Reescribir, Según José Emilio Pacheco…

Reescribir, Según José Emilio Pacheco 

¿A nombre de qué puedo condenar a muerte
a otros por lo que son o piensan?
Pero ¿cómo dejar impunes
la tortura o el genocidio o el matar de hambre?

 José Emilio Pacheco nació en la Ciudad de México el 30 de junio de 1939. 

Su obra fue reconocida muy pronto: desde la década de los cincuenta ya figuraba en antologías al lado de los grandes poetas de Latinoamérica.  

Estudió en La Universidad Nacional Autónoma de México. 

Además de haber publicado poesía y prosa y de ejercer una magistral labor como traductor, ha trabajado como director y editor de colecciones bibliográficas y diversas publicaciones y suplementos culturales. 

Dirigió, al lado de Carlos Monsiváis, el suplemento de la revista Estaciones; fue secretario de redacción de la Revista de la Universidad de México. Dirigió la colección Biblioteca del Estudiante Universitario. 

Ha sido docente en diversas universidades del mundo e investigador del INAH. 

Entre su obra poética destaca: 

Los elementos de la noche (1963);El reposo del fuego (1966);No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969);Irás y no volverás (1973);Islas a la deriva (1976);Desde entonces (1980);Trabajos en el mar (1983). 

Todos estos libros fueron reunidos bajo el título Tarde o temprano. 

Algunos de sus textos en prosa son: 

El viento distante y otros relatos (1963),Morirás lejos (1967),El principio del placer (1972)Batallas en el desierto (1981). 

Ha recibido varios premios entre los que caben citarse: Premio Nacional de Lingüística y Literatura 1992 y el José Asunción Silva al mejor libro de poemas en español, publicado entre 1990 y 1995 

Escribir es rescribir. Pensar lo que se ha escrito. Escribirlo de nuevo. Revisarlo y escribirlo otra vez. Rescribirlo, repensarlo y escribirlo hasta dejarlo suficientemente bien rescrito como para volver a escribirlo cada ocasión mejor, en el futuro.

Casi sólo José Emilio Pacheco se toma ese trabajo en nuestro país. Casi sólo él. Veamos: El viento distante fue dado a conocer el año de gracia de 1963; luego, en el 69, su autor hizo una edición revisada y ampliada del mismo.

Esa versión contó con ocho textos más, escritos entre 1958 y 1965, con lo cual se vuelve su primer libro rescrito y vuelto a escribir. Ahora tenemos la edición más reciente del volumen, que quizá sólo su autor y los especialistas en su obra sepan y registren cuántas variantes hay entre lo que una vez fueron manuscritos y hoy son textos pulidos hasta el grado de espejos.

Poeta mexicano nacido en Ciudad de México en 1939.

Empezó a brillar desde muy joven en el panorama cultural mexicano, gracias a su dominio de las formas clásicas y modernas y al enfoque universal de su poesía.

Además de poeta y prosista se ha consagrado también como eximio traductor, trabajando como director y editor de colecciones bibliográficas y diversas publicaciones y suplementos culturales. Ha sido docente universitario e investigador al servicio de entidades gubernamentales.

Entre sus galardones se cuentan: Premio Nacional de Poesía, Premio Nacional de Periodismo Literario, Premio Xavier Villaurrutia, Premio Magda Donato, Premio José Asunción Silva en 1996,el Premio Octavio Paz en el año 2003 y Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2004.

De su obra poética se destacan:

«Los elementos de la noche» en 1963,

«El reposo del fuego» en 1966,

«No me preguntes cómo pasa el tiempo»

 en 1969, «Irás y no volverás»

en 1973,  «Islas a la deriva»

en 1976,  «Desde entonces»

en 1980, «Trabajos en el mar»

en1983,

y «El silencio de la luna» poemas de 1985 1996.

Nació en México, D.F., el 30 de junio de 1939.

 Ingresó en El Colegio Nacional el 10 de julio de 1986.

 Premio Nacional de Poesía; Premio Nacional de Periodismo Literario; Premio Xavier Villaurrutia; Premio Magda Donato. 

 A 150 años de la Academia de Letrán (discurso de ingreso). Contestación por Jaime García Terrés. Memoria, tomo XI, número 5. 1986 pp. 59-72. 

Nació en la ciudad de México, el 30 de junio de 1939.

Estudió en la UNAM y allí inició sus actividades literarias en la revista Medio Siglo. 

 Dirigió con Carlos Monsiváis el suplemento de la revista Estaciones, fue secretario de redacción de la Revista de la Universidad de México y de México en la Cultura, suplemento de Novedades, así como jefe de redacción de La Cultura en México, suplemento de Siempre. 

 Dirigió la Biblioteca del Estudiante Universitario. 

 Ha sido profesor en varias universidades de los Estados Unidos, Canadá e Inglaterra e investigador en el Departamento de Estudios Históricos del INAH. 

 Se le han otorgado los premios Magda Donato, Nacional de Poesía, Nacional de Periodismo Literario, el Xavier Villaurrutia, el Malcolm Lowry para trayectoria en el campo del ensayo, Nacional de Lingüística y Literatura, 1992; y en 1996 el Premio José Asunción Silva al mejor libro de poemas en español publicado entre 1990 y 1995.

Tarde o temprano recopila sus primeros seis libros de poemas: Los elementos de la noche, El reposo del fuego, No me preguntes cómo pasa el tiempo, Irás y no volverás, Islas a la deriva, Desde entonces, a los que han seguido; Los trabajos del mar, Miro la tierra, Ciudad de la memoria, así como un volumen de versiones poéticas, Aproximaciones. 

 Es autor de dos novelas, Morirás lejos y Las batallas en el desierto y tres libros de cuentos: La sangre de Medusa, El viento distante, El principio del placer. 

 Ha editado numerosas antologías como la Antología del modernismo y obras de muchos autores como Federico Gamboa y Salvador Novo. 

Entre sus traducciones figuran Cómo es de Samuel Beckett, De profundis de Oscar Wilde. Un tranvía llamado deseo de Tennesse Williams, a las que se han sumado en años recientes Cuatro cuartetos de T.S. Eliot y Vidas imaginarias de Marcel Schwob. 

 En El Colegio Nacional desde el 10 de julio de 1986

«Si no hubiera tenido la necesidad de rescribir, no lo habría hecho»

Si las fechas son exactas, el libro contiene trabajos que datan del 63 aunque aparecieran como tales hasta 1969.

J.E.P. Bueno, el cuento que se titula «La reina» apareció en su primera versión, en El Nacional, en el 58. Y veo que hay una suerte de colaboración entre el joven de entonces y el viejo de ahora. Generalmente la reacción que se tiene es la de apoyar al joven, quizá por la frescura que se tuvo. Pero pienso lo contrario: si no hubiera tenido la necesidad de rescribir, no lo habría hecho. Tan sencillo como eso.

¿Has pensado en la posibilidad de no rescribir, de permitir a los textos seguir siendo tal cual fueron concebidos?

J.E.P. Lo he pensado, pero en cuanto los vuelvo a ver, no resisto. Si resistiera, imagínate cuántos problemas me evitaría. Ahora, si los dejara tal como aparecieron sería privilegiar al autor y no al texto. Y lo que importa es lo escrito. De modo que si vuelve a aparecer, tengo que entregarle a quien vaya a leerlo el mejor trabajo posible.

Con El viento distante existe además la particularidad de que te encontraste con el José Emilio Pacheco escritor más joven, adolescente casi. Y no lo perdonaste.

J.E.P. No lo perdoné pero lo respeto mucho: tiene muchas cosas que enseñarme. De ninguna manera siento que lo estoy corrigiendo a esta distancia que es ya de toda la vida. Con todos estos años que me separan de ese joven escritor no me siento en modo alguno superior a él.

FIN DE SIGLO

«La sangre derramada clama venganza».
Y la venganza no puede engendrar
sino más sangre derramada
           ¿Quién soy:
el guarda de mi hermano o aquel
           a quien adiestraron
para aceptar la muerte de los demás,
           no la propia muerte?
¿A nombre de qué puedo condenar a muerte
a otros por lo que son o piensan?
Pero ¿cómo dejar impunes
la tortura o el genocidio o el matar de hambre?
            No quiero nada para mí:
            sólo anhelo
            lo posible imposible:
            un mundo sin víctimas.

Cómo lograrlo no está en mi poder;
escapa a mi pequeñez, a mi pobre intento
de vaciar el mar de sangre que es nuestro siglocon el cuenco trémulo de la mano
Mientras escribo llega el crepúsculo
cerca de mí los gritos que no han cesado
            no me dejan cerrar los ojos

Esta entrada fue publicada en Mundo.