Los laicos y la Iglesia…

Ratzinger recibe a los ‘kikos’

como nuevos cruzados

contra el laicismo 

25.000 seguidores de Argüello acuden a Roma en el 40º aniversario del Camino  

MIGUEL MORA 

El País   

El papa Benedicto XVI celebrará hoy, con una misa en la basílica de San Pedro, los 40 años del inicio del Camino Neocatecumenal en Roma.  

Los fundadores del «itinerario evangelizador», Kiko Argüello, Carmen Hernández y el padre Mario Pezzi, serán recibidos por Ratzinger con la primera comunidad italiana.  

Según el Camino, más de 25.000 personas participarán en la celebración.  

El acto se ve en el Vaticano como la consagración de la alianza entre Joseph Ratzinger y Kiko Argüello, dos viejos conocidos que no siempre se han entendido bien y que hoy son estrechos colaboradores en la cruzada católica contra el «laicismo negativo» y la destrucción de la familia.  

Benedicto XVI ayudó a exportar a Alemania esta organización en 1985 

En 1985, cuando era profesor de Teología en Tubinga, Ratzinger conoció el Camino a través de algunos de sus estudiantes, y, «favorablemente impresionado», ayudó a exportar el modelo a Alemania, según el movimiento de Argüello. Lo cierto es que el hoy Papa había sido tibio hacia el Camino. Por un lado, veía con malos ojos su liturgia heterodoxa; por otro, simpatizaba con su «alegría contagiosa». El tiempo y el fervor mostrado hacia los kikos por Juan Pablo II debieron ayudarle a decidirse. 

Siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, «el cardenal Ratzinger examinó los contenidos teológicos de las Catequesis Kerigmáticas, así como algunos pasos del Neocatecumenado, y en el 2003 comunicó la aprobación definitiva al Consejo Pontificio de los Laicos», recordaba ayer el Camino. 

En febrero de 2007, siendo ya Papa, Ratzinger recordó: «He conocido a los neocatecumenales desde el inicio. Ha sido un camino largo, con muchas complicaciones, que existen todavía, pero hemos encontrado una forma eclesial que ya ha mejorado mucho la relación entre el Pastor y el Camino. ¡Y así vamos adelante!». 

Finalmente, acabaría por consagrar la actividad evangelizadora de Argüello al conducir el proceso vaticano que acabó en la aprobación de los estatutos del Camino en junio de 2008. 

Salvando todas las distancias, la comunión entre los dos personajes es hoy tan notoria como útil para ambos. Ratzinger no deja de animar a sus obispos y párrocos a ayudar y dejarse ayudar por el Camino, un grupo al que considera crucial para lanzar «la nueva evangelización», que, como señaló Juan Pablo II, busca «la unidad de la Iglesia particular con la Iglesia universal». 

Y Argüello corresponde movilizando a sus hiperactivas bases. De dos formas distintas: los caminantes más jóvenes alegran inagotables, con bailes y canciones, los viajes del Papa erudito (eran mayoría en la Jornada Mundial de la Juventud en Australia en 2008), y las familias kikas acuden como un solo hombre a las protestas callejeras de las iglesias nacionales. 

La elección de Madrid como sede de la Jornada Mundial de la Juventud 2011, que fue saludada en el hipódromo de Sidney con coros y coreografías especialmente preparadas para la ocasión por los kikos, es otra prueba de esa confianza creciente, alentada siempre por el tercer hombre, Antonio María Rouco Varela. 

El poderío constructor (de edificios y vocaciones) del Camino es otro de los atributos que agradan a Roma. Fue Argüello quien sacó adelante el faraónico proyecto Domus Galilea, el seminario levantado cerca de la puerta de Jafa de Jerusalén que inauguró Wojtyla en 2000. 

La familia numerosa y movilizada, la moral ultraconservadora, la oración contenta y el empuje misionero son las esencias actuales del Camino, un ejército muy activo y disciplinado que se ha convertido en una de las organizaciones más influyentes del catolicismo, llevando el lema Evangelizar a los alejados a 120 países de los cinco continentes. Los kikos forman ya 20.000 comunidades, dominan 5.500 parroquias y gestionan casi 50 seminarios. Italia es de largo el país donde están mejor implantados: 200.000 miembros italianos, «sin contar los hijos». 

En el encuentro de hoy, Kiko desplegará todos sus encantos. Presentará al Papa las 14 comunidades romanas (cada una formada por entre 30 y 60 personas) que, de acuerdo con el cardenal Agostino Vallini, vicario del Papa para la diócesis, están listas para partir como comunidades en misión a zonas difíciles de la periferia.  

Salvar a la familia

El objetivo inmediato de Kiko Argüello es salvar a la familia en Europa, que a su juicio está amenazada por los «Gobiernos ateos», según declaró a la agencia Zenit (gestionada por los Legionarios de Cristo) en una entrevista concedida el 1 de enero, tras la manifestación pro familia en Madrid. Tras afirmar que la familia está «muy amenazada, en España, Italia y en otras partes», sostiene que «la ley express sobre el divorcio ha hecho que en sólo seis semanas más de 90.000 familias hayan sido destruidas, esto es catastrófico». Añade que en países como Suecia, «el 70% de la gente vive sola, el mundo vive solo, no saben qué hacer, hay alcoholismo y problemas, y entonces la sociedad se transforma. Y hay muchos divorcios». 

Argüello afirma: «En Europa hay gobiernos que son ateos y la cosa es muy grave: es como si fuéramos en una nave que no va a ninguna parte. Y en cambio esta nave, que es nuestra vida, va al cielo. Ya en 1985 Juan Pablo II dijo que la situación familiar de Europa no iba bien, y propuso volver al primer modelo apostólico. Es lo que hacemos, viviendo como cristianos, ayudándonos mutuamente». 

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