Jaime Sabines: «todo arte verdadero es un mensaje humano»
El Heraldo de Chiapas
Marisa Trejo Sirvent
Jaime Sabines ha sido considerado como uno de los más importantes poetas hispanoamericanos del siglo XX.
Tuvo también el reconocimiento de los lectores porque fue, con seguridad, el poeta mexicano más leído del siglo pasado.
En su trayectoria, sus poemarios, sus premios, las traducciones de su obra a otras lenguas y el reconocimiento nacional e internacional están sus alcances y merecimientos en el ámbito literario: becario especial del Centro Mexicano de Escritores e integrante del jurado del Premio Casa de las Américas.
Obtuvo varios premios y reconocimientos, entre ellos:
Premio Chiapas (1959), Premio Xavier Villaurrutia (1972), Premio Elías Sourasky (1982) y Premio Nacional de Letras (1983).
Publicó los poemarios: Horal, La señal, Adán y Eva, Tarumba, Diario semanario y poemas en prosa, Poemas sueltos, Yuria, Maltiempo, Algo sobre la muerte del mayor Sabines, Otros poemas sueltos y Recuento de poemas, además de las diversas reediciones de su obra.
Muchos escritores e incluso, investigadores, afirman que Jaime Sabines (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1925) recurrió, por otra parte, a un lenguaje informal, coloquial, transparente, espontáneo, cotidiano, alejado de artificios retóricos y producido por el genio poético (llegándose incluso a aseverar juicios completamente extraliterarios, a priori y de ninguna manera generalizables ni acertados), que según esto «se incrementa en Chiapas gracias a sus bellezas naturales y reservas de la biosfera».
Estoy convencida que Sabines usó todo tipo de figuras poéticas y era un experto en ellas. Es decir, conoció perfectamente los recursos del arte poético, y los manejó tan bien, que resultan, para el lector común, imperceptibles.
Por otra parte, Sabines no siempre es cotidiano, sino también urbano, citadino, filosófico e incluso tiene la virtud de representar un ser universal. Recurrió al lenguaje popular, pero utilizándolo en las partes adecuadas a la intensidad del discurso, al aportar cargas semánticas de tipo estético, trasmitir emociones, y lograr así, sentidos polisémicos. Los lectores de su obra vuelven a su poesía porque les agrada y les produce múltiples significados con los cuales se pueden identificar.
Algunos desconocen que Sabines tuvo una formación en Lengua y Literatura Españolas (UNAM), además de ser un lector infatigable durante toda su vida. Su popularidad no le resta ningún valor literario a su obra. Elena Poniatowska comentó en la prensa con motivo de su fallecimiento: «Hoy murió el primer gran poeta popular del siglo XX que tuvo un excelente contacto con la gente. Se ha ido uno de los más grandes artistas mexicanos».
Lejos de ser un poeta que abordó únicamente tópicos amorosos o eróticos, como podría suponer quien no conoce su obra, «las temáticas de Sabines son variadas y en ellas se recrean situaciones, emociones y sentimientos que interesan a todos los seres humanos: el amor, el desamor, la vida, la muerte, la vida cotidiana, la desolación, la soledad, Dios, la naturaleza, el ambiente citadino, el amor fraternal y los personajes entrañables». (1)
Todo gran poeta posee esa pasión creadora o genio creador, como decía Octavio Paz, pero también el conocimiento del arte poético (que incluye mucho más que el conocimiento de la versificación clásica y de las figuras poéticas). Así también un poeta debe sobre todo vivir plenamente, íntegramente, quizás apasionadamente, para que pueda ser capaz de trasmitir emoción y pensamiento, como afirma Juan Domingo Argüelles al preguntarse: «¿Qué es lo que hace que un poema se haya logrado? La unión feliz de música y sentido, capaz de generar, en quien lea el poema, una alteración emocional similar a la emoción que lo generó. Decirlo es fácil, lograrlo es casi siempre un milagro». (2)
En ocasión de un homenaje a Sabines, Vicente Quitarte afirmó: «la historia de nuestra poesía está llena de poetas a los que sabemos importantes pero que nada nos dicen; sabemos que su trascendencia proviene de su conocimiento de la tradición y de la manera en que la vivifican. La importancia inmediata e indiscutible de Sabines radica en que difícilmente existe lector al que no lo muevan, remuevan y conmuevan sus palabras». (3)
Jesús Morales Bermúdez, por su parte, ha asegurado que «Jaime Sabines es el más entrañable de los poetas de México, pues lega en su poesía las entrañas de la piel, las entrañas de la memoria y del ser». (4)
Socorro Trejo Sirvent aborda la identificación y admiración de su público, al recordar uno de sus homenajes, a cinco años de su muerte: «Recuerdo don Jaime que usted ha sido y con todo merecimiento, uno de los poetas que tal vez más homenajes recibió en vida, recuerdo en especial aquel que le organizaron, al cumplir usted 60 años, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la UNAM, en el Palacio de Minería y en el Museo Nacional de Arte del Distrito Federal. Este homenaje fue, a mi parecer, uno de los más grandes que se le haya hecho a un poeta en vida. Durante cinco días, 36 poetas se reunieron para hablar en torno a su poesía. Ahí estuvieron desde los más novísimos, hasta los que cuentan con una gran trayectoria como Alí Chumacero, Eduardo Lizalde, Marco Antonio Montes de Oca, Óscar Oliva, Efraín Bartolomé, por citar sólo a algunos». (5)
El poeta chiapaneco expresó su opinión sobre los homenajes de la siguiente manera: «Me doy cuenta de que socialmente es sano hacer homenajes a los vivos tanto como a los muertos, pero personalmente no puedo evitar sentirme como una lápida y una inscripción. Mi pregunta de todas estas noches ha sido: ‘¿Sobreviviré a este homenaje, podré seguir escribiendo? Y también esta otra: Que Dios me dé suerte para atravesar esta semana y vuelva yo a mi rancho a olvidarme de todo'». (6)
Jaime Sabines fue un poeta que supo trasmitir a sus lectores, no sólo emociones, sino también pensamientos profundos sobre la vida y el ser humano. Supo así, encontrar las palabras que lo abarcaban como hombre, con una voz íntegra y una emoción verdadera con la que siempre nos identificamos. Supo imponer un ritmo y una música a cada palabra en sus poemas que trascendió lo escrito, y revivió, en cierto sentido, el gusto de la lectura en voz alta, la retención intencional y voluntaria, por parte de sus lectores, que los condujo lúdicamente a un aprendizaje significativo de sus versos más conocidos.
Myriam Moscona comenta que nadie «ha podido acercarse a su poesía sin sucumbir en el pecado capital de la reincidencia; poesía para ser estudiada por los amantes de la anatomía literaria pero, sobre todo, poesía para releerse; poesía múltiple y corrosiva capaz de producir en el lector un efecto distinto cada vez que se abre ante sus ojos…La poesía de Sabines oculta un imán que irremediablemente atrae a los desconsolados». (7)
Juan Domingo Argüelles afirma por su parte que «Sabines hizo el milagro de que la poesía llegara a muchísimas personas en un país en el que no se tiene el gusto de leer mucho. Su muerte es una indudable pérdida. Su obra está ahí, independientemente de su pérdida física, como una poesía ya esencial del país». (8)
Jaime Sabines comentó, en una entrevista, refiriéndose a poetas como Octavio Paz: «No me gustan los poemas en donde no se ve al poeta, ni al hombre. Pura construcción, pura objetividad, sin mancha, y sin rastro. Tal vez eso sea la poesía, la belleza, con mayúsculas…. No sé…Todo arte verdadero es un mensaje humano… eso que llaman ‘poesía social’ es una definición limitada. Toda poesía de verdad es social. Otra cosa es la intención política del artista, la realice o no; y creo que la realiza únicamente cuando es el producto de una vivencia y no una mera fórmula intelectual». (9) Toda poesía parte de vivencias y no de mera fórmula intelectual. Sabines tenía razón. El conocimiento del arte poético no basta para ser un gran poeta. El poeta tiene que vivir y saber trasmitir al lector, sus emociones y sus pensamientos.
Por eso Stephen Vizenczey dijo: «La literatura no trata del lenguaje, sino de la vida; no trata de lo sonidos de las palabras, sino de su significado y los escritores más importantes para todas las naciones son aquéllos que representan a la humanidad del modo más significativo…» (10)
NOTAS
(1) Trejo Sirvent, Socorro, Marisa Trejo y Héctor Sumano Magadán (2000). Árbol de muchos pájaros, Antología de poetas chiapanecos del Siglo XX. Toluca: Universidad Autónoma del Estado de México.
(2) Argüelles, Juan Domingo. «La realidad siempre tiene razón» en La jornada semanal, Núm. 275 (México: 18 de septiembre de 1994), p. 38.
(3) Quirarte, Vicente. Homenaje a Jaime Sabines. (1987). La poesía en el corazón del hombre. Jaime Sabines en sus sesenta años. México: UNAM/Instituto Nacional de Bellas Artes.
(4) Morales Bermúdez, Jesús. (1997). Aproximaciones a la poesía y a la narrativa de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez: Fomes Programa de Autoedición/Unicach, p.67.
(5) Trejo Sirvent, Socorro (2005). «Carta a Jaimes Sabines, a cinco años de su partida» en «Los poetas chiapanecos escriben para Jaime Sabines». Tuxtla Gutiérrez: Editorial «Viento al hombro»:
(6) Ibíd, p.
(7) Moscona Miriam. «Homenaje a Jaime Sabines» (1987). La poesía en el corazón del hombre. Jaime Sabines en sus sesenta años. México: UNAM/Instituto Nacional de Bellas Artes.
(8) Argüelles, Juan Domingo. «La poesía es el hombre» o «Uno es el poeta».
(9) Casahonda Castillo, José. (1965). «Jaime Sabines nos habla de poesía y de poetas mexicanos» (entrevista). Tuxtla Gutiérrez: Icach, Revista, Vol. 14, p. 41.
(10) Vizinczey, Stephen. (1992). Verdades y mentiras en la literatura. México: Editorial Grijalvo, Col. El espejo de tinta, p. 18.