La violencia, el odio y la
desconfianza
son las formas de pobreza
El Papa llama a la paz en Gaza y a la lucha contra la pobreza
Benedicto XVI ha celebrado la primera misa del año en la Basílica de San Pedro.-
Ha asegurado que «la pobreza ofende a la justicia y a la igualdad y pone en peligro la coexistencia pacífica»
EFE /
ELPAÍS.com
El Papa Benedicto XVI dijo hoy que «el profundo deseo de vivir en paz sale de los corazones de la gran mayoría de la población israelí y palestina», y confió en que «con la sabia y previsora contribución de todos» se darán respuestas concretas a la aspiración de vivir en paz, seguridad y dignidad. El Papa ha oficiado en la Basílica de San Pedro la primera misa del año celebrada con otros cinco monseñores, cardenales y obispos, entre ellos, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, dedicada a María Madre de Dios y en la 42 Jornada Mundial de la Paz con el lema: ‘Combatir la Pobreza, luchar por la paz’. Durante la homilía, el Obispo de Roma abordó la situación que vive estos días la franja de Gaza y dijo que una vez más está en peligro la paz «por el estallido masivo de la violencia en la Franja de Gaza en respuesta a otra violencia» y expresó preocupación y temor por el futuro, aunque también esperanza para vivir en paz, seguridad y dignidad. «La violencia, el odio y la desconfianza son las formas de pobreza -tal vez la más terrible- que hay que combatir», ha afirmado y recordado a todos los que allí sufren, en especial «a la pequeña pero ferviente parroquia de Gaza».
Pobreza, crisis y armamento
El Papa señaló que en el Día Mundial de la Paz la pobreza impide que las personas y las familias vivan de acuerdo a su dignidad, «ofende a la justicia y a la igualdad y pone en peligro la coexistencia pacífica». El Pontífice precisó que es necesario evaluar el fenómeno de la globalización y que frente a pandemias extendidas, la pobreza infantil y la crisis alimentaria, «lamentablemente» volvemos a denunciar la «inaceptable carrera de armamentos». «Por un lado -matizó- celebramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, por otro, está el aumento de los gastos militares en violación de la Carta de las Naciones Unidas, que se compromete a reducirlos al mínimo».
Benedicto XVI se preguntó si con la actual crisis económica global estamos dispuestos a hacer juntos una revisión profunda del modelo de desarrollo económico y que así lo exigen «el estado de salud del planeta y, sobre todo, la crisis cultural y moral cuyos síntomas son evidentes desde hace tiempo en cada parte del mundo». Diferenció la pobreza «elegida» de la pobreza «a combatir», la que oprime a tantos hombres y mujeres y amenaza la paz de todos, y afirmó que «debemos redescubrir la sobriedad y la solidaridad, que son valores evangélicos y, sin embargo, valores universales».
El Papa, experto en la vida de Jesús de Nazaret, distinguió la pobreza y la opción propuesta por Jesús, quien encarnó «una revolución pacífica, no ideológica, pero sí espiritual», de la lucha contra la pobreza para hacer que el mundo sea más justo y unido. Tras la solemne misa, el Papa rezó el Angelus ante miles de peregrinos y turistas que se concentraron a pesar del frío en la Plaza de San Pedro, donde se erige un Belén de dimensiones reales y enorme abeto junto al obelisco. En su alocución tradicional, Benedicto XVI declaró que desea dialogar con los responsables de las naciones y de los organismos internacionales y «ofrecer la contribución de la Iglesia Católica para la promoción de un nuevo orden mundial digno del hombre».