Violencia en el Corregidora
A pesar de la presencia de la seguridad pública y privada, tanto al interior como al exterior del estadio se presentaron agresiones entre las barras de los dos equipos.
Foto: Gybsan Villagómez.
Diario de Querétaro
Héctor Ayala
A pesar del triunfo de los Gallos Blancos del Querétaro, nuevamente se armó la bronca entre las porras de esta escuadra y la del Irapuato durante la segunda mitad del partido jugado en el estadio «La Corregidora», luego de que los ánimos se calentaran entre los aficionados locales aún y cuando ganaba su equipo.
Esta ocasión ni la presencia policiaca de más de casi 400 elementos de las diferentes corporaciones pudo controlar a la enardecida resistencia que con cohetones, piedras, palos y envases de cerveza que lanzaban el aire como bombas, golpeaban a todo aquel que se les atravesara en su camino, especialmente a los aficionados de la trinca fresera.
El resultado de las agresiones según el reporte de Gerardo Quirarte, director de Gestión de Emergencias fueron sólo 2 lesionados que fueron atendidos por los paramédicos que se encontraban en el lugar y una mujer de 30 años de edad que tuvo que ser trasladada al hospital debido a que recibió una pedrada en la cara, sin embargo se desconoce el número de los posibles heridos que huían de la fuerza pública municipal.
En cuanto al número de los detenidos supuestamente sólo 2 personas fueron a las que lograron asegurar.
Pese a que todo inició en un ambiente de tranquilidad, los enfrentamientos verbales y alguna que otra seña obscena y baño de «cerveza» entre ambas porras, la situación no parecía que terminaría en vandalismo minutos antes de finalizar el partido.
Se suponía que todo estaría bajo control y que la porra del Irapuato sería escoltada a la salida para sacarlos de la ciudad y evitar la trifulca, pero la resistencia pudo más que la fuerza pública, no obstante minutos después pudieron escoltar los camiones repletos de salmantinos a la salida.
Luego de más de media hora, las agresiones sólo pararon hasta que la policía municipal con pistolas de «gotcha» disparaba a diestra y siniestra para alejar y dispersar a los rijosos, aunque entre los balazos de goma lesionaran a personas que nada tenían que ver con lo sucedido. De este modo, alrededor de las 21:30 horas la situación estaba totalmente bajo control.
Cabe señalar que durante las agresiones más de tres policías municipales agredieron a uno de los reporteros de esta Casa Editorial, a pesar de que se acreditó debidamente con los elementos y en ningún momento obstruyó su trabajo que realizaban para calmar la gresca.