Con experimentación, sentimiento y virtuosismo
el coro YL miró a los ojos al público del Cervantino
Después de una orquesta de cuerdas compuesta únicamente por mujeres, llegó el turno de que un grupo de hombres ocupara el Templo de la Valenciana. Originario de Finlandia, el coro masculino YL -de nombre oficial Ylioppilaskunnan Laulajat- hizo cimbrar los muros de la Iglesia con sus voces de variados tonos y timbres, dirigidas por Matti Hyökki. El esmoquin que todos vestían no lograba, sin embargo, disimular del todo el sentido del humor y la espontaneidad que cada uno intentaba contener.
En más de una hora y media, ofrecieron un variado repertorio de cantos, a través de los cuales se pudo saber más sobre la rica cultura finlandesa. En una primera parte, las coordinadas voces interpretaron obras del compositor Jean Sibelius (Finlandia, 1865-1953), quien se dedicó a adaptar poemas y textos de la sabiduría popular, que componen los antiguos libros Kanteletar y Kalevala: viejos de dos mil años.
Fundado en 1883, el coro masculino YL es el más longevo de Finlandia y, por estar desde entonces ligado a la Universidad de Helsinki, no ha dejado de crear un trabajo independiente y versátil. Así, muchas de las piezas que el coro presentó la tarde de este domingo, se caracterizan por ser composiciones contemporáneas y compuestas ex profeso para el YL. A la fuerza ancestral y espiritual de las voces unidas en coro, se ha sumado la búsqueda de aún más posibilidades vocales.
El imponente coro de voces graves formó un solo ser y, bajo la dirección del Hyökki, no dejó de sorprender a un público cada vez más seducido. Con Encantamiento para calmar las olas, de Veljo Tormis, el tono experimental y atrevido del coro se declaró. Extraída también del Kalevala, Incantatio maris aestuosi fue compuesta para conmemorar a uno de los accidentes marítimos más graves del mar Báltico: rendir memoria a las víctimas del MV Estonia Ferry, que se hundió el 24 de Septiembre de 1994 mientras se desplazaba de Suecia a Estonia. En el coro luctuoso como a orillas de un acantilado, las voces se unieron para formar un océano misterioso, voces fantasmas y vientos salados, gracias a cantos, chasquidos, susurros, silbidos…
La vanguardia continuó con la presentación de la pieza Talescapes, de Lewis Carroll, adaptada por Perttu Haapanen. Suerte de reinterpretación de Alicia en el país de las maravillas, durante la cual el público tuvo además la oportunidad de presenciar a un coro contemporáneo, que recurría a voces, cantos, diálogos y juguetones cambios de registro.
El director guardaba aún una sorpresa. Adelantándose a la reacción del auditorio, informó que aunque sonara sorpresivo, Finlandia era la segunda patria del tango. Ya el cineasta finlandés Aki Kaurismäki, fanático del género, se ha encargado de propagar este insólito hecho. En efecto, en el año 2000 se firmó entre Buenos Aires y la ciudad de Seinäjoki un acuerdo en el que ambas ciudades se designaron «embajadoras del tango en el mundo». Con composiciones especialmente creadas para ellos, interpretaron Mikä ilmestys, del autor finlandés contemporáneo Jukka Linkola, y Libertango, del músico argentino Ástor Piazzolla.
Acompañado para varias piezas del solista tenor Tuomas Katajala y del pianista Ville Matvejeff, conforme el concierto avanzaba los miembros del coro se mostraban más efusivos y menos solemnes. Así fue con el tema El carbón, del colombiano Rito Mantilla, para el cual el tenor vistió un poncho latinoamericano sobre su esmoquin y cantó con emocionados gestos.
Con Dalvi Duaddar Luohti, pieza perteneciente a la música tradicional yoik de Laponia, (Lappish yoik), ofrecieron generosamente un poco de la rica cultura del norte: cantos orgánicos en perfecta comunión con la naturaleza. Mientras un miembro del coro ejecutó un canto típico, de voz cambiante y tribal, similar a un acordeón, con un sombrero típico, los demás imitaban a algún animal: aves, simios, perros, insectos…
En el límite del coro clásico y del human beatbox, el coro YL habla mucho de una evolución asumida y que se sabe inevitable. Y para seguir rompiendo prejuicios como segundo encore –el primero habiendo sido su amistosa versión de canta y no llores- el director anunció una serenata: «pero no podemos cantar una serenata estando lejos de ustedes, una serenata se canta viendo a los ojos a las personas», comentó, tras lo cual los más de 40 cantantes rodearon al público para ejecutar dos piezas más: una serenata y un himno a Finlandia de Jean Sibelius. Así, sintiendo en lo más profundo la poderosa vibración de las voces que rodeaban a todos, transmitieron un calor y una hospitalidad inusitada y emotiva.
Tras esta actuación en solitario en el Templo de la Valenciana, con el programa que tituló simplemente Concierto a capella, y que repetirá el día 21 en la Catedral Basílica de León, el coro YL se presentará junto con la Orquesta Sinfónica Nacional, este lunes 20 de Octubre en el Teatro Juárez, dentro del Festival Internacional Cervantino.