Durante La feria Internacional Querétaro

Alejandro Fernández

ALEJANDRO Fernández con la camiseta del «Campeón» recibió aplausos, besos y flores.

foto de Nicte-Há Rico

Diario de Querétaro

Nicte-Há Rico

Cynthia Pérez Puga

Gran ambiente se vivió en el palenque de la feria queretana al llevarse a cabo la presentación del «Potrillo de México», Alejandro Fernández durante su tres días, donde interpretó sus más grandes éxitos ante un recinto lleno de almas deseosas de escucharlo y admirarlo, en su mayoría mujeres.

El Potrillo salió el sábado, treinta minutos pasados de la media noche, arrancando inmediatamente los gritos de euforia de miles de féminas que hicieron todo por presenciar el show de Alejandro, quien agotó siempre las localidades.

Para el domingo, El Potrillo recibió a los queretanos, quienes aún celebraban el triunfo de los «Gallos Blancos», y no faltó quien le aventó la bandera de su equipo favorito, una gorra con la figura de un gallito y por supuesto la playera azul con negro, la cual inmediatamente se puso Alejandro para continuar con su presentación que duró minutos antes de las tres de la mañana del lunes, siempre con la «camiseta bien puesta». Varias ocasiones intentó retirarse del redondel cantando a toda voz «El potrillo, ya se va», pero no lo dejó su público.

De esta manera enfundado, primero en su traje de charro y después con la camiseta del Campeón , Alejandro dejó el alma en el redondel, además de complacer con su amplio y exitoso repertorio, entre lo que escuchamos fue: «¿Dónde vas tan sola?», «Llorando penas», «Ojo por ojo», «Que digan misa», «Nadie, simplemente nadie», «Abrázame», «Mátalas», «Loco» y «Si he sabido amor», el popurrí «Ya lo sé, que tu te vas», «La diferencia» y «Te sigo amando», «No volveré», entre otras, finalizando con el más reciente éxito «Mañana es para Siempre» .

Así, por casi tres horas los queretanos disfrutaron de un espectáculo de primer nivel, en el que los aplausos, la euforia y el coreo de las canciones estuvieron a la orden del día, además de los coquetos y atrevidos piropos que las mujeres le dedicaban con todo su corazón.