Origen de las casas de cuna en México
Estaba frente a lo que es ahora Mercado de
El día 19 de febrero de 1794, el Rey de España ordenó que se tuviera por legítimos a todos los expósitos recogidos, otorgándoles los efectos civiles correspondientes y habilitándolos para toda clase de empleos y honores, concediéndolos el apellido de Lorenzana, en recuerdo de su Ilustre Fundador.
(Nótese que las leyes de relaciones familiares revolucionarias que conceden igualdad de derechos civiles, llegaron sólo 123 años más tarde).
La apertura de una Casa Cuna, que ampare y proteja a los infantes abandonados, pues entre las públicas necesidades, es una de las más urgentes debido a. los muchos niños expósitos que se dan.
La idea de que se funden hospitales en todos los pueblos de españoles e indios, donde sean curados los pobres enfermos y se ejercite la caridad cristiana, está dispuesta en las Leyes de Indias en 1541;
y como iniciativa privada ya figura en las Actas Capitulares del Cabildo de Córdoba, con la cuádruple misión de proteger al peregrino, asistir al enfermo, segregar al contagioso y cobijar al indigente, para servicio de Dios, amparo de los pobres y alivio de mi conciencia. En la América Hispana, los Hospitales fueron la tercera institución en aparecer, y la primera sin ambición de poder ni lucro, sólo precedidas por el gobierno y la Iglesia.
La orfandad médica era tan grande en los primeros tiempos de Buenos Aires, que el Cabildo dispuso en 1609, prohibirle salir de la ciudad a Gerónimo de Miranda, costeándole un salario entre los vecinos para sangrar, afeitar, echar ventosas y sacar muelas a quien lo necesitare.
El 14 de julio de 1779, exactamente 10 años antes de la Revolución Francesa, el Virrey Vértiz dispone la apertura de la Casa de Expósitos para que estos hijos ilegítimos puedan educarse en el Santo Temor de Dios y ser hombres útiles a la Sociedad, según fundamenta en carta al Rey.
Se asemejaba a las Casas de Expósitos de Méjico y Santiago de Chile, casi contemporáneas a la de Buenos Aires.
Vértiz tenía experiencia directa en esta problemática por haber sido juez de menores.
La Junta de Temporalidades, creada para administrar localmente los bienes de los Jesuitas recientemente expulsados de América, la desaparecida Compañía, ofrece una parte de la luego conocida como Manzana de las Luces, que los Jesuitas habían comenzado a construir en 1622, la esquina parcialmente demolida en 1936 para abrir la Diagonal Sur, de San Carlos y San José (hoy Alsina y Perú) en ese momento Arsenal de Guerra, como edificio para la Casa Cuna, y el alquiler de nueve pequeñas propiedades frente a la Plaza Mayor, (casas redituantes)como presupuesto para su funcionamiento. De este primer edificio de la Casa quedan en pie dos salas que hoy se usan para el Mercado de las Luces, una galería de artesanías.
El origen de la Casa Cuna está así rodeado de apellidos de familias ilustres de la Ciudad, con vocación por el bien público, agrupados en la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo, creada en 1727, en la Iglesia de San Miguel Arcángel, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios, por Don Juan Guillermo Gutiérrez González Aragón, para dar cristiana sepultura a las víctimas desamparadas, de la epidemia que entonces se abatió sobre Buenos Aires, lo que provocó duros cuestionamientos de los párrocos dispuestos a inhumar sólo a quienes podían pagarlo y que ya en 1755 había propuesto la creación de una Casa Cuna en esta Ciudad. Estas familias, al comienzo del Siglo XIX serían decisivas para el nacimiento de la Nación Argentina. En la Iglesia de San Miguel se conserva aún hoy la imagen de Nuestra Señora de los Remedios a cuyos pies se reunía a rezar la Santa Hermandad.
Libro de acuerdos de la ilustrísima y venerable congregación de