“Aún hay dictadores, en la música, en la cultura”, Miguel Poveda
Acompañado por su inseparable guitarrista Juan Gómez Chicuelo, Carlos Grilo y Luis Cantarote, (palmas), Sonia Poveda (baile) y Gustavo Llull (piano), Poveda interpretará el programa titulado Flamenco y poemas, integrado con piezas inspiradas en poetas de su tierra o que han escrito en lengua catalana, y recordó que hace cuatro años presentó en esta misma ciudad música flamenca con textos de Rafael Alberti, Luis Cernuda, Federico García Lorca y Pablo Neruda.
El artista, quien se comprometió a presentar poemas musicalizados de escritores mexicanos en su próxima visita a México, comentó en conferencia de prensa, previa a su espectáculo, que selecciona los textos por el contenido de los mismos: expresiones sencillas y directas, como es el poema Boca seca, que habla de algo que afectó a todo su país, la guerra de Irak, y «todos en la calle, con la boca seca, gritábamos no a la guerra»
Otros poemas hacen referencia a la dictadura, a la rabia contenida y a la época del término del franquismo, «situación que no viví pero que me afecta porque aún hay dictadores, en la cultura, en la música», explicó el cantaor, para quien la grandeza del flamenco radica en que expresa todos los sentimientos humanos: la soledad, el amor, la tragedia, la alegría, el amor, la añoranza, «absolutamente todos los sentimientos, pero llevados al extremo, al límite».
Una de las características de la interpretación de Miguel Poveda, dicen los entendidos, es su versatilidad. Y es que lo canta todo, sin falsos pudores: coplas, pregones, bulerías, alegrías, malagueñas, cantes abandolaos, soleares, mineras, tientos, tangos y un largo etcétera. La voz de Poveda es así, alegre, bulliciosa, sobrada, como lo es el tono de Jerez.
Poveda recibió en 1993 (a los 20 años de edad) la Lámpara Minera (La Unión, Murcia), el reconocimiento más preciado en el mundo flamenco y el Grammy Latino en dos ocasiones. Ha colaborado con artistas como Santiago Auserón, Enrique Morente, Israel Galván, Eva la Yerbabuena, Martirio, Rodolfo Mederos y Mariza, entre otros, y participado en las películas La Teta y la Luna, de Bigas Luna; Fados, de Carlos Saura, y La question humaine, del francés Nicolas Klotz. Entre sus grabaciones sobresalen Suena flamenco, 1998, Poemas del exilio de Rafael Alberti, 2004 y el más reciente Tierra de Calma, 2006.
Son muchos y sonados sus éxitos: Alfileres de colores y Los Juncales (bulerías), pero también su Pregón del uvero, que lo sitúa entre los grandes de antaño, como Manolo Caracol, que sabían utilizar la modulación y la oscilación de la voz; lo mismo que recreaciones de coplas ya recorridas por otros, como Ojos verdes, La bien pagá ó María de la O.
Premio Nacional de Música 2007, en la modalidad de interpretación, «por su gran calidad y versatilidad y por el interés que ha generado en otros ámbitos de la creación», Poveda comenzó a cantar a los 15 años en el entorno de las peñas flamencas de Cataluña. Son muchos y sonados sus éxitos: Alfileres de colores y Los Juncales (bulerías), pero también su Pregón del uvero, que lo sitúa entre los grandes de antaño, como Manolo Caracol, que sabían utilizar la modulación y la oscilación de la voz; lo mismo que recreaciones de coplas ya recorridas por otros, como Ojos verdes, La bien pagá ó María de la O.
Provisto de una voz privilegiada y un sentido del oído fuera de serie, el cantaor catalán se colocó en los primeros sitios del competido, y celoso, Olimpo del flamenco, a lado de potencias como Enrique Morente y Rancapino, figuras que, por cierto, ya han pisado los escenarios cervantinos de Guanajuato.
Sin renunciar a sus raíces, Poveda innova el cante, hace fácil lo difícil, literalmente pone al público a reír y a llorar. Ha participado en los principales festivales de música nacionales e internacionales, cantando en auditorios como el Odeón de París, el Liceo de Barcelona, el Teatro Real de Madrid, el Carneggie Hall y el Lincoln Center de Nueva York, el Auditorium Parco della Musica de Roma, el Sadler’s Wells de Londres.
El guitarrista Juan Gómez Chicuelo, pese a su juventud, ya acompañó a cantaores de la talla de Morente, Rancapino y El Cigala. Ha compartido escenario con músicos reconocidos como Chano Domínguez, Carles Benavent y Jorge Pardo; además, ha tocado con las compañías de flamenco de Antonio Canales, Joaquín Cortés o Israel Galván, entre otras.