En mi caso no tienes nada que agradecer, en última instancia sería yo quien te agradece haberte conocido y abrevado muchos conocimientos en tus escritos. Por otra parte, sabes que entre amigos nos decimos la verdad: no dramatices mi querido Félix, tienes 60 años y estás a todo lo que das en tus investigaciones y en tus luchas. Prueba de ello es que cada día te salen más amigos y enemigos; discípulos y detractores. Tienes cuerda para rato, tal vez no para unirte al equipo olímpico chino ni mexicano, pero sí para seguir en la brega intelectual. No te me desavalorines, estoy seguro que tus mejores aportaciones están por venir. Mientras tanto, siéntete más que satisfecho. Un abrazo. Edmundo.
«Dios mío, haz a los malos buenos y a los buenos simpáticos«. Oración de todos los días.