Zonas arqueológicas de Querétaro

ZONA ARQUEOLÓGICA MONUMENTAL DE QUERÉTARO DONDE LA LOCALIDAD VENERA A UNA VIRGEN CATÓLICA

Guillermina Escoto

A sólo 10 minutos del Centro Histórico de Querétaro, Patrimonio Cultural de la Humanidad, existe una pirámide monumental de 30 metros de altura; es el edificio principal del santuario prehispánico El Cerrito, que por su importancia en la región y el empeño de los arqueólogos que la atienden recibió la declaratoria presidencial de Zona de Monumentos Arqueológicos en noviembre pasado, y en donde desde el siglo XVIII la localidad venera a la virgen más importante de la capital queretana, en una misa solemne presidida por el cura del Santuario de Nuestra Señora del Pueblito, ante la asistencia de cinco mil fieles.

Para hablar de los trabajos arqueológicos en el sitio, así como de otras investigaciones que actualmente realiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia en el estado de Querétaro, se realizó una conferencia de prensa en la plaza de la Danza, de la zona arqueológica El Cerrito, presidida por el director del Centro INAH estatal, Diego Prieto, y en la que participó entre otros, el arqueólogo Daniel Valencia, responsable de la zona. También fue inaugurada la muestra temporal Entierro Infantil, procedente de dicho sitio, como pieza del mes del Museo Regional de Querétaro.

El Cerrito es un santuario prehispánico ubicado en El Pueblito, municipio de Corregidora, cuya estructura principal es monumental (30 metros de altura) lo que la hace única a nivel regional; además cuenta con estructuras de plazas, altares, pequeños basamentos cuadrangulares y rectangulares, construidos sobre afloramientos rocosos. La pirámide tiene apariencia de cerro debido a los derrumbes y erosión de muros que sufrió antes que la interviniera el INAH, lo que también propició que le crecieran encima pastos y cactáceas. Daniel Valencia explicó que el sitio fue lugar de culto desde tiempos prehispánicos hasta el siglo XVIII, época durante la cual a pesar de la presencia de los españoles los indígenas continuaban adorando a la deidad que ahí se encontraba, muy posiblemente femenina y relacionada con la agricultura.

El arqueólogo narró que ante la persistencia indígena, Fray Sebastián de Gallegos realizó una imagen de la Santa María que representa el misterio de la Inmaculada Concepción y la colocó en un altar dentro de la zona arqueológica para que los indígenas dejaran de rendir culto a su deidad. En 1736 la virgen de El Pueblito fue trasladada a un santuario construido para ella en el centro de la población quedando en abandono el sitio arqueológico y comenzando su destrucción

En los años que siguieron fue presa de saqueadores: por una parte, gente que tomó fragmentos de las estructuras para construir sus casas y por otra, los buscadores de tesoros. El arqueólogo calcula un deterioro del sitio en un 30 o 40 por ciento debido a estos hechos. En la cima de la pirámide existe una construcción realizada en el siglo XIX, llamada fortín, donde se encontraron diversas excavaciones hechas con la intención de saquear »tesoros».

Valencia explicó que actualmente la virgen de El Pueblito es la más importante de la capital de Querétaro y su esfinge se sigue adorando al pie de la pirámide a donde se lleva durante el mes de septiembre para ser velada en una ceremonia solemne que preside el cura del templo de Nuestra Señora del Pueblito, con la asistencia de unas cinco mil personas.

El Cerrito surgió como cabecera política y religiosa de un conjunto de asentamientos densamente poblados ubicados en la cima del Cerro Gordo, Balvanera, La Magdalena, Santa Bárbara, la Negreta y las márgenes del río Pueblito, hacia el año 400 d.C., momento en que se ubican los primeros edificios religiosos de la clase gobernante; la primera etapa de ocupación continuó hasta el 600 d.C., siendo contemporánea de Teotihuacan cuya influencia se observa en la organización del espacio y sistemas constructivos y objetos cerámicos.

Su etapa de auge corresponde a los años 850 d.C. hasta el 1150 d.C. en el Posclásico Temprano, época en que el centro estuvo vinculado a la cultura tolteca, de este período los arqueólogos localizaron ornamentación arquitectónica con esculturas en relieve de figuras zoomorfas, antropomorfas y calendátricas, tamborcillos, clavos y chalchihuites pertenecientes a frisos, así como almenas o coronamientos en forma de caracol partido y espiga.

El sitio también presentó esculturas en bulto correspondientes a su época de apogeo, las cuales fueron recuperadas por el Museo Regional de Querétaro desde los años cuarenta y se encuentran en su acervo, entre ellas un chac mool mutilado de la cabeza, los pies de un Atlante y una estela en forma rectangular.

El arqueólogo Daniel Valencia, explicó que a partir de 1995 las investigaciones tomaron un nuevo curso cuando el centro INAH inició un proyecto de conservación integral tendiente a abrir el sitio arqueológico a corto plazo. Los trabajos arrancaron con la conservación legal del sitio y se elaboró el expediente técnico que sería el sustento de la Declaratoria Presidencial, con la cual se delimitó la zona dentro de un espacio de16 hectáreas.

Paralelamente entre 95 y 97 se realizaron trabajos de conservación física como control de derrumbes, recimentación e integración de muros en el fortín, limpieza de basura y escombros, se arregló la malla perimetral, caseta de vigilancia dotándola de agua y luz y en 1998 se elaboró un proyecto arqueológico conjunto con los gobiernos estatal y municipal para la recuperación de terrenos comprendidos dentro de las 16 hectáreas de límite mínimo necesario y el inicio de la restauración de la estructura principal.

Se informó que con una inversión de un millón 800 mil pesos para trabajos arqueológicos, a través del proyecto se ha trabajado el 5 por ciento de la zona; entre los resultados más importantes se tiene casi liberado el primer cuerpo de la cara oriente del basamento, que es la entrada principal al sitio, y esta definida la Plaza de la Danza. Además han ocurrido hallazgos no sólo arquitectónicos, sino de materiales arqueológicos importantes, entre ellos lítica, cerámica y artefactos de uso común, así como esculturas y petrograbados.

Los criterios de conservación y restauración se han hecho conforme a la normas internacionales aplicando materiales originales; en la mayoría de los casos ha sido necesario desmontar y volver a colocar las piedras una por una, con el fin de ajustar y alinear la inclinación de los taludes. En ningún caso se han hecho reconstrucciones de faltantes. Las intervenciones se han hecho con la colaboración de 25 trabajadores, de los cuales 5 son especializados y el resto obreros calificados en este tipo de trabajos.

Con el fin de dar a conocer a un público amplio el trabajo arqueológico de El Cerrito, el martes 19 de junio se inauguró la exhibición del Entierro Infantil como pieza del mes en el Museo Regional de Querétaro. El arqueólogo Valencia explicó que se trata de uno de los hallazgos más importantes porque es el único entierro completo localizado in situ hasta el momento; corresponde a un niño de entre 5 y 7 años de edad, asociado a las últimas ocupaciones prehispánicas, posiblemente entre el 1200 y 1500 d.C.; se encontró en noviembre de 1998 en la parte sur de la pirámide principal dentro de la Plaza de las Esculturas, un espacio donde había numerosas esculturas, y cercano a lo que los arqueólogos llamaron Altar de Cráneos; se extrajo en bloque ya que se conservó completo, para someterlo a estudios de laboratorio. 

En San Juan del Río, Querétaro

SE RESCATA LA ZONA ARQUEOLÓGICA «CERRO DE LA CRUZ»

San Juan del Río, Qro., 3 mayo.- Actualmente se lleva a cabo el rescate arqueológico de una de las zonas más antiguas de la región de San Juan del Río. Se trata de dos pirámides superpuestas en el Cerro de la Cruz. Una de ellas se atribuye a la cultura chupícuaro, y la otra al periodo epiclásico, construida con piedra caliza y algo de cantera en los remates de los tableros.

Bajo la coordinación del arqueólogo Juan Carlos Saint-Charles, los trabajos de liberación y consolidación empezaron desde febrero del 2000 en una zona afectada por construcciones de pobladores actuales. El camino de entrada al cerro y sus bardas data de los años cuarenta y según Saint-Charles, se puede pensar que fueron construidos con la piedra de los asentamientos originales de la pirámide, lo mismo que una capilla que data de los mismos años y que se alzó en lo que parece fue la plaza principal del sitio.

El lugar fue sido un centro ceremonial desde la época prehispánica y más recientemente un lugar de culto católico y de fiestas populares, sobre todo en El Calvarito asentado sobre la pirámide, que data de 1679 y 1739, de acuerdo a placas originales en el montículo.

El proyecto está planteado por lo menos para 5 años en trabajos de reconstrucción y de ello habla en entrevista Juan Carlos Saint Charles: «El lugar es uno de los más antiguos detectados en Querétaro, sobre todo en la parte de los valles, y uno de los primeros asentamientos agrícolas. Estamos hablando de 500 años antes de Cristo. El estudio de esta zona es relevante porque nos permite conocer la dinámica mesoamericana en la región, y su proceso de desarrollo en los diferentes momentos históricos.

«Hemos detectado, una secuencia de ocupación que viene desde el año 900 o 1000 d.C. En el periodo formativo su situación geográfica se ubicaba en los límites de la frontera mesoamericana. Durante el periodo clásico (auge de Teotihuacan) la región quedó inmersa en ese ámbito y posteriormente San Juan del Río volvió a caer en los límites fronterizos».

Ultimos hallazgos en el Museo de la Muerte de San Juan del Río

Sobre los trabajos precedentes en la zona, Saint Charles explicó que las investigaciones en este sitio y sus alrededores comenzaron a mediados de los años setentas. «El arqueólogo Enrique Nalda fue uno de los primeros en hacer estudios sistemáticos en la región, y quien realizó reconocimientos de superficie. A través de los años, ha habido una serie de rescates arqueológicos principalmente entre los caseríos del barrio que creció en las faldas del cerro, donde se ha recuperado información de los diferentes momentos de ocupación».

El arqueólogo precisó que en el Cerro de la Cruz se realizan labores de conservación, lo que implica la liberación, la restauración y la consolidación del edificio principal. También se han hecho pruebas para la conservación de pisos. En siguientes etapas del proyecto, se continuará con las plataformas y otros edificios que tenemos detectados, lo mismo que con la calzada perimetral del cerro que también está por estudiarse, así como los petrograbados que se han localizado en ella.

La investigación está enfocada a conocer cuál era la dinámica cultural interna en el sitio y hacia el exterior. Toda la etapa de poblamiento y repoblamiento es nuestra línea de investigación fundamental, lo mismo que la investigación sobre las fronteras de los diferentes momentos históricos, sobre todo en el complejo periodo epiclásico.

Tenemos numerosos materiales, además de los de chupícuaro, para el momento más temprano. En esta última temporada de excavación, dijo Juan Carlos Saint Charles, localizamos materiales afines a Tula pero en su fase previa al gran desarrollo tolteca. Nos queda por investigar qué pasó en este sitio durante el periodo clásico en que domina la cultura teotihuacana. Aquí a siete kilómetros tenemos un sitio con evidencias teotihuacanas, aclaró, pero en el Cerro de la Cruz no existen hasta el momento.

«Es una zona bastante rica en todos los sentidos. Aquí está enterrado y casi estoy seguro que intacto, todo lo que fue la cultura chupícuaro, porque la gente que ocupó el lugar después de ellos, no destruyó los edificios. El sitio fue rellenado con piedra y lodo de baba de nopal, para construir arriba con un nuevo patrón arquitectónico en el periodo epiclásico. Se pueden apreciar los recubrimientos originales en lo que se ha consolidado de los taludes de las dos pirámides».

A finales del año 2000 se terminó con la primera etapa del proyecto que consistió en la liberación y consolidación del basamento piramidal y de las caras sur y norte. En la siguiente etapa se trabajarán las otras dos caras y en los próximos años se liberarán otros edificios y plataformas localizados.

Acerca de los hallazgos en las excavaciones Saint Charles dijo que se han encontrado muchos entierros con sus ofrendas; piezas con excelente calidad de manufactura. Algunos son chupícuraro, pero la mayoría parecen ser del periodo epiclásico.

En la gran cantidad de entierros, diferentes en un mismo momento de varios grupos que ocuparon el sitio, se han encontrado cráneos mutilados de la época chupícuaro que se exhiben actualmente en el Museo de la Muerte de San Juan del Río. Algunos entierros casi a flor de tierra, en el lado sur de la pirámide, pertenecen a niños, lo que indica que el sitio siempre ha sido un lugar de culto y que son de la época de contacto con la cultura europea, cuando el sitio ya estaba en ruinas.