El Día de Todos Los Santos

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Día de Todos Los Santos

Quién puede subir al monte del Señor?

Quién puede estar en el recinto sacro?

El hombre de manos inocentes y puro corazón,

que no confía en los ídolos.

Desde la Iglesia primitiva, los cristianos siempre hemos venerado a los mártires por su virtud heroica.

Es por ello que se guardan sus reliquias.

Estas pueden ser partes de sus cuerpos o de sus ropas u otros artículos asociados con ellos. 

En la Biblia leemos que los cristianos guardaban hasta las ropas y pañuelos que San Pablo hubiese tocado (Hechos 19,12).

Durante la persecución de Diocleciano (284-305) hubieron tantos mártires que no se podían conmemorar todos.

Así surgió la necesidad de una fiesta en común la cual se comenzó a celebrar, aunque en diferentes fechas, a partir del siglo IV.  

 

La Roma pagana observaba el fin del año el 21 de febrero con una fiesta llamada Feralia, para darle descanso y paz a los difuntos.

Se rezaba y hacían sacrificios por ellos.

Con la cristianización del imperio, los papas pudieron remplazar las prácticas paganas.

El 13 de Mayo de 609 o 610, el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón Romano (donde antes se  honraba a dioses paganos) para ser templo de la Santísima Virgen y de todos los Mártires.

Fue así que se comenzó la fiesta para todos los santos. Gregorio III (731-741) la transfirió al 1ro de Noviembre. Gregorio IV (827-844) extendió esta fiesta a toda la Iglesia.

Los Ortodoxos griegos celebran a todos los santos el primer domingo después de Pentecostés

Ése recibirá la bendición del Señor,

le hará justicia el Dios de salvación.

Éste es el grupo que busca al Señor,

que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros”

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,

el orbe y todos sus habitantes:

él la fundó sobre los mares,

él la afianzó sobre los ríos.

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