El Papa pide a los periodistas
católicos el testimonio de la
coherencia personal
“La serenidad de la conciencia no tiene precio”, afirma
ZENIT
Los periodistas católicos deben dar hoy sobre todo el testimonio de su propia coherencia entre la vida y los valores cristianos que dicen profesar. Así lo explicó el Papa Benedicto XVI en una carta dirigida a
Esta carta, cuyo contenido hizo público
En ella, el Papa afirma que hoy el trabajo de periodista católico «resulta aún más difícil: al sentido de responsabilidad y al espíritu de servicio que os distinguen, debéis unir una cada vez más fuerte profesionalidad y a la vez una gran capacidad de diálogo con el mundo laico, en búsqueda de valores compartidos».
«Estáis comprometidos, soy bien consciente, en una tarea cada vez más exigente, en la que los espacios de libertad son a menudo amenazados, y los intereses económicos y políticos tienen a menudo preeminencia sobre el espíritu de servicio y sobre el criterio del bien común», añadió.
En estos momentos difíciles se hace especialmente importante el testimonio de la propia coherencia, «incluso a riesgo de pagarlo en persona: la serenidad de la conciencia no tiene precio».
«Tanto más fácilmente seréis escuchados cuanto más coherente sea el testimonio de vuestra vida. No son pocos, entre vuestros colegas laicos, aquellos que esperan de vosotros el testimonio silencioso, sin etiquetas pero de sustancia, de una vida inspirada por los valores de la fe», añadió el Papa.
El pontífice mostró especialmente su preocupación por los cambios «en el ámbito de la cultura actual, en la que parece haberse notablemente debilitado, junto con el respeto por la dignidad de la persona, el sentido de los valores de la justicia, la libertad, la solidaridad, que son esenciales para la supervivencia de una sociedad».
En este sentido, instó a los periodistas católicos a «no ceder a compromisos en valores tan importantes».
«Os estoy cercano con la oración, pidiendo al Señor que os ayude a estar siempre dispuestos a responder a quien os pida razón de la esperanza que está en vosotros», concluyó el Papa.
Por Inma Álvarez