«…bandadas de garzas blancas y grises, patos y palomas, picotean en los pantanos del río; El Martín Pescador y los cuervos marinos se zambullen en busca de presas y más allá las nutrias retozan en un ballet acuático; entre tanto los cerros se cubren con el manto multicolor de la selva en floración, semejando tapices de Persia y los colosios arbóreos repletos de orquideas, dan un toque de espectacularidad al paisaje…»
Mientras Bonapak -lugar de las paredes pintadas, murales multicolores-Yaxchilan, Chicultic, Toninah, Kunáh y Pied5ras Negras, tratan de esconderse, al igual que los inumerables centro ceremoniales en el interior de la selva -acción cada vez más difícil- sus secretos están siendo violados, lo mismo que su escritura y su calendario.
Han sido por ello maldecidos por los dioses antiguos los «descubridores» extranjeros a esa selva santuario.
Estos lugare son sagrados, reservados para los lacandones que en sus «desapariciones» queman copal a los dioses antiguos, cuyas imágenes están pintadas en los muros del templo y cuyos ritos son una añoranza confusa, un recuerdo fósil.
La selva se acaba y sus secretos se van perdiendo, Chiapas se muere.
José Félix Zavala