Alejandro Ricaño; Premio E. Carballido

El escritor Alejandro Ricaño, galardonado en Monterrey

El talentoso escritor veracruzano Alejandro Ricaño.

Foto: Diario de Xalapa

Diario de Xalapa

Redacción

 

 A finales de diciembre se dio a conocer en la ciudad de Monterrey, el nombre del ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido que otorga la Universidad Autónoma de Nuevo León. Más pequeños que el Guggenheim le valió el reconocimiento al escritor veracruzano Alejandro Ricaño, egresado de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana, de tan sólo 25 años, convirtiéndose en el más joven en ganar este premio.

Luego de abrirse la plica del ganador, procedió a llamarse al autor, quien manifestó estar muy contento. ¿Con qué obra gané? Preguntó, luego de aclarar que había participado con dos. Ricaño se mostró muy sorprendido al enterarse de que la ganadora había sido Más pequeños que el Guggenheim.

«Es una sorpresa muy grata, no había puesto muchas esperanzas en esa obra. La terminé de escribir literalmente una horas antes del cierre del concurso. Nadie la había leído completa. Y no sabía si funcionaba».

«Se trata de una obra vanguardista y esperanzadora», declaró Luis Martín, miembro del jurado. «Es muy nostálgica, muy conmovedora».

Más pequeños que el Guggenheim relata un viaje de reconocimiento y fracaso por España, y la historia de cuatro amigos desempleados que encuentran en hacer teatro una manera de evadir su soledad, una manera de sobrellevar de la mejor manera una vida que no es lo que esperaban. Un albino bizco epiléptico, un cajero de un Oxxo que se llama Hamlet y sueña con ser actor, un escritor diabético que trabaja en el pasillo de libros de un Wall-Mart y un director de teatro homosexual, quien ha trabajado diez años de su vida para poner un café teatro que está a punto de quebrar, conforman esta comedia sobre la amistad.

«Es una comedia que se ve cada vez más seria. La vida de los personajes cada vez se va desmoronando más y llega un momento en el que no puedes seguir burlándote de ellos. Llegan a conmoverte, creo». Comentó el autor en entrevista vía telefónica.

También en 2008, Alejandro Ricaño fue finalista del Premio Nacional de Dramaturgia por segunda ocasión. Ha sido finalista del Concurso Nacional de Teatro Universitario de la UNAM. Y ha sido becario en dos ocasiones del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Veracruz, del programa Jóvenes Creadores del Fonca y de la Fundación Antonio Gala en España.

«Realmente me aterraba esta obra. Me tomó más de un año terminarla.

Empecé a escribirla en España el año pasado y la terminé aquí en México, como dije, a unas horas de la fecha del cierre.

Y cuando la leí dije: de qué carambas trata esto. Son cuatro amigos desempleados que quieren montar una obra y no lo logran. A quién va a interesarle. Realmente no estaba midiendo la magnitud emotiva de la obra, estaba tan impregnado de ella que no podía distinguirla desde fuera».

La intención de Ricaño, dice, era hacer una obra optimista contra todas las obras de violencia, de denuncia. Pesimistas.

«Hubo muchas obras que hablaban de la violencia, de la agresión humana y de esta situación de inseguridad que estamos viviendo en México. A final de cuentas, es el entorno del dramaturgo», expresó el maestro González Garza, también miembro del jurado.

«En este momento no creo en el teatro de denuncia, no sólo en el que denuncia problemas sociales, sino el que denuncia violencia, o sencillamente que algo está mal. Me pasa que cuando salgo del teatro o del cine de una obra o de una película así, salgo muy enojado, pero a final de cuentas no hago nada para cambiar las cosas. Estoy seguro que como a mí, le pasa a todo el mundo. En unas horas estás cenando como si nada. Con las historias optimistas, en cambio, uno sale queriendo cambiar algo para bien, no sabes qué, quizás a ti mismo, y eso genera grandes cambios en grandes magnitudes, te da un aliento, una esperanza. Es lo que pretendo con esta obra, generar conciencias, remover emociones, que la gente salga de buenas, queriendo estar mejor. La escena dirá si lo logro».

Por lo pronto ya le valió el Premio Nacional de Dramaturgia, que le será otorgado a finales del mes de febrero en la ciudad de Monterrey junto con la publicación del libro de la obra.

Ricaño dijo estar muy contento de recibir un premio con el nombre de Emilio Carballido, quien fue su maestro. «Es muy significativo. Mi única pena es no poder compartir mi alegría con él. Pero creo que él debe estar muy contento».

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