Las desgracias de Rimbaud nos siguen explicando

Las desgracias de Rimbaud nos siguen explicando

TANIA MOLINA RAMIREZ

 

Gracias a un mexicano, un francés descubrió las maravillas de uno de los grandes poetas de su país, Arthur Rimbaud. «Me acercó a mi propia cultura para que yo me descubriera», dijo el actor francés Julien Le Gargasson sobre el director teatral mexicano Guillermo León.

Ahora, ambos, junto con los demás integrantes del grupo Teatro del Viento, presentan la obra de un solo actor L’Homme avec le fusil sur le sable (El hombre con el fusil sobre la arena), basada en Una temporada en el infierno (1873), de Rimbaud, y en cartas de l’enfant terrible, en la Casa del Lago, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante junio.

El pasado viernes 8 se estrenó la obra y, a pesar de la gran tormenta que cayó un poco antes, hubo casa llena, en su mayoría, jóvenes.

Guillermo León, director de la obra, tras la presentación, habló con este diario sobre la relevancia actual de la obra de Rimbaud: «Desgraciadamente, todas sus desgracias nos siguen explicando. Vivimos esta modernidad cada vez más jodida y nos hace falta discutirlo. Se habla mucho de Rimbaud, que si andaba con Verlaine, que si estaba loquito, que era un maldito y tomaba absinthe… No nos importa mucho hablar de eso ahora. Nos importa hablar de esta suerte de vaciamiento que le va sucediendo hasta volverse un asceta».

Rimbaud, el célebre transgresor moral que influyó fuertemente en el arte moderno, escribió el poema Una temporada en el infierno a los 17 años. Al grupo teatral le interesa mucho que jóvenes vean la puesta en escena. «Rimbaud es más admirado que conocido. Inclusive en Francia, donde estrenamos la obra», dijo el director, de 34 años.

El actor Julien Le Gargasson, de 25 años, dijo al respecto, a este diario: «De Rimbaud supe en la escuela, como todo buen francés, pero no le entendía nada. Lo veía como un monumento, como el Arco del Triunfo, algo muerto que no me hablaba. No me interesaba».

Hasta que Guillermo León se lo presentó de verdad «Empecé a trabajar la obra y descubrí que Rimbaud era un chavo como yo. Como dice Guillermo, se volvió un compañero de viaje, lo agarré de la mano y estoy muy orgulloso de haber encontrado una persona de mi cultura, una cultura tan pesada como la francesa, y poder decir, esta persona es humana, no es un edificio. La gente que lo glorifica hace mal, porque los chavos en Francia dicen, sí, es el mejor poeta, pero nadie lo conoce». Y, tras una pausa, añadió: «A lo mejor es una decisión política porque Una temporada… es una obra muy corrosiva, a la mejor no quieren enseñar eso a los niños, a lo mejor se volverían demasiado libres».

La esencia del hombre

El Teatro del Viento surgió en 2003, con un elenco de franceses y mexicanos. Han montado obras y dado talleres en ambos idiomas. Una característica del grupo es que quien fue actor en una obra a la siguiente puede ser técnico, y viceversa.

Originalmente, el director creó El hombre con el fusil… para ser montado en Francia. El año pasado, se presentó exitosamente en Lyon. Hicieron un par de presentaciones en la ciudad de México, y, tras platicar con el encargado de la Casa del Lago, José Luis Paredes Pacho, decidieron hacer una temporada en este espacio.

La obra explora «la transformación corporal de los textos», aprovechando que el actor también es bailarín.

El personaje interpretado no es Rimbaud, sino El Hombre: «Es un hombre que se descubre en medio de la razón, la ciencia, la civilización, la cultura, y esta misma lo destruye. Por eso El hombre con el fusil sobre la arena, cultura contra natura: ¿cuál es mi esencia? ¿el fusil o la tierra sobre la que camino?», dijo León.

El actor explicó que a diferencia de otras obras, en este no «entra» en el personaje antes de salir al escenario. Más bien, «me vacío de mí mismo y me hago silencio, para que después entren las cosas: el texto, los humores, el aire, el ruido, la luz, la imaginación».

La estética de la obra, como describió el director, es fragmentada: hay partes de textos, sonoros, plásticos… Queremos que el público vaya construyendo».

La obra se presenta en francés, con subtítulos, para, según Teatro del Viento, «permitir al público disfrutar del ritmo, sonoridad y musicalidad de la lengua». La lectura de los subtítulos, sin embargo, impide seguir por completo los movimientos del actor.

Destruirlo todo

«Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde corrían todos los vinos, donde se abrían todos los corazones./ Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié.» Así comienza Una temporada en el infierno.

Un tema esencial en la obra de teatro es la belleza. Al respecto, Julien Le Gargasson dijo: «Tenía todo puesto a los 18 años. No salgo de un medio burgués pero no me hizo falta nada. Tenía la oportunidad fácil de ver la belleza. Pero justo cuando lo tienes todo puesto y hecho, no te das cuenta de lo que tienes frente a ti. Tienes que destruir todo (apuntar con un fusil) para darte cuenta de la belleza. Y en este vacío, en este desierto, que le pasa al personaje, puede encontrar la belleza. Ahora sí puede saludar a la belleza, reconocerla».  

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