La danza barroca es un árbol viejo, pero vivo y con fuertes raíces : Marie-Geneviève Massé
¿Cómo se bailaba en los siglos pasados? ¿Qué huella queda de los movimientos que acompañaron la música de otras épocas? Para Marie-Geneviève Massé, la respuesta a esta pregunta tomó la forma de su propia agrupación, la Compagnie de Danse Baroque L’Eventail, que intenta en cada nueva coreografía rescatar el universo dancístico barroco del siglo XVIII, por una parte, y mantenerla viva como un arte aún en evolución, por otra. Para Massé, la danza barroca es un árbol viejo, pero vivo y con fuertes raíces.
En conferencia de prensa, junto con Irène Ginger, bailarina y coordinadora de difusión de la compañía, la directora Marie-Geneviève Massé compartió en conferencia de prensa cómo inició su pasión por lo barroco, cuando trabajó como una de las principales bailarinas de Francine Lancelot, una de las primeras en revivir la danza barroca. «Me enamoré de este estilo y tuve ganas de compartir esta emoción», comentó.
Desde 1993, Marie-Geneviève se ha dedicado casi exclusivamente a su compañía L’Eventail, y a difundir la formación técnica del estilo de danza barroca. «Todo parte de la música», precisó refiriéndose a sus danzas. Música barroca sobre la cual bailarines de carne y hueso, en pleno siglo XXI, ejecutan pasos antiguos, catalogados, afortunadamente, desde finales del siglo XVII, gracias al «Rey Sol» Louis XIV. Gran apasionado de la danza, este monarca recurrió a tal disciplina, a decir de Massé, con fines mediáticos. «Él nos dio todo», afirmó, evocando los antiguos tratados que explican cómo se bailaba antes, y mostrando a los reporteros un ejemplo de éstos: prácticos esquemas que dibujan desde un punto de vista panorámico los pasos que tienen que seguirse, y evocando también el material didáctico que Louis XIV ordenó elaborar.
En cuanto a las inevitables lagunas históricas, los huecos de información, la directora y su equipo intentan colmarlos a base de investigación y, sobre todo, observación: «Solemos visitar iglesias, y observar a las estatuas del siglo XVIII, para estudiar la postura de sus brazos, de sus manos, y adivinar así los movimientos estéticos de la época», comentó.
En esta edición del Festival Internacional Cervantino, la Compagnie de Danse Baroque L’Eventail presentará dos coreografías. Abrirán con Don Juan, una pieza que integra con fidelidad la estética barroca del siglo XVIII y cuya coreografía desapareció en la historia. También presentarán durante dos días Diálogos, espectáculo mucho más contemporáneo y personal. «Es algo que estaba en mi cabeza, algo que surge de la intimidad y que habla de todas las épocas.» Sin embargo, existe un lazo entre estas dos piezas: la gramática y el vocabulario, y el universo del siglo XVIII».
«Para mí la danza barroca no está muerta», externó Massé, «lo veo como un árbol plantado hace 300 años, distinto a lo que fue, pero con las misma raíces».
Irène Ginger evocó la sede de su compañía, en la ciudad de Sablé-sur-Sarthe, Francia, en la que ofrecen desde hace 30 años un Festival Barroco, junto con estancias y formación en la técnica barroca. «Los bailarines profesionales se interesan mucho en la danza barroca cuando la conocen, ya que ésta es muy rica en cuestión de espacio, tiempo y energía», agregó.
«Para mí, la danza y la música barroca forman un mar. Y yo dentro de él me siento como pez en el agua.», agregó Marie-Geneviève Massé, «cuando acudan a los espectáculos entenderán lo que quiero decir, verán la evidencia de que aún existe ahora lo barroco.»