¡Allí vienen los sanjuaneros!

Allí vienen los Sanjuaneros

¿Ateo?, ¡no lo permita la Virgen!

Las larguísimas procesiones a San Juan de Los Lagos con insignias en amarillo y negro surcan todos los caminos y veredas y en oposición a la caridad cristiana,  a los peregrinos se les cierran los zaguanes, al grito de «Allí vienen los Sanjuaneros».

Durante el mes de enero por Querétaro se ven pasar a miles de “Sanjuaneros”, de muy diversas formas; unos en bicicleta, otros caminando, muchos en camiones.

Las avenidas Zaragoza, Constituyentes y la “Autopista” principalmente, cambiarán la imagen de nuestra ciudad en esta época.

De alguna manera la vida cotidiana de Querétaro se altera o se enriquece por el paso constante de estos grupos, que organizados de muy variadas formas desfilan por las calles de la ciudad.

El destino de estos romeros es el pueblo de San Juan de Los Lagos y su objetivo: “Pagar la manda”, a la Virgen, que no fía, que no da  a crédito, todos pagan, ya sea en vida o después de la muerte, porque Ella siempre cumple.

En los lugares donde pernoctarán se darán los círculos, donde alrededor de los alimentos y la pobreza se narrarán las historias más escalofriantes de la religiosidad popular referente a las “mandas”.

Los deudores de las mandas arribarán a San Juan de Los Lagos a más tardar el 2 de febrero, día de La Candelaria. El camino será difícil, los gastos se reunirán durante todo el año según la forma de la promesa y quien no cumpla será obligado  a pagar su compromiso, de esta obligatoriedad saldrán las narraciones de las miles de formas en que desde el “otro mundo” se hace cumplir a quien ha ofrecido ir de “Sanjuanero”

Esta fiesta y sus peregrinos para el 2 de Febrero, son junto con su atractivo comercial y su gran concurrencia,  una de las fiestas más ruidosas que tanto atraen desde el tiempo en que la diversión era  escasa como  en el siglo XVI, en la región de los Altos.

Las procesiones implican una organización previa y una jerarquía en la conducción. Las columnas de peregrinos pueden extenderse por kilómetros y van siendo motivadas por oficiales identificados por distintivos, que emiten órdenes y coordinan oraciones, cantos, ritmo del avance y descansos.

Al frente va el estandarte del grupo peregrinante, con listones amarillo y negro. Una peregrinación puede durar varias semanas, según el lugar de origen. Ahora ya es  frecuente que al frente de ellas asista un capellán.

Otros viandantes  hacen el recorrido con penitencia añadida como el extremo de llevar dos espinosas pencas de nopal como escapulario sobre el dorso desnudo.

Otros van de rodillas con el auxilio de parientes que extienden cobijas a su paso; el sacrificio se externa en mil formas.

Se tiene siempre presente la creencia popular de que quien interrumpe el compromiso de su manda, se convierte en piedra o la pagará post mortem.

 

La Población:

San Juan de los Lagos está escondido en un agujero en el lomerío de los Altos de Jalisco.

La impresionante basílica-catedral, de magnífica sillería de cantera, reta la altura con sus elevadas torres.

Ningún santuario de México recibe tantos peregrinos y manifestaciones de agradecimiento tan característicos como el de San Juan de los Lagos.

Se puede decir que todo el pueblo es un gran anexo del templo, ya que todo está en función de La devoción a la Virgen de San Juan de Los Lagos.

San Juan de Los Lagos es una ciudad donde sus habitantes son sostenidos por la Virgen.

La población dispone de una fuerte capacidad hotelera, desde lo mejor hasta humildes cuartos particulares, también posee una capacidad alimentaria en todo tipo de formas, desde grandes restaurantes a vendedores ambulantes, para atender simultáneamente a miles de comensales.

Su industria es derivada del agradecimiento: velas, exvotos, tierrita de San Juan, fotografías, cuadros de la Virgen, novenas y folletos; negocios que ocupan las aceras inmediatas a la catedral basílica.

En esta población alteña,  las mantas de los comercios ambulantes que se han sumado ya a los numerosos comercios establecidos, forman un gran toldo colectivo.

En San Juan todo se vende, es el aparador regional de los deshilados de Encarnación, de los tejidos de Aguascalientes, de los bordados alteños, de las artesanías de madera de Teocaltiche, de la cerámica de Tonalá, del cuero de León,  la cajeta de Celaya, entre otros muchos productos

La fiesta de San Juan fue el origen de la feria de San Marcos en Aguascalientes y durante todo el periodo virreinal, el supermercado de México. Ahí se realizaban las más cuantiosas ventas caballares y ganaderas.

En 1542, recién terminada la guerra del Mixtón que estuvo a punto de acabar con las conquistas castellanas, se fundó, en este sitio llamado Mezquititlán, la región de San Juan Bautista que a partir de 1633 fue poblada por habitantes de la congregación de Santa María de los Lagos, por lo que éstos le llamaron San Juan de los Lagos.

Por el mismo año de su fundación, fray Miguel de Bolonia O.F.M. regaló a la naciente villa una imagen, de las  tan comunes en los franciscanos. Carecían de advocación o se dedicaban a la Inmaculada Concepción.

Eran para vestir o sea que sólo tenían tallada la cara y las manos, su tamaño fluctuaba entre los 25 y 50 cm, lo que las hacía transportables en sus caballos amarrados a la silla de montar.

A estas imágenes se les ha llamado misioneras, castrenses u hospitalarias, tomando la mayoría de ellas el nombre de su localidad.

Sin embargo, no obstante la antigüedad de la Virgen de San Juan, hasta 1623 empezará el culto, debido a su celebridad como milagrosa.  

El jesuita Francisco de Florencia nos narra cuando un «volantín» (cirquero) enseñaba a sus hijas un ejercicio en el trapecio sobre puntas de espadas, una de ellas cayó y murió. Una anciana les dijo a los padres que fueran a consolarse con la Cihuapilli, la Señora del Pueblo, “la cual devolvería la vida a su hija”.  

Fueron a la ermita y pusieron sobre el pecho de la niña la sagrada imagen y al poco tiempo ésta volvió a la vida.  

También menciona la restauración de la apolillada imagen en una noche, por un joven misterioso que desapareció sin esperar el pago, éste suceso se le atribuye a un ángel. 

A partir de este momento los milagros y consejas se agolpan, dando lugar a la construcción del santuario. De 1641 a 1643 el bachiller Diego de Camarena, construyó la primera Ermita conocida  como la Capilla del Primer Milagro.  

Para 1682 se terminó el segundo templo que ahora es la parroquia.  

En 1732 el Obispo de Guadalajara, Carlos de Cervantes, inició la actual basílica. 

A partir de 1679 los Papas Pío X, Pío XI, Pío XII y Juan XIII le dan el rango de Colegiata, Basílica y Catedral respectivamente. 

Es un bello monumento arquitectónico de la época colonial, cuyo culto y devoción dio origen a la Feria Anual que decretó el rey Carlos IV,  el 20 de noviembre de 1797.  

El templo está edificado en una extensa explanada de 3 m de altura por el frente. Ochavada en tres de sus ángulos y la limita en casi sus cuatro costados una balaustrada de cantería. El interior contiene las proporciones y la sobriedad del orden dórico. 

San Juan también tiene su pocito, cuya historia nos relata que en esta rocosa y seca comarca, una niña golpeó con una vara la roca brotando agua. Como en todos estos casos la niña desapareció.  

La imagen es de pasta de caña de maíz Totzinqueni, por lo que es muy probable que fuera hecha en Pátzcuaro. No pasa de 50 cm, aunque se acrecienta por la presencia de los ángeles que portan el lema “Mater Inmaculata ora pro nobis”. La luna y la peana, todo de plata.  

La imagen es de manufactura popular y de expresión piadosa. No en vano es  de las imágenes más enjoyadas de México. 

Sobre la fábrica de la iglesia, es de planta de cruz latina con bóvedas de nervaduras góticas, su altura le da una gran monumentalidad, posee un Vía Crucis de buen pincel, enmarcado en plata y en el camarín de la Virgen existe una pintura que se atribuye a Rúbeas. 

Es impresionante la acumulación de exvotos que continuamente son reemplazados.  

La sacristía es rica en mobiliario y en pintura, pero lo que más sobresale es su exterior, por el equilibrio logrado entre sus grandes dimensiones y su decoración, que marca el periodo de transición entre el barroco y el neoclásico, del siglo XVlll al XlX.    La Virgen de San Juan de los Lagos o La Cihualpilli en el estado de Jalisco, de la cual es patrona,  es visitada por millones de peregrinos al año, llegados de todos los rincones de México, de los Estados Unidos, de América Latina y lugares de Europa. 

Usualmente, también es llamada con el nombre de Sanjuanita o Santa Juanita de los Lagos. 

Fue Fray Antonio de Segovia primer evangelizador en este poblado, encomendó a Fray Miguel de Bolonia el cuidado pastoral de esas tierras, logrando pacificar la región, congregando y refundando pueblos con indios ya cristianizados. 

El donó la imagen de la Limpia Concepción al poblado de San Juan Bautista, en poco tiempo la imagen quedo olvidada y deteriorada en la sacristía de la pequeña capilla hecha de adobe y techo de paja, no fue si no hasta el año de 1623 que la imagen comenzó adquiriendo admiración,  debido a lo que se le conoce localmente como El Primer Milagro. 

“Poco antes del entierro de la niña, una indita llamada Ana Lucia, esposa de Pedro Andrés, persona encargada de cuidar la pequeña capilla, al ver el dolor de los padres de la niña pide llevar a una pequeña imagen, la cual ella llamaba La Cihualpilli lo cual significa La Gran Señora, diciendo que era muy milagrosa ya que en ocasiones la imagen cambiaba de lugar de la sacristía al altar en el transcurso de la noche en repetidas ocasiones. Los padres afligidos permitieron que la indita Ana Lucia colocara sobre el pecho de la menor, la imagen de la Virgen, devolviéndole la vida a la niña, este hecho cambiaria para siempre la vida de los pobladores de San Juan de los Lagos”.  

Bella imagen, de aproximadamente 38 centímetros, se encuentra en posición vertical con la cabecita un poco inclinada, con las manos al frente en actitud de oración, lujosamente vestida y enjoyada, sobre una peana de plata con detalles en oro que sostiene una luna con incrustaciones de piedras preciosas a sus pies, y está coronada por dos ángeles que portan una heráldica con la inscripción «MATER INMACULATA ORA PRO NOBIS» 

Su vestido en color rojo y azul estrellado con la luna a sus pies, simbolizando la Limpia Concepción, está extendido triangularmente. Su rostro es ovalado, color blanco marfil, ojos rasgados de color café almendrado, nariz recta, boca pequeña, cerrada y bien moldeada, pequeñas cejas, cabeza un poco grande en proporción del cuerpo, simbolizando quizás que se trate de una niña. 

Elaborada de una mezcla de pasta de caña de maíz procedente del siglo XVI, fabricada en Patzcuaro, Michoacán, ordenada por Don Vasco de Quiroga para evangelizar varias tierras de la Nueva Galicia, hermana de las grandes Vírgenes de Talpa y Zapopan, posiblemente elaboradas por el mismo artesano en los mismos talleres. 

En el año de 1904, después de varias solicitudes desde 1900, se recibió en la ciudad de Guadalajara el 29 de Enero la respuesta afirmativa del Santo Padre Pío X para la coronación litúrgica de la imagen de Nuestra Señora de San Juan, adquiriendo la facultad para imponer canónicamente la corona de oro a la Virgen el Excmo. Señor Arzobispo de Guadalajara, Lic. Don José de Jesús Ortiz, coronándola solemnemente el día 15 de Agosto del año 1904 con una corona encargada al Instituto Pontificio de Artes Cristianas de Benzinger Brothers en la ciudad de Nueva York, así como los dos ángeles colocados uno en cada lado de la imagen para sostenerla llevando una cinta semicircular en la parte superior, grabada con la inscripción,”Mater Inmaculata. Ora Pro Nobis”, con una altura de 18 centímetros y elaborada con oro de 18 quilates.