Leer y escribir después de la escuela

Leer y escribir en la escuela y después de ella”

El poeta, ensayista, editor y crítico Juan Domingo Argüelles hizo un recorrido por filósofos, críticos y escritores relacionados con el problema de la lectura y el aprendizaje

Este miércoles siguieron las actividades del VI Encuentro de Promotores de la Lectura, cuyo tema global es la “Promoción de la lectura en el aula, una asignatura pendiente”. La presentación de Juan Domingo Argüelles, quien dictó la conferencia magistral “Leer y escribir en la escuela y después de ella”, fue hecha por María Beatriz Medina, directora del Instituto del Banco del Libro de Venezuela.

       Con táctica, Argüelles involucró a los presentes en este encuentro a partir de la reflexión. “La mejor lectura es la lectura escéptica”, dijo. Esta idea la retomó a lo largo de su exposición al insistir en que la escuela, al ser imperativa, al alinearse con programas exigentes y a veces innecesarios, rompe con la duda, el principal motivo para aprender.

       El escritor mexicano, poeta, crítico y editor, autor de libros como La lectura posible en la escuela imposible, puso el dedo en la llaga cuando habló del miedo a la lectura que se vive en los planteles educativos y que, se lamentó, incluye a las universidades, además que se transmite por falta de voluntad tanto de los organismos como de sus integrantes, dedicados a la educación impróspera en diversos aspectos.

       Argüelles considera que uno de los principales méritos de la misión educativa tendría que ser sensibilizar, suprimiendo la idea de la obligación, porque “la escuela, las universidades son un fracaso” pues “obligar a leer, es como hacer tragar un libro”.

       Con el apoyo de diferentes concepciones de un buen número de filósofos, críticos y escritores, Argüelles puntualizó que sentir la obra, perder el miedo a la lectura y aceptar el desconocimiento, son ideas fundamentales que deben concientizar a todos, más cuando la profesión es instruir.

       Argüelles culminó enérgicamente cuando citó al escritor jalisciense Juan José Arreola, quien alguna vez, sin ocultarse ante las autoridades educativas, en un discurso dijo: “Profesores den clases no de humanidades, den clases de humanidad”.

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