Un queretano en Compostela, España

 

Un Queretano,

30 años en Santiago de Compostela 

Antonio de Monroy e Hijar, nacido en la ciudad de Querétaro, un 6 de julio de 1634, según consta en los archivos parroquiales de Santiago, cuando esta pertenecía a la administración franciscana. 

Fue hijo el Corregidor de Querétaro Antonio De Monroy Figueroa y María de Hijar; bautizado el 25 de julio, fiesta patronal de Querétaro de 1634. Graduado a los 19 años en Artes, Teología y Cánones y maestro por oposición en Teología y Artes. 

Vistió los hábitos dominicos, hizo su profesión definitiva en 1654, ordenado presbítero el 28 de septiembre de 1656., promovido a la diócesis más importante de Occidente, el 11 de julio de 1685 por el Papa Clemente Xl, a propuesta del Rey Carlos ll.  

Como antecedentes a esta responsabilidad tenemos, que para 1654 fue enviado al Colegio de Porta Coeli del que fue maestro y regente de estudios, después maestro de Artes liberales y posteriormente Rector. 

Prior del Convento de Santo Domingo en la Ciudad de México en abril de 1670, Procurador de la Provincia del Santo Evangelio, Consejero, Provincial y Delegado en noviembre de 1673. 

Definidor en 1677 de su Provincia para la elección de Maestro General de los Dominicos, efectuado en Roma, del que salió electo a los 43 años de dad como Superior de los Dominicos en el mundo, el 5 de junio de ese mismo año. 

“Capitán Cubierto y Grande de España” Orden de primera clase, con honores de Capitán General en Plaza, nombrado por el Rey Carlos Segundo. 

Rechazó el cargo de Cardenal de La Iglesia católica que le ofreció el Papa Clemente Xl. 

Propuso al Fraile dominico, Felipe Galindo en 1686, para hacerse cargo de las misiones dominicas en el Semidesierto queretano. 

Devoto de El Señor Santiago, por haber evangelizado Este a España y Las Américas, por haber nacido en Querétaro, bautizado el día del Señor Santiago, en La Parroquia de Santiago en Querétaro, por su ingreso a la Orden dominica, en La Provincia de Santiago de México  y haber sido nombrado Arzobispo de Santiago de Compostela, que guarda los restos, según la tradición de este “hermano” de Jesucristo y apóstol. 

Gobernó la arquidiócesis de Santiago de Compostela y lugar de peregrinaciones más importante del mundo desde el siglo lX, por 30 años, dejando un legado de obras materiales, culturales y de caridad, sin precedentes en ese lugar.