Hace pocos días me llegó una carta del Sr. Nuncio de España y en ella me decía que el Papa Benedicto XVI me impondrá el Palio junto a otros nuevos Arzobispos del mundo.
Es ya tradicional que esta imposición se realice en
El Palio cuyo nombre procede de la palabra latina pallium ( toga o manto) tiene forma de una faja circular en el cuello y de la que penden ante el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, destacándose de ellas seis cruces de seda negra.
Suele adornarse con tres clavos metálicos, que recuerdan los clavos de
El Palio se confecciona con lana de corderitos bendecidos por el Papa en la fiesta de Santa Inés (21 de enero) en una Capilla del Palacio Apostólico. Se presentan al Papa dos corderos adornados uno con flores blancas (simbolizando la virginidad de Santa Inés) y el otro con flores rojas (simbolizando su martirio).
Posteriormente los corderos son llevados a
Los palios son confeccionados posteriormente por las monjas Benedictinas de Santa Cecilia con la lana recién esquilada.
Luego se les coloca en un cofre que se reserva en
Desde el punto de vista histórico el Palio era un ornamento que desde el siglo IV llevaban los Obispos de Oriente como emblema de su dignidad y oficio pastoral, simbolizando la oveja que va sobre los hombros del Buen Pastor.
En Occidente, fue ornamento propio del Papa desde el siglo V y llegó a ser de uso ordinario para los Arzobispos a partir del siglo IX.
No se debe confundir este Palio con el que se usa en las procesiones del Corpus Christi u otras similares; su ornamentación y contextura es distinta. Es un dosel de forma rectangular que se coloca sobre cuatro o más varales y es utilizado en actos religiosos para cubrir al Obispo o Sacerdote que porta el Santísimo Sacramento.
El Papa Benedicto XVI describió el sentido profundo del Palio en la homilía del día de inicio de su Ministerio como Papa.
“Este signo antiquísimo puede ser considerado como una imagen del yugo de Cristo, que el Obispo de esta ciudad, el Siervo de los Siervos de Dios, toma sobre sus hombros. El yugo de Dios es la voluntad de Dios que nosotros acogemos. Y esta voluntad no es un peso exterior, que nos oprime y nos priva de la libertad…
La lana de cordero representa la oveja perdida, enferma o débil, que el pastor lleva a cuestas para conducirla a las aguas de la vida…La humanidad, todos nosotros, es la oveja descarriada en el desierto que ya no puede encontrar la senda.
El Hijo de Dios no consiente que ocurra esto; no puede abandonar la humanidad a una situación tan miserable.
Se alza en pie, abandona la gloria del cielo, para ir en busca de la oveja e ir tras ella, incluso hasta la cruz.
La pone sobre sus hombros, carga con nuestra humanidad, nos lleva a nosotros mismos, pues Él es el Buen Pastor, que ofrece su vida por las ovejas”.