coro donde dos ángeles descorren una cortina.
Remata esta portada una trinidad “herética”, donde las tres divinas personas en edad joven, están en actitud de diálogo, sentadas sobre el mundo.
En los márgenes de la portada hay dos contrafuertes que coronados por columnas, donde aparecen dos changos de origen mitológico prehispánico.
La torre es de un solo cuerpo con columnas pareadas, con arcos de medio punto y almena en la parte superior, rematando con un cupulín.
El nicho que ocupa el sitio de honor en la fachada de Tancoyol, esta vacío y descabezadas las imágenes de San Pedro y San Pablo, se trata indudablemente de un acto premeditado, de cuyo dato no tengo referencia probada.
Una hermosa cruz debió de existir en el remate de la fachada en donde dos ángeles la inciensan, por ahora existe una de madera, es posible que se trate de la exaltación de
Vamos a encontrar una capilla abierta, y cruces como,
La fachada de Tancoyol ya no pugna por nada, se desentiende de esta vida y se plantea el problema angustioso de la salvación. Se accede al templo por una escalinata de cinco peldaños, en el basamento y como decoración en relieve dos floreros entre las bases de las columnas y en la entre calle hay dos nichos de arcos conopiales adornados por el cordón franciscano, sin nudos, columnas dóricas estilizadas y preciosas repisas, donde están colocados Pedro y Pablo.
La entrada tiene un arco de medio punto y a los lados los escudos franciscanos. Entre el primer y segundo cuerpo hay dos cornisas que limitan un hermoso friso decorado con flores que se interrumpe en el centro para dejar espacio al nicho que una vez albergara a
Entre el segundo y tercer cuerpo hay cornisa y friso, lo mismo que cuatro columnas, dos nichos con arcos de medio punto, repisas que sostienen a San Antonio de Padua y a San Roque.
En el arco que limita la ventana del coro se encuentra un relieve, que recuerda el momento en que San Francisco sufrió la estigmatización de las llagas de Jesús aparece Fray León, testigo del suceso, del lado izquierdo y del derecho se encuentra un árbol.
Es la única que conserva su atrio de tres entradas, cruz atrial, capillas pozas, capilla abierta.
El barroco de Tilaco es toda vitalidad, su fachada es pequeña y más de alguno la ha llamado risueña y encantadora.
Consta la fachada de tres cuerpos, del basamento sobresalen los pedestales que soportan las cuatro columnas salomónicas con remates corintios, con bellas hornacinas y arcos lobulados y ménsulas alargadas donde descansan San Pedro y San Pablo.
La puerta de acceso tiene un arco de medio punto formado por una concha delicada, los ángeles limitan el encuadramiento de esta entrada y aparecen dos querubines.
Del primero al segundo cuerpo hay un friso y cuatro sirenas con oficio de cariátides, sostienen las columnas estípites del segundo cuerpo, que enmarcan otros dos nichos con arcos de medio punto decorados con conchas, columnas dóricas y repisas, uno para
Al centro del segundo cuerpo aparece la ventana del coro en forma de concha y con una hermosísima cortina que la abren dos robustos ángeles y dos ángeles ofrecen racimos de pámpanos.
En el tercer cuerpo hay dos plintos en los extremos con águilas que sirven de zócalo a los ángeles y al centro surgen dos columnas estípites formando el balcón donde aparece San Francisco contemplando el hermoso Valle de Tilaco, donde cuatro ángeles musicantes completan el ambiente. Remata un jarrón.