Antonio Lobo Antunes 1942

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Antonio Lobo Antunes  

El escritor portugués Antonio Lobo Antunes, Lisboa, 1942, su obra se caracteriza por “una exploración de las potencialidades expresivas de la palabra y una profunda reflexión sobre la complejidad de la experiencia interna de los seres humanos, en el marco de la violencia, la lucha anticolonial y la transición política” de su país,

Premiar la obra de un autor en lengua romance, español, francés, italiano, portugués, gallego, catalán y rumano.

Lobo Antunes,  el novelista, uno de los más importantes de la literatura portuguesa de las últimas décadas, se refirió en todo momento al Premio Juan Rulfo, cuya obtención le ha proporcionado “una satisfacción muy grande”.

El peso de Juan Rulfo

El autor de grandes novelas como Esplendor de Portugal, Exhortación a los cocodrilos y Buenas tardes a las cosas de aquí abajo, entre otras, hizo hincapié en la importancia de la obra de Rulfo en la literatura latinoamericana, especialmente Pedro Páramo. “Es un libro único en la literatura del mundo.

Se habla mucho de Faulkner, de esto, de aquello, pero para nosotros, los latinos, la obra de Rulfo es fundamental y pienso que no habría Antonio Lobo Antunes, o Mario Vargas Llosa, o Gabriel García Márquez, o el que sea sin Pedro Páramo, en mi opinión, la primera novela moderna y que ha abierto muchos caminos”.

 

A lo largo de su vida, Lobo Antunes ha cosechado importantes y numerosos reconocimientos a su brillante trabajo, aunque admite que el premio concedido por la Feria Internacional del Libro (FIL) tiene un significado especial  

“porque tiene el nombre de uno de los tres o cuatro grandes escritores del siglo XX y gracias a Dios es un escritor latino, lo cual, para mí, es muy importante. Por eso me siento muy emocionado y muy, muy contento con este premio”.

En busca de la voz personal

Antonio Lobo Antunes ha puesto lo mejor de su vida en sus libros, pues el hombre y el escritor son lo mismo en su persona. Dice que, para él, el problema es siempre escribir.  

“He construido toda mi vida para eso, porque para mi familia no era muy normal que un niño de 11 ó 12 años pasara su tiempo escribiendo, porque no estudiaba nada. El problema es encontrar tu voz personal y no tener prisa”.

Su deseo desde siempre ha sido “poner toda la vida entre las cubiertas de un libro” y teme que tal vez no lo consiga.  

“Pienso que aún es muy temprano para entender lo que estoy haciendo. A veces la mano camina sola y tienes la impresión de que es un ángel el que te está dictando y tú eres solamente un mensajero entre dos distancias, que no comprendes muy bien de dónde te vienen las cosas”.

 

El milagro de la vida

Durante la charla telefónica que sostuvo con los medios de comunicación reunidos en Guadalajara, el escritor portugués recordó “la generosidad, el calor y la ternura” con la que fue recibido hace un par de años en la FIL, donde pronunció una conferencia magistral. 

 “No lo voy a olvidar”, señaló. Y eso a pesar del “amargo” momento en que se dio su participación en la importante cita literaria, “porque después me diagnosticaron cáncer”.

Tras sufrir la extirpación de la vesícula, hoy Antonio Lobo Antunes ha superado esta enfermedad que le ha cambiado la vida “de cabo a rabo”, pero no su forma de escribir.  

“Cuando estaba enfermo, mi problema era si podría volver a escribir, aunque ése ha sido mi problema siempre: si voy a ser capaz de hacer otro libro cuando acabo de terminar uno. Espero tener libros para 200 años y espero que Dios me dé el tiempo de hacerlos. La enfermedad ha hecho que dé importancia a cosas como poder hablar, poder caminar, poder estar sentado en una silla, poder sonreír… La vida es un milagro. Y lo más importante es jugar al póquer de la vida con todas las cartas, mostrando lo que tienes en las manos: ya no hay mentiras, eres un hombre desnudo delante de los otros”.