Se usó la labor social
en comunidades para obtener
información, dice el ex titular
de
Riviello: el Ejército se preparó desde 1984 para enfrentar a la insurgencia en Chiapas
Lamenta que no se haya actuado “conforme a derecho en contra de los transgresores”
“Sin la actuación efectiva de las fuerzas armadas, México tendría hoy un gobierno muy distinto”
Jesús Aranda
La irrupción armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas obligó al Ejército Mexicano a modernizar su estructura operativa, material y de armamento; mejorar el adiestramiento de los soldados en territorio nacional y en el extranjero; modificar la división territorial, al reubicar y crear nuevas unidades, además de enfrentar los problemas de corrupción y falta de apoyos económicos que afectaban las condiciones de seguridad social, la moral y la vida de los soldados y sus familias.
Revela lo anterior el titular de
“No ha sido tomado en consideración que, sin la actuación efectiva de las fuerzas armadas, México tendría hoy un gobierno muy distinto al que actualmente nos conduce”, sostiene en su libro, el cual, se sabe, generó molestia en el instituto armado.
El titular de
Lamenta que “no se actuara conforme a derecho en contra de los transgresores”, lo que dejó a “nuestras excelentes tropas reprimidas y maniatadas frente a un grupo armado que los embosca y los mata”. También critica a los que denomina “la quinta columna o la quinta pluma”, quienes desde dentro y fuera del país justificaron el movimiento armado.
Los focos rojos sobre la existencia de grupos armados en Chiapas datan del 17 de abril de 1971, cuando ocurrió un enfrentamiento entre soldados e integrantes de las Fuerzas de Liberación Nacional en las inmediaciones del rancho El Diamante, en el municipio de Ocosingo.
Después de un largo recuento, el divisionario da cuenta de la “vista aérea de adiestramiento de transgresores en la región de
Riviello Bazán señala que las operaciones militares “no sólo tomaron 12 días (antes del cese al fuego decretado por el presidente Carlos de Salinas de Gortari el 12 de enero de 1994), sino cinco años de duro adiestramiento”, cuyo origen data de 1984, cuando el entonces secretario de
A partir de entonces, el Ejército creó en los estados de esa zona “un órgano de inteligencia especializado, encargado de evaluar, interpretar, explotar y difundir la información necesaria, tanto para el orden interno como para realizar operaciones, y que al mismo tiempo fuera la base de una estructura nacional para desarrollar actividades de información”.
El diagnóstico reveló que las brigadas de infantería contaban con “una capacidad operativa muy baja”; que no se tenía un sistema de logística adecuado; no existía la coordinación necesaria “con autoridades civiles para la realización de la defensa civil”; las bases aéreas de la zona tenían muchas deficiencias operativas, y no había coordinación con
Ante “la preocupación ineludible por la situación que guardaba el sureste”, el Ejército, con la autorización presidencial, inició labores de acción social en 1989, con 2 mil 661 elementos. en 49 comunidades de los Altos de Chiapas.
Esto permitió a los soldados acercarse a las comunidades y obtener información posterior sobre la existencia de grupos armados en el lugar.
El alto mando ordenó optimizar el entrenamiento; reforzar la moral de las tropas y sus familias –con incrementos salariales, mejoramiento de prestaciones y vacaciones–, “combatir y erradicar la corrupción en
Revela que era práctica cotidiana el “agiotismo” de comandantes de unidades que “prestaban” a los soldados dinero a cuenta de su salario, además de que había corrupción en la compra de comida, vales de gasolina y uniformes, lo que en conjunto causaba impacto negativo en la moral de los soldados. Esas situaciones, asegura, se desterraron en su administración (1988-1994).
Ascensos a incondicionales
Afirma que también se erradicó la práctica de dar ascensos a unos pocos, “preferidos o incondicionales”, porque ello desmoralizaba “a muchos jefes y generales”. Estableció que para ser elegible a un ascenso se requerían cuando menos cuatro años de antigüedad, y no uno o dos como ocurría anteriormente.
Respecto de la preparación de los soldados, se creó el Centro de Adiestramiento de Operaciones en
De diciembre de 1988 al 31 de diciembre de 1994, mil 82 elementos del Ejército y Fuerza Aérea realizaron estudios en Inglaterra, Chile, Bélgica, Estados Unidos, España, Venezuela, Francia, Guatemala, Panamá, Alemania, Perú, Brasil, Canadá, Italia y Colombia
En cuanto a la modernización del equipo, en el contexto de las operaciones en Chiapas,
Se adquirieron seis helicópteros Sykorsky Blackhawk, 17 aviones Pilatus PC-7, 20 helicópteros Bell 212, 22 helicópteros MD-530, 16 aviones Maulé, cuatro aviones Aravá, un avión Hércules C-130, además de simuladores y laboratorios.
De acuerdo con Riviello, “las tropas enfrentaron el conflicto en Chiapas con un alto grado de adiestramiento, lo que permitió una rápida intervención en el conflicto y obligó al EZLN “a detener el impulso de sus operaciones y permanecer inactivo, como lo vemos hasta la fecha”.
Precisa que el 31 de enero de
Mientras, la instrucción al Ejército era que se mantuviera únicamente “en situación de alerta” en sus cuarteles, y los soldados actuaron sólo después de que los zapatistas habían tomado las principales cabeceras municipales de los Altos de Chiapas, afirma.