¡Viva El Nigromante!
Gabriela Rodríguez
Ahora que estamos celebrando el 25 aniversario de este gran diario,
Este gran visionario del siglo XIX fundó seis periódicos de oposición: Don Simplicio, cuyo último número lo llevó a prisión junto con Guillermo Prieto, en 1846; Themis y Deucalión, donde publicó su Manifiesto indígena, en 1848; El Porvenir y El Clamor Progresista, que crea en 1857 al renunciarle a Comonfort, en defensa del presidente Juárez, y que le valió la cárcel de Tlatelolco, en 1858. En 1863 funda el diario antimperialista
Las memorias de uno de los más destacados miembros del movimiento liberal se mantuvieron en secreto durante cien años ante las amenazas del arzobispo primado de México y del general Porfirio Díaz, pero ahora su bisnieto Emilio Arellano, autor de Ignacio Ramírez, El Nigromante: Memorias prohibidas (Planeta, 2009), nos permite comprender el amplio legado “de quien independizó la mente del pueblo mexicano”, según señala la etnóloga Julieta Gil Elorduy.
Se trata del ideólogo más puro de las reformas liberales de
Lino Ramírez, su padre, participó en los movimientos armados contra el gobierno español; era amigo de José María Morelos y Pavón, así como de Miguel Hidalgo y Costilla, y fue condenado y recluido en las mazmorras de la cárcel de
Entre las iniciativas ante el Congreso Constituyente de 1857 para evitar los fueros y privilegios eclesiásticos, Ignacio Ramírez propuso que el presidente de
Además consideraba que “la pobreza personal y nacional sería eliminada por la educación y la conciencia crítica del pueblo al evitar que la sumisión que generaba la ignorancia fuera lucro de vivales que explotan la necesidad y las carencias, generando desolación y miseria. Para suprimir la interdicción de millones de personas que viven precariamente en este país, la educación laica y gratuita es la solución más racional, con mayor futuro y permanencia, mucho más fructífera que una revolución social, que sólo genera muerte y destrucción, o que las soluciones efímeras de corto plazo”.
Pero, como ya estamos cansados de hacer llamados a nuestros gobernantes, no me queda más que hacer un llamado al más allá, a fin de lograr que se levante de la tumba Ignacio Ramírez.
Si, como afirmó en 1845, “no hay Dios, los seres de la naturaleza se sustentan por sí mismos”, tal vez con el sustento de todos los mexicanos encontremos alguna manera para que aparezca en estas tierras un político honesto y visionario como El Nigromante, quien sirvió a la nación y jamás dispuso de bien o dinero alguno para su beneficio o provecho personales; un legislador que, como él, tuviera la capacidad de fortalecer en nuestra Constitución el carácter laico de
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