Una joya arquitectónica
Su edificación formal inició en 1806 y se terminó en 1819, lo cual la convierte en el último templo de la colonia.
Foto: Raúl Castillo /
El Sol de México
Redacción
En la parte más vieja y descuidada del Centro Histórico de la Ciudad de México está oculta una verdadera joya arquitectónica, que como esa zona, enfrenta el deterioro creciente por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento.
A lo lejos sobresale su cúpula soberbia diseñada por el arquitecto mexicano de excelencia Manuel Tolsá, se trata de la iglesia de Nuestra Señora de Loreto cuyo interior es muy diferente de los templos coloniales, pues no hay un altar al fondo de la misma por su forma circular.
Sobre esa rotonda que es el interior del edificio, localizado en la plaza de Loreto y la calle de Rodríguez Puebla, se yergue la cúpula de un diámetro de 30 metros por 15 metros de alto, apoyada en grandes muros y contrafuertes.
Fueron cuatro las etapas constructivas, pues primero fue una capilla utilizada como bautisterio de la Iglesia de San Pedro y San Pablo en 1680.
Posteriormente su edificación formal inició en 1806 y se terminó en 1819, lo cual la convierte en el último templo de la colonia, su estilo es barroco con decoración neoclásica y la luz que deja pasar los ventanales de la parte de la cúpula iluminan ampliamente la rotonda de su interior, lo cual contrasta con la penumbra del vestíbulo.
Una vez terminada la iglesia fue adjudicada a los jesuitas, luego la tuvieron los hermanos del Sagrado Corazón y actualmente todavía se ofrecen misas.
En el altar principal está la iglesia de Loreto y un letrero da a conocer que es la Santa Patrona de los aviadores y en general del personal que trabaja al servicio de la aviación.
En la iglesia de Nuestra Señora de Loreto poco se puede apreciar de los frescos originales que adornaban por dentro la cúpula, la humedad, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento los hicieron prácticamente desaparecer.
Finalmente, además, las grietas aparecen en las paredes del edificio, la cúpula también presenta daños estructurales y es que en el año 2001 se le dio el último remozamiento.