Mexico y La Guadalupana

 

 

 

La Virgen de Guadalupe

en la historia de México 

 

La Virgen María de Guadalupe ha tenido un lugar importante en la historia de México, desde un poco después de la Conquista de México, hasta nuestros días.  

 Independencia  

Los Guadalupes, una sociedad secreta impulsada por los ideales liberales insurgentes, toman su nombre en honor de la Virgen de Guadalupe como símbolo de unidad nacional.  

Fueron los principales precursores de la Independencia de México. El movimiento de independencia de México tuvo como primer estandarte la Virgen de Guadalupe.  

En su camino de Dolores a San Miguel el Grande Miguel Hidalgo y Costilla se detuvo a orar en la iglesia de Atotonilco (Guanajuato) mientras sus seiscientos hombres esperaban en el atrio. Al salir enarboló la única imagen capaz de unir al pueblo para la empresa de la Independencia Nacional.  

La inscripción que se puso en las banderas de la revolución fue “Viva la religión. Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe. Viva Fernando VII. Viva la América y muera el mal gobierno”. 

El 11 de marzo de 1813, desde Ometepec (Guerrero), expide José María Morelos un decreto exaltando a la Guadalupana, “para que sea honrada y todo varón declare ser devoto de la Santa Imagen, soldado y defensor de la Patria” y dos años después pediría como última concesión ir a orar a la virgen antes de ser ejecutado en Ecatepec en 1815.  

 Primer Imperio de México   

Agustín I de México crea la Orden Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe. A la muerte del emperador, en el otoño de 1821 cayó en desuso.  

 México independiente   

Manuel Félix Fernández acampaba a un lado del arroyo en la Sierra Mixteca. Uno de sus hombres se atrevió a bajar hasta el agua y fue abatido por los arcabuces enemigos. El bravo general arrojó su sable a la otra orilla y gritó:  

“Va mi espada en prenda, voy por ella”. Toda la tropa lo siguió hasta la victoria y él, agradecido, cambió su nombre por Guadalupe Victoria en agradecimiento a la Virgen por la victoria concedida.  

Posteriormente sería el primer presidente de México.  

Otro presidente, el general Vicente Guerrero, peregrinó a Guadalupe para depositar personalmente a los pies de la Virgen las banderas y trofeos ganados a Barradas.  

Antonio López de Santa Anna, Reactiva 30 años después de su fundación la Orden Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe y consiguió el reconocimiento de la iglesia católica en 1854 por disposición del Papa Pío IX. Ese mismo año volvió a caer en desuso con el triunfo de la Revolución de Ayutla.  

Ignacio Manuel Altamirano, en su libro: Pasajes y leyendas y costumbres de México, cuenta del presidente, general Juan Álvarez, antiguo insurgente, que «…hizo su peregrinación oficial a la Villa de Guadalupe», y repite la misma frase hablando del general Ignacio Comonfort, también presidente de México.  

El licenciado Benito Juárez, presidente de la República, expide inteligentemente un decreto el 11 de agosto de 1859 por el que se declara día festivo el 12 de diciembre, y Sebastián Lerdo de Tejada, Ministro de Justicia, Relaciones y Gobernación, comenta este hecho llamando “intocable” a la fecha guadalupana. Ambos sucesos se realizaron con fines sociopolíticos, más que religiosos.  

Valentín Gómez Farías encabeza una moción para «entronizar en el Congreso Nacional a Nuestra Santísima Madre de Guadalupe»  

 Segundo Imperio de México   

Maximiliano I crea la Orden de Guadalupe una de las órdenes imperiales de México (originalmente Orden Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe), conocida oficialmente en el imperio como Orden Imperial de Nuestra Señora de Guadalupe  

 Siglo XX   

El licenciado Manuel Garibi Tortoler cuenta que cuando se dio la orden de expulsar de México al general Plutarco Elías Calles (presidente de la República y fundador del Banco de México), los comisionados para ejecutar la orden lo sorprendieron durmiendo; en la mesa de noche, junto a su lecho, encontraron una imagen de la Virgen de Guadalupe y una lámpara encendida ante ella.  

El entonces presidente de México Adolfo López Mateos (1958-1964) fue cuestionado en una gira por Venezuela por una periodista quien le preguntó si la imagen de la Virgen de Guadalupe iba a formar parte del intercambio cultural México-Venezuela y la respuesta del presidente mexicano fue: «La imagen de la Virgen de Guadalupe no está sujeta a intercambio alguno, la imagen pertenece al pueblo creyente de México»; en rueda de prensa en Río de Janeiro, afirmó: «La imagen de la Virgen de Guadalupe no es considerada una obra pictórica porque las manos que la pintaron no son de este mundo…, es sin duda la más valiosa reliquia del género religioso que existe en México».  

En el año 2000, el entonces presidente electo Vicente Fox Quesada al conocer el resultado de las elecciones levantó un estandarte de la Virgen de Guadalupe, así mismo visitó la Basílica de Guadalupe en los días posteriores, hecho que molestó a no creyentes y a grupos masónicos.

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