PERSPECTIVAS ECONÓMICAS PARA EL 2009.
No vamos a comentar que el año 2009 va a ser un año complicado en materia económica, ya que esto se ha dicho hasta el cansancio. Sin embargo, sí vamos a comentar por qué lo va a ser y qué podemos hacer para que no nos pegue tanto.
Definitivamente, la crisis es mundial, hasta el momento no ha habido algún país que no haya sufrido las consecuencias de este colapso financiero. Pero es justo puntualizar que habrá países que la puedan sobrellevar de mejor forma que otros.
Lamento informar que México no es uno de estos países. Nuestra nación tiene varias situaciones que le impiden que las acciones que se tomen contra el vendaval financiero surtan efecto.
El principal de todos es la corrupción. Hace poco transparencia internacional emitió su comunicado de los estados que más fomentan esta práctica.
Jacobo Zabludovski en su columna Bucareli del 15 de diciembre en el Universal lo señala de esta manera:
“El martes pasado Transparencia Internacional dio a conocer un estudio titulado “Índice de fuentes de soborno”, después de examinar la práctica de pagar sobornos en 22 países exportadores. Bélgica y Canadá son los países con compañías menos propensas a sobornar gobiernos o funcionarios, mientras que México, China, India y Rusia tienen las empresas más dadas a esa afición. Obsérvese que el estudio se hizo sobre los que pagan por pecar y no los que pecan por la paga (perdón, sor Juana) pero se entiende que no hay sobornadores sin sobornados porque you need two to tango. De modo que en México tenemos ambos y en eso sólo nos ganan tres países, pero aunque lo importante no es ganar sino competir, esforzándonos pronto los dejaremos atrás.”
De manera coloquial diríamos que tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata.
Hace algunos años, cuando un servidor comentaba en los Noticieros Al Instante de Radio Capital, hablaba sobre los cambios que el Secretaría de Hacienda y Crédito Público debía de realizar para captar una mejor recaudación, ya que el sistema mexicano prácticamente se basa en la confianza –o desconfianza en algunos casos- de las declaraciones impositivas de los contribuyentes.
Afirmaba que Hacienda tenía que demostrar una cara amable –apoyos, prorrogas, deducciones, descuentos, etc.- hacia los tributarios para que alentara a los que estaban fuera a pertenecer a la base fiscal.
El conductor de la emisión –mi buen amigo Rafael Pinzón- sacó una revista, donde se encontraba un artículo de cobros impositivos en países desarrollados y comenzó a enunciar ejemplos de porcentajes de Impuesto sobre la Renta existentes en otros países: Dinamarca 45%, Suecia 51%, Noruega 40% y así varios más –nórdicos en su mayoría-.
El reportaje incluía entrevistas a ciudadanos de estas naciones que en general concluían que si bien al principio les incomodaba esos porcentajes, al ver la calidad de educación que obtenían –en su mayoría gratuita hasta la universidad-, los servicios médicos –incluso transplantes sin costo para el causante y su familia- y la edad de retiro de actividades que les garantizaban –algunos desde los 42 años- quedaban tranquilos.
Le comenté a Rafael que me parecían datos muy interesantes y que si de pura casualidad la nota mencionaba el lugar que ocupaban esas naciones en Transparencia Internacional –que si bien no es la verdad absoluta, es el mejor termómetro que se cuenta en esas mediciones-.
Efectivamente, indicaba que todas ellas estaban en el top ten de la lista de menor corrupción –México en ese entonces ocupaba el lugar 52 de 100-.
Este es un ejemplo muy claro de la confianza que los contribuyentes de esos países tienen en su estado al administrar los recursos. Cosa que en México no sucede, prevalece un juego del gato y el ratón que ha nadie beneficia, los contribuyentes desconfiamos de lo que el gobierno hace con nuestros impuestos y él desconfía de lo que nosotros le declaramos. Lo peor es que ambas desconfianzas tienen sustento. Nadie le quiere causar a un estado corrupto.
Alguien tiene que romper con este círculo vicioso y desde mi perspectiva, el principal indicado para quebrantarlo es el Estado. Sin quitar responsabilidad a los contribuyentes de que se logre y de esa forma obtener un beneficio mutuo.
Es importante todo este preámbulo, para comprender la ineficacia de las medidas gubernamentales en estas situaciones coyunturales.
Después de la corrupción, la segunda causa más notoria de esta in efectividad son los paradigmas sociales que prevalecen.
Adam Smith []define al paradigma como «un conjunto compartido de suposiciones. Es la manera como percibimos el mundo: Agua para el pez. El paradigma nos explica el mundo y nos ayuda a predecir su comportamiento».
En resumidas cuentas, son creencias que se encuentran anidadas en nuestra cultura y no nos permiten avanzar y necesitamos empezar a cambiarlas o quitarlas según se requiera el caso.
La misma corrupción ocupa un lugar dentro de los paradigmas mexicanos, damos por sentado –como lo demuestran las mediciones internacionales- que si no damos dinero, los trámites no avanzan. Si es así, en lugar de denunciar, pagamos. Que el sistema de justicia no funciona, bueno, si no hacemos más que quejarnos, así seguirá, la CNDH reporta que sólo uno de cada 10 delitos se denuncian, de los cuales sólo casi dos son consignados. Esto es lo que representa un margen de impunidad de 98.76 por ciento.
Y así podemos ir enumerando cualquier cantidad de ejemplos que para la sociedad mexicana son parte de la “sabiduría popular”.
Con esto se observa que México tiene para 2009 una situación doblemente difícil, además de lidiar con un entorno global hostil, tiene que pugnar con connotaciones sociológicas particulares:
– Pérdida de credibilidad de las instituciones gubernamentales –nula impartición de justicia, estructuras y superestructuras arcaicas, etc.-.
– Élite gubernamental descalificada y corrupta –partidos políticos sin propuestas, vacíos, fracturados y con el último fin de captar poder, no de servir-.
– Falta de modelo económico basado en necesidades propias -como en el fútbol, nos encanta importar extranjeros, que no se “adaptan” y cuestan fortunas-.
– Nula resistencia cívica –es más fácil organizar una mega fiesta para ver un partido de los ratones verdes que poner de acuerdo a la sociedad para resistir una arbitrariedad-.
– Sector empresarial coludido con la élite gubernamental. –a veces hasta secuestrado el estado por los intereses particulares-.
– Depender completamente del ciclo económico de los Estados Unidos –el tener los ingresos petroleros (EU nos compra mas del 60% de la producción) y las remesas de los migrantes (muy disminuidas ante la recesión en ese país) como las dos fuentes principales de divisas, no ayuda a mejorar la situación-. Esta última ha sido el arma más efectiva para combate a la pobreza en comunidades rurales.
Todos estos factores nos llevan a que la contracción económica en México será más aguda que en otros lugares.
Uno de los sectores que más se verá afectado es el Inmobiliario, mientras los energéticos siguen bajando su precio a nivel mundial, en México se incrementan cada quincena (gasolina, diesel, energía eléctrica, gas LP y natural, etc.) impactando en las explosiones de insumos de la construcción.
A eso tenemos que sumar el encarecimiento de los productos de crédito y las nuevas políticas restrictivas que las instituciones crediticias están tomando para sus clientes en el nuevo escenario económico.
El panorama de financiamiento hipotecario gubernamental aun es incierto, ya que la baja de causantes que se dará –entre cierre de negocios y desempleo-, y lo que apuntamos de las principales fuentes de divisas, no asegura un presupuesto sustancial como para reactivar el ramo.
Normalmente, esta actividad cuando se ve afectada arrastra a muchas más de su mano: las industrias automotriz –de plano el gobierno de EU tendrá que salvar sus marcas, Francia ya considera hacer lo mismo con las suyas-, de herramientas, de herrajes, de materiales, etc.
Ni hablar del sector alimentario, que ya viene sufriendo los estragos de la apertura del Tratado de Libre Comercio y al igual que el inmobiliario, el encarecimiento de sus costos de producción. Lo anterior podría generar un desabasto de varios productos agrícolas -ya sucedió a principios de este año- como el maíz, el trigo, el arroz, el frijol y la leche todos dentro de la canasta básica.
El transporte vive una etapa complicada ante estos incrementos –tanto aéreo como terrestre- que ha obligado a salir del mercado a varias aerolíneas –Alma, Avolar y Aerocalifornia-.
En situaciones de crisis, no a todas las industrias les va mal, hay sectores que hacen su “agosto” como son la venta de comida chatarra –las refresqueras sufrirán un poco más, pero sus líneas de aguas embotelladas les mantendrán competitivas-, tabaco y alcohol, quienes seguramente verán incrementadas sus ingresos, sobre todo de sus líneas de bajo costo.
Ante el tipo de cambio que se mantiene, las maquilas podrían ser competitivas, el problema es que la crisis global no garantiza nada.
Un caso similar en otras ocasiones es el turismo, que se vuelve atractivo ante el rendimiento que los turistas pueden obtener de su moneda, sin embargo, la inseguridad que muestra el país, aleja del mapa a México como opción. Afectando enormemente al sector hotelero, restaurantero y de curiosidades, que en este momento prácticamente no cuenta con el mercado nacional.
Las sugerencias que se pueden hacer, son generales, ya que las condiciones son distintas en cada familia, pero en su mayoría pueden aplicar:
- Ajuste su presupuesto, gaste en lo indispensable.
- No genere créditos. Si los tiene, adminístrelos hasta donde pueda pagar, si no, trate de renegociar, si falla, en caso de ser bienes entréguelos, después los podrá recuperar. De ser efectivo, prepárese para un acoso legal y de ser necesario, defiéndase en esa misma vía.
- Procure no comer fuera de casa, la comida preparada es cara, si no come en casa, lleve lunch.
- Evite la comida chatarra, es cara, no alimenta y genera enfermedades.
- Si necesita hacer un gasto no programado, sea paciente, en estas épocas se generan muchas ofertas y promociones.
- Sea eficiente en su trabajo, no de pretextos para que le liquiden, por supuesto, dentro del límite de lo razonable.
- Sea creativo, en situaciones como esta aflora la habilidad de compensar –los parques de diversiones son costosos, pero un niño disfruta de igual forma un parque con una pelota-.
- Mantenga la unidad familiar, la falta de recursos económicos genera muchas tensiones, pero son pruebas para templar y cohesionar a los integrantes con el único objetivo de salir adelante. Recuerde que en la trinchera, su(s) mejor(es) amigo(s) es(son) quien(es) esta a su lado.
- Participe en causas de resistencia cívica, no lo mida en logros, si no en su capacidad de participar y querer generar un mejor vivir. Se sentirá satisfecho.
- Y sobre todo, lo más difícil, mantener el ánimo, el deprimirse no solucionará sus problemas ni los de nadie.
Como se comentaba al principio, no se dice nada nuevo de que el año 2009 va a ser complicado, pero hay que recordar que así como se complican situaciones, generan oportunidades, hay que saber aprovecharlas.
Carlos Perezares Naveja
Ensenada, B.C. a 16 de diciembre de 2008