Querétaro sigue discutiendo su historia

Hay mitos vigentes y heridas sin cerrar en la historia de Querétaro: Concepción Lámbarri

Concepción Lámbarri, directora del Museo de la Restauración de la República.

Foto. Diario de Querétaro.

Diario de Querétaro

Margarita Ladrón de Guevara

Por sexto año consecutivo se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Historiadores del Segundo Imperio y de la Restauración de la República, el cual reunió del 24 al 26 de junio a los especialistas más destacados del tema en el queretano Museo de la Restauración de la República. Patricia Galeana, Angela Moyano Pahissa, Amparo Gómez Tepexicuapan, Edgardo Moreno, José Luis Rodríguez Gutiérrez, Carlos Mujica y Andrés Garrido del Toral ofrecieron conferencias relacionadas con el tema del Encuentro: Las Leyes de Reforma, a 150 años de su creación y su impacto en la vida nacional.

«Sin duda en este VI Encuentro de Historiadores hemos sido testigos de que muchos de los mitos aún están vigentes y que las heridas no se han cerrado» afirmó en entrevista la historiadora Concepción Lámbarri, anfitriona y directora del museo de la Restauración de la República. Para Lámbarri, no obstante de que sean los más altos especialistas en el periodo comprendido de 1859 a 1867, todavía existen heridas sin sanar y opiniones encontradas en estos encuentros entre historiadores «hemos sido testigos de que no todo lo que se investiga o se interpreta es aceptado de conformidad en un mismo patrón de interpretación, aún en las élites profesionales se debaten y se contradicen éstos temas». Durante el encuentro, se desataron interesantes discusiones entre el público presente y los ponentes, respecto de temas como la exclaustración de religiosas o el tratado McLane-Ocampo.

Al respecto, Lambarri opina «la aplicación de las Leyes de Reforma en la ciudad de Querétaro fue muy radical: la exclaustración de las monjas de sus conventos, la destrucción y saqueo de bibliotecas, templos, conventos, etc.» y afirma «la aplicación de las Leyes de Reforma dejó más destrucción que el sitio de 1867.

La primera de las Leyes de Reforma se publicó el 12 de julio de 1859. La maestra en Historia Amparo Gómez afirma en su investigación El triunfo de las leyes de reforma (1857-1860) que «No bastó obtener la independencia para formar una nación fraterna; los nuevos gobiernos de México independiente enfrentaron serios problemas para dotar al país de un sistema político sólido y respetado». Este periodo convulso en la historia de nuestro país contó con la lucha incansable de grandes hombres. Al respecto, Lámbarri afirma que Benito Juárez, rodeado de hombre de irreprochable valentía enfrentaron al mayor reto: la Iglesia, el grupo que se oponía a la creación del México republicano.

La doctora en Historia Patricia Galeana enfatiza en su texto Las leyes de reforma del Estado confesional al Estado laico, que la Iglesia sí «tenía la organización de la que carecía el estado nacional mexicano en proceso de formación, era además propietaria de la tercera parte de la tierra cultivable del país. Sus miembros constituían una clase privilegiada que gozaba de fueros y privilegios, constituían un estado con organización, estructura y riqueza, sobre un país inorgánico, débil y pobre».

Por su parte, los protagonistas republicanos liberales de este periodo habían estudiado y no pertenecían a la clase campesina y pobre. Entonces ¿Qué pasaba con el pueblo, con los campesinos, la servidumbre, la clase que no tenía acceso a educación o al conocimiento?

«En la mayor parte de los estudios realizados sobre las Leyes de Reforma» responde Lámbarri «no existía una democracia, con la Intervención francesa se suprimieron las Garantías Individuales; a la población no se le pedía su parecer, estamos hablando de una población casi en su totalidad rural, analfabeta, empobrecida por la inestabilidad política desde el año de 1821 y los diferentes acontecimientos e invasiones de las que habían sido víctimas, ellos como población. Existía una mortandad muy grande entre niños menores de cinco años, el nivel de vida era a los cuarenta años. Eran presa fácil de enfermedades como disentería, tuberculosis, varicela, la desnutrición; a la gente no le importaban los problemas de conciencia lo que le importaba, era tener que comer».

Sin embargo, la directora del museo de la Restauración de la República diserta sobre las paradojas o contradicciones que sobreviven en la vida cotidiana «aún en pleno siglo XXI, no estamos de acuerdo en que se haya realizado la exclaustración de esas mujeres que habían elegido con libertad estar encerradas en conventos, aisladas de todo lo profano… pero no tenemos hoy día conventos de monjas de clausura. No nos bautizan a nuestros hijos sino llevamos el acta de nacimiento debidamente inscrita en el Registro Civil; para casarnos por la iglesia tenemos que presentar el acta correspondiente del registro civil» y concluye «con base en lo anterior puedo afirmar que estamos viviendo una etapa de tolerancia entre el Estado y la Iglesia.

SEIS ENCUENTROS CONSECUTIVOS

A seis años del primero de los encuentros entre historiadores el segundo imperio y la restauración de la república, con apoyo del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes se publicó la primera de las Memorias, que abarca conferencias y resultados de las investigaciones de especialistas invitados a los encuentros desde el 2004 hasta 2008.

Con presentación de Concepción Lámbarri y prólogo de Patricia Galeana, los temas que incluye son: La república y la iglesia frente a la intervención francesa, de Patricia Galeana; El castillo de Chapultepec, sede del poder, de Amparo Gómez T.; La república de Juárez bajo el pincel de la oposición, de Carloas Mújica; Clero, monarquía y liberalismo en la segunda mitad del siglo XIX, de Luis ramos Gómez-Pérez; Un republicano en Palacio Nacional, de Martha López Castillo; Insurgencia e institucionalidad, de Víctor Manuel Ruiz Nauffal (+); Dos consecuencias de la intervención francesa, se Silvestre Villegas Recvueltas; y El México que vieron los belgas de Carlota, de Ángela Moyano Pahissa.

El libro Memorias, encuentros nacionales de historiadores del segundo imperio y la restauración de la república se puede encontrar en el museo de Guerrero 23 Nte.