Sin Fuentes habría una orfandad
estética e intelectual:
José Narro
Ángel Vargas
Concluyó el Coloquio Internacional La región más transparente: 50 años después
En él se conjugan el hombre culto y el científico de la condición humana, dijo el rector de
Trata de explicarse y explicarnos mucho de lo que somos, señaló Juan Ramón de
La cultura nacional y la literatura internacional serían impensables sin la obra de Carlos Fuentes, sostuvo ayer el rector de
Su importancia “en la cultura nacional y la literatura internacional es absolutamente extraordinaria. ¿Serían iguales las letras y las artes, el cine y el teatro, el ensayo y el relato sin las aportaciones de Carlos Fuentes? No, no serían los mismos”, consideró.
“Habría una profunda orfandad estética e intelectual, analítica y descriptiva, emotiva y reflexiva. No sería lo mismo, ya que con la obra de Fuentes se aprende y disfruta, se sueña y emociona, se aprecia el pasado, se entiende el presente y se vislumbra el porvenir. En él se conjugan el intelectual y el artista, el hombre culto y el científico de la condición humana.”
En la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, la última sesión incluyó las conferencias magistrales México en Fuentes, Fuentes en México y La novela de la ciudad y la ciudad en la ciudad, dictadas por Juan Ramón de
Todo un humanista
En 30 minutos, el ex rector de
En su obra, sostuvo, “trata de explicarse y explicarnos mucho de lo que somos, de lo que queremos y no queremos ser”.
De
Después de abordar el interés de Fuentes por la educación, su capacidad para expresar con el lenguaje lo más sutil y lo más burdo de lo que somos, así como la creación de un tiempo diferente y de otras realidades, De
Asimismo, el homenajeado se remontó a su infancia y cómo fue suscitándose su desarrollo personal e intelectual, y rememoró así hechos y las personas determinantes para su oficio de escritor.
Habló, por ejemplo, del papel determinante que jugó para su concepción del mundo su maestra de primaria Florence Painter, en una escuela en Washington, Estados Unidos, la cual se preocupó por brindarle una educación más universal y humanista que mucho contrasta “con la estrechez actual de formar especialistas ignorantes en todo lo que no sea lo suyo (…) Hoy en las primarias se enseña algo que se llama conocimientos generales, que no son ni conocimientos ni generales”.
Maestros, compañeros, escuelas, países siguieron en ese recorrido de vida hasta que llegó al hombre joven, apenas rebasando los 20 años, que deseaba conocer la vida y se asomaba a la ciudad de México de mediados del siglo XX, con sus noches llenas de luces, de coloretes, de bailes, las aventuras en cabarets y salones de baile, de
Recuerdos que Fuentes hizo presentes con chispazos de humor, que llevaron a la concurrencia a entender por qué y cómo fue que el autor se valió de la ciudad de México para hacerla el gran personaje de su primera novela, La región más transparente, y cómo y porqué la mantiene presente y vital en su obra hasta el día de hoy.