Unórgano tubular del siglo XVlll

Rescatan órgano tubular del siglo XVIII

El instrumento musical acompañó a las ceremonias religiosas de los jesuitas por más de 15 años.

Foto: El Sol de México

Organización Editorial Mexicana

Redacción

El Museo Nacional del Virreinato realiza el rescate del órgano tubular del siglo XVIII que forma parte de los acervos que resguarda el excolegio jesuita de San Francisco Javier, en Tepotzotlán, Estado de México.

En 2008, el museo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) emprendió un proyecto para el rescate de dicho instrumento novohispano, mismo que abarca, en primera instancia, la investigación documental, ya en proceso; un diagnóstico de la pieza para su posterior restauración y conservación «in situ», y la divulgación de las partituras escritas para este instrumento, con la finalidad de no perderlas.

Construido en 1754 por Gregorio Cassela, el instrumento musical, ubicado en el coro del Templo de San Francisco Javier, acompañó a las ceremonias religiosas de los jesuitas por más de 15 años. Está compuesto por 19 medios registros, tambor y cerca de 600 flautas y trompetas. Es considerado pieza fundamental del acervo museístico.

Durante agosto el Museo Nacional del Virreinato lleva a cabo el Segundo Festival de Órgano, que concluye el próximo domingo, en el que participan algunos de los mejores organistas de México, así como músicos invitados de otras partes del mundo.

Para el organista italiano Stephan Kofler -protagonista de la película Obsesión por la música, donde se aborda la vida del compositor alemán Max Reger-, participar en este festival tiene un significado especial porque se trata de despertar el interés del público contemporáneo por la música de órgano y que este instrumento continúe con vida.

Kofler también destacó el hecho de tocar en un recinto que representa una de las más logradas expresiones del barroco de lo que fue la Nueva España, como lo es el Templo de San Francisco Javier, que además de su rica ornamentación cuenta con una acústica especial que permite disfrutar ampliamente el sonido.

Los conciertos del Festival se llevan a cabo con un órgano electrónico, pero la finalidad del proyecto es recuperar el órgano tubular para que su «canto» vuelva a estremecer el templo que hoy forma parte del Museo Nacional del Virreinato. Actualmente, el proyecto se encuentra avanzado en la parte de investigación histórica y de divulgación.

Tocar un órgano electrónico nunca será lo mismo que uno tubular, con el segundo hay una comunión entre el músico y el instrumento porque es lo más parecido a la voz humana, «se siente cuando el aire que entra a sus fuelles vibra y se convierte en música», afirma Víctor Urbán, uno de los organistas mexicanos más reconocidos en el mundo.

Ayer domingo con ofreció su concierto Rossina Vrionides, fundadora de la Asociación de Organistas de México, A.C., quien inició sus estudios de órgano tubular a los 16 años. Ha participado en los principales festivales en México, entre ellos el de Morelia donde obtuvo mención especial en tres ocasiones.

En tanto que el domingo 30 el festival cerrará con Armando Sedeño Maldonado, coordinador de organistas para eventos pop del Órgano Monumental del Auditorio Nacional (OMAN). Tocará un programa con temas de música disco, romántica, mexicana y americana, del siglo XX.

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