Himno del Amanecer

Himno del Amanecer

José Félix Zavala 

(Es una traducción libre, pero muy libre de Aurelio Prudencio y no por desconocimiento de la lengua latina, sino con toda la intención de que soy capaz) 

Estos versos de Aurelio Prudencio, escritos originalmente en latín y a los que intento una no muy ortodoxa traducción, para no quedarme atrás en la venta de libros que nos hace en sus “rodantes” nuestro compañero Figueroa. Su título correcto es “Hymnus Matutinus”. 

El sol cuando se levanta resplandeciente Infunde vergüenza, pudor, arrepentimiento Nadie puede pecar con audaciaTeniendo  la luz como testigo 

Es la hora de la austeridad Donde se busca un tinte de gravedadPara las vanas preocupaciones 

Hora útil para todos,Para el militar, el magistrado, el marinoTambién para el obrero, el mecánico y el gañán 

A la milicia le arrastra el triste anuncio de la guerra, Al mercader, el perseguir con avaricia sus ganancias A nosotros en cambio, desconocedores del lucro Y del arte de la guerra, sólo nos queda negociarCon el arte de vivir Oficio que comienza cuando brilla el sol al amanecer 

El sol es el testigo, el árbitro, el escudriñadorDe cuanto el hombre hace o meditaNadie puede engañarlo. Éste es el juez 

Señores seres humanos, que saben leer y escribir sin comillas, sepan que los filósofos de antaño no se sentaban a la mesa sin haber rendido homenaje a los Dioses. 

Siempre recordaron que el aire, la tierra y los mares, son sus obsequios y abastecen nuestra mesa, la mesa que no se llena de cruentas viandas, sino de los frutos de los pomares y de la miel de la abeja virgen que son un alimento fuerte.  

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