Mascarones de Kohunlich y el Petén

Mascarones de Kohunlich,  relacionados con el Petén 

Notimex 

Milenio   

En la segunda mitad del Clásico Temprano hubo un fuerte colapso poblacional en el sitio maya y los espacios de filiación petenera se abandonaron, lo que pudo deberse, a un fuerte cambio en el orden político e ideológico. 

Tras años de exploraciones en la Zona Arqueológica de Kohunlich, Quintana Roo, hoy en día sólo se conocen dos complejos escultóricos de estuco integrados a la arquitectura, los mascarones del Edificio A-1 y los relieves de la crestería del Palacio de las Estelas, por lo que son el único vestigio del arte monumental de sus antiguos pobladores. 

Por su investigación sobre la técnica de manufactura de estos bienes muebles, la restauradora Sandra Zetina Ocaña obtuvo recientemente el Premio «Paul Coremans», del Instituto Nacional de Antropología e Historia. 

Se trata de un trabajo basado, a su vez, en estudios de física, geología, arqueología, historia del arte, epigrafía y arquitectura, señaló el INAH. 

La especialista, adscrita al Instituto de Investigaciones Estéticas, de la UNAM, comentó que la tesis de licenciatura hace énfasis en la comprensión de la factura de relieves monumentales como objetos complejos que se entremezclan con la arquitectura y sugiere la búsqueda de nuevas estrategias de conservación. 

Al mismo tiempo, «tiene como objetivo enriquecer la historia de las técnicas escultóricas prehispánicas y aportar datos sobre la creación de los relieves monumentales en el Clásico Temprano (200-600 d.C.), en las tierras bajas mayas». 

Para el análisis arquitectónico y formal se recurrió al dibujo, fotografía y descripción, así como a la fotogrametría (dimensiones y posición de objetos en el espacio). 

El estudio de materiales se basó en técnicas microscópicas: petrografía, microscopía óptica y electrónica de barrido, apoyadas por el estudio mineralógico en difracción de rayos X. 

De esa manera, mediante un enfoque interdisciplinario concluyó que los relieves de los edificios de los Mascarones A-1 y de las Estelas B-4 de Kohunlich deben situarse en la tradición escultórica de modelado en estuco iniciado durante el Preclásico Tardío y desarrollada en la región del Petén, el norte de Belice y el llamado «Petén Campechano». 

De acuerdo con estudios poblacionales, Kohunlich inició su auge en el Protoclásico (50 a.C. – 250/300 d.C.) y su clímax se dio en la primera mitad del Clásico Temprano (250/300 d.C. – 450 d.C.), en este periodo tuvo lugar la construcción de arquitectura pública monumental religiosa con fuerte filiación al estilo Petén, como el complejo Mascarones-Estelas. 

«Las investigaciones arqueológicas demuestran que Kohunlich estuvo vinculado durante la primera mitad del Clásico Temprano a esta región y que hacia la segunda mitad se abandonaron los espacios rituales que conservan características arquitectónicas del Petén y se adoptaron rasgos del estilo Río Bec». 

«Es muy probable que el Edificio A-1 sea un poco más antiguo que el Edificio B-4, aunque sin duda ambos estuvieron funcionando como un mismo espacio ritual durante la primera mitad del Clásico Temprano». 

El estilo del Petén temprano se caracteriza por la presencia de grandes mascarones de estuco modelado que decoran los lados de las escalinatas de los edificios. Con el estilo Río Bec, en Kohunlich se abandonó esta tradición escultórica. 

«La iconografía del Edificio A-1 evoca los enormes mascarones construidos durante el Preclásico Tardío en el Petén, pero a una escala mucho más reducida y con un cambio radical en la figura central», detalló Zetina Ocaña, restauradora adscrita al Laboratorio de Diagnóstico de Obras de Arte del IIE. 

Mientras los mascarones del Preclásico retrataban deidades, los creados Kohunlich representaron a gobernantes con rasgos de divinidades, empleando una iconografía «arcaizante» pues sitúa a personajes históricos dentro de un contexto simbólico empleado con anterioridad. 

Por otra parte, los relieves de la crestería del Edificio de las Estelas son una elaboración del Clásico Temprano. Los ejemplos que se detectaron son contemporáneos y generalmente aluden a momentos de entronización de gobernantes, sin embargo la técnica de modelado en estuco también recupera la tradición del Preclásico. 

En la segunda mitad del Clásico Temprano hubo un fuerte colapso poblacional en el sitio maya y los espacios de filiación petenera se abandonaron, lo que pudo deberse -según el arqueólogo Enrique Nalda, responsable del sitio- a un fuerte cambio en el orden político e ideológico. 

La población se recuperó hasta el Clásico Tardío Terminal y mientras tanto la arquitectura de Kohunlich cambió su vocación pública por la privada, la enorme actividad constructiva de esa época se volcó en la edificación de conjuntos habitacionales en un estilo arquitectónico vinculado hacia la región Río Bec, alejado de la tradición de escultura modelada en estuco. 

«Sin embargo, en esta investigación se encontró evidencia de azul maya y gran variedad de pigmentos orgánicos (verdes y naranjas) en las capas pictóricas de fragmentos de estuco en el derrumbe del Edificio B-4, que parece indicar que se siguió la tradición de estuco modelado hasta la segunda mitad del Clásico Temprano, fecha en que se producía comúnmente el azul maya», concluyó Zetina Ocaña. 

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