Leo a JEP bajo la lluvia
Letras cruzadas por la luz del desastre.
Voz narrativa interna del
mundo.
Voz de la tribu.
Oficio poeta del mundo.
Bajo la luz negra de las
palabras.
Conciencia pura del desastre.
Vidas a la deriva en viaje hacia
–Navegué el río feroz de la vida
a contracorriente. / Nací en la
tumba para llegar a esta cuna. /
Digo dadá, me hago pipí, suelto
pupú.
–La mula ciega que sin pausa
hace andar al molino.
–La cadena que nos ata en la
desgracia.
–El látigo en la espalda que no
permite aflojar el esfuerzo un solo
instante.
–Mira al Bien queriendo hacer el
Bien y haciendo el Mal en nombre
del Bien.
–Don Segismundo y el crimen
sin nombre de haber nacido.
–Soy el infeliz cuya única culpa
es amar y desear a destiempo.
El enigma sin fondo:
–El misterio que tú eres para
mí / y yo soy para ti / y todos
somos para todos…
–Si supiera quién eres y quién
soy, / si supiese por qué eres y por
qué soy, / la vida perdería su
intensidad lacerante.
–Carezco de respuestas y aun
de preguntas.
–¿Quién soy, para qué estoy
aquí, qué va a pasar de ahora en
adelante conmigo?
–Vivir es encarnar la ignorancia
y el misterio.
–El jardín de la basura del
emperador de la inmundicia (el
mendigo de Palma), es la verdad
del mundo, la vida real, la verdad
verdadera.
–El punto más sublime de la
pasión es abrazar a la muerte en la
amante.
–El pecado original: estar vivos,
haber nacido, seguir vivos.
–El castigo y alivio de ser
mortales, ¡el terrible milagro de
estar vivos!
–Somos carros veloces en la
estación de paso.
–Todo es nunca por siempre en
nuestra vida.
–El que se va no vuelve aunque
regrese.
–La amarga vida.
–Ah, el breve imperio de la
absoluta juventud y el dudoso
talento y el sólido fracaso.
–Todo es jamás para siempre.
–El viaje en común llegó hasta
aquí y cada uno baja del Metro en
la estación que le toca.
–Las tinieblas cubren
–Un verso de aire en el agua.
–Bajo toda belleza existe
siempre alguna forma de horror.
–La muerte de los días no
escritos.
–Palabras, mar de la memoria y
agua del tiempo.
–Se acabaron los versos, como
la lluvia.
“Poema del silencio su
discurso, / Discurso del silencio su
poema”.
–¿Quién soy, qué soy, dónde
estoy?
–Dondequiera que voy llevo la
ciudad, dondequiera que estoy me
hiere México.
–¿Para esto hemos nacido?
–Todo nace para ofrendarse a
la erosión… que muerde todo y
demuele todo.
–Las nubes duran porque se
deshacen. Su materia es la
ausencia y dan la vida.
–El único puerto seguro es la
muerte.
Nunca, nadie, nada: las
palabras más repetidas del libro.
Sobre todo nada: 23 veces.
¿Por qué el regreso de las
mayúsculas al principio de cada
verso?
Me tocan sus temas comunes y
corrientes tratados con entrañable
atención. Múltiples formas resueltas
bajo el enriquecido y sencillo
poema. Todo JEP está desde el
principio y hasta el fin (teatro y
seda). La claridad sobre la
oscuridad del mundo.
¡El lado oscuro es el lado más
luminoso del mundo, pero lo
ignoramos!
Leo a JEP bajo la lluvia. Luz
negra. Letras de luz bajo el diluvio
solar. Como la vida que cae y
asciende. Nadie, Nunca, Nada.
(Como la lluvia, México, Era, 2009,
205 pp.).
Eternidad vacía, salvo estas
letras de luz y su suave lamento
entrando por los sentidos vivos.
Elías Canetti:
–Quien anota su desesperación
mantiene la esperanza. / Con el
valor de decir una y otra vez lo
mismo hasta que ya no haya forma
de suprimirlo. / El alma es múltiple,
pero le gusta pasar por simple. /
Uno gira toda su vida en torno a las
mismas ideas. / Única salvación: la
vida de otro.