«Yo no canto por cantar»

«no pide piedadSe dispone a partir…», 

Compilación: José Félix Zavala  

Esta mañana la multitud gritaba:  

“Gracias, Negra” 

Entre llantos, pero nadie dejó de cantar, ni de arrojar flores, ni de bailar” 

¡La negra Sosa no se va, no se va, sigue con nosotros. Es nuestro sol! 

Sus cenizas serán esparcidas en Tucumán, Buenos Aires y Mendoza 

Con canto, baile, poesía y flores  despiden a Mercedes Sosa 

Generosa y libre, actuó con amor; por eso nadie pudo quebrantarla,  

Con cantos, bailes folclóricos y poesías fue despedida Mercedes Sosa, después de 22 horas de un velorio en que miles de personas desfilaron por el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación, donde hubo cantatas colectivas y hasta espontáneos conciertos. 

A su paso por las calles de Buenos Aires, camino al cementerio de la Chacarita, donde está la tumba de Carlos Gardel, centenares de personas aplaudieron a la caravana que acompañaba la carroza mortuoria y desde algunos balcones arrojaron pétalos de rosas. 

El cantante León Gieco, quien había viajado a Tucumán el pasado 3 de octubre para ofrecer un concierto, decidió dedicarlo a Mercedes Sosa, y más de 60 mil personas lo acompañaron en medio de una congoja general. 

Mercedes nació en esa provincia en julio de 1935. Muchas historias se tejieron alrededor de la coincidencia de que Gardel muriera en un trágico accidente de aviación en junio de ese mismo año en Colombia, y un mes después llegara al mundo la cantante tucumana. 

“Es como si Gardel hubiera prolongado su voz en ella”, susurraba hoy una mujer humilde de  Tucumán, quien con sus hijos llevaba una enorme pancarta que decía: “La negra Sosa no se va, no se va, sigue con nosotros. Es nuestro sol”. 

La despedida fue profundamente emotiva; sus canciones preferidas fueron entonadas por miles de voces. Afuera del cementerio muchos de sus seguidores escuchaban los temas en radiocaseteras, y centenares de personas que iban a tomar el tren en una estación cercana detenían el paso para cantar y aplaudir. Algo nunca visto aquí. 

Luego de una breve ceremonia íntima, los restos de la cantante fueron cremados. Fabián Matus Sosa las llevó en una urna para cumplir el último deseo de su madre: que sus cenizas fueran esparcidas en Tucumán, Buenos Aires y Mendoza. 

La interminable cola para despedir a la cantante, cuyo cajón estaba envuelto en un poncho celeste y blanco, los colores de la argentina. 

“Mercedes Sosa siempre amparó a todos y esa generosidad y total libertad con que decía lo que sentía la hizo distinta”.  

Fue reconocida como una de las grandes voces del mundo, pero seguía siendo la mujer humilde de siempre.  

Lo que ella hacía era cantar con amor y por eso nadie pudo doblarla ni quebrarla.  

“Me dio cariño, afecto y yo sentía que me cuidaba. Lo que me gustaba era su capacidad de pelear contra la injusticia”.  

“Ha muerto la diosa de la libertad”, dijo Maradona, después de sortear escollos periodísticos y apurones. 

Esta mañana la multitud gritaba: “Gracias, Negra” entre llantos, pero nadie dejó de cantar ni de arrojar flores ni de bailar.  

No faltaron las banderas rojas del Partido Comunista, del que Mercedes Sosa fue muy cercana, como con la Unión de Mujeres Argentinas en los años 60 del siglo pasado. Esa organización política fue en su momento receptora de las mayores voces culturales y artísticas.  

Los concurrentes no sólo fueron argentinos de todas las edades y de diversas localidades del  país, sino que hubo gran cantidad de brasileños, paraguayos, bolivianos, chilenos, ecuatorianos.  

Mercedes Sosa convocó a folcloristas, tangueros, roqueros, baladistas y amantes del jazz. 

Esa diversidad de personas fue el mayor homenaje a esa mujer nacida en un hogar humilde, a cuyas raíces siempre volvió.   

El canto de libertad de Mercedes Sosa 

En sus inicios poseía un registro cercano a una soprano, pero luego evolucionó hacia algo más grave. Su registro vocal es de más de dos octavas, y su punto fuerte es la potencia con que afronta los graves. Gracias a su timbre oscuro y cálido y a una perfecta entonación, se convirtió en una de las voces más destacables de la historia de la músicaDe Latinoamérica  

¡Gracias Negra! 

Había nacido en la ciudad de Monteros, en la provincia norteña de Tucumán, en 1935, en el seno de un hogar humilde, junto a dos hermanos.  

Dueña de una voz privilegiada desde niña, sus primeros pasos los dio en las emisiones de Radio Nacional Tucumán con tan sólo 15 años y un seudónimo para ocultar su timidez, Gladys Osorio.  

Si bien su carrera fue extensísima, cobró fuerza en 1965, cuando después de pasar numerosas vicisitudes económicas, había decidido abandonar e irse a Tucumán. Hasta que el cantante Jorge Cafrune (asesinado por la dictadura en 1976), la convocó para actuar y grabar un trabajo. Desde allí no dejó de trabajar nunca más. Militante comunista hasta que en 1974 debió exiliarse en España, primero y en varios países europeos después.  

Su recordado regreso al país, tuvo lugar en 1982, con 11 recitales en el Teatro Opera y un renovado repertorio, cuya novedad para los argentinos era la poesía de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.  

Memorable fue su concierto en la ciudad de La Plata donde una bomba, que había estallado horas antes en el escenario, no la amilanó ni a ella ni a decena de miles de personas que habían colmado el estadio de Estudiantes de La Plata.    

Como un pájaro libre 

«La voz de América», la folclorista argentina más importante de la historia, la artista de 74 años que paseó a Latinoamérica en el alma, dejó de existir dejando una vasta y extensa obra con 46 trabajos discográficos y varios temas que en su voz se convirtieron en verdaderos incunables.  

Yo no canto por cantar  

La vida de Mercedes Sosa, «La Negra«, se apagó definitivamente a las 5.15, después de un agonía de cinco días, fruto de una dolencia hepática.  

En un escueto comunicado los médicos del Sanatorio La Trinidad y la familia dieron la noticia que todos lucharon durante la vigilia de las últimas horas por demorar el hecho.  

La cantante argentina Mercedes Sosa defensora de los derechos humanos, fue censurada por la dictadura militar argentina (1976-1983) y se exilió en Europa, donde prosiguió con su trabajo como grandes figuras iberoamericanas de la canción.   

Haydé Mercedes Sosa nacida el 9 de julio, día de la Declaración de independencia de la Argentina, en 1935 en la ciudad de San Miguel de Tucumán.  

Descendiente de diaguitas y franceses, comenzó su carrera con el seudónimo de Gladys Osorio.  

En 1950, a los quince años, ganó un concurso musical organizado por una radio local y fue contratada durante dos meses. 

En 1957 se radicó en Mendoza a raíz de su casamiento con el músico Oscar Matus, con quien tuvo dos hijos, Fabián y Ada.  

Matus y Mercedes establecieron una sociedad artística con el poeta y locutor Armando Tejada Gómez que resultaría de gran trascendencia artística y cultural.  

Oscar Matus, Armando Tejada Gómez y Mercedes Sosa formaron un decisivo trío artístico, que llevó a crear el Movimiento del Nuevo Cancionero en 1963, en el marco del llamado «boom del folklore». 

En 1962, Mercedes Sosa grabó su primer álbum, La voz de la zafra, incluyendo ocho canciones de Matus-Tejada Gómez:  

«Los hombres del río», «La zafrera», «El río y tú», «Tropero padre», «Nocturna», «Zamba de los humildes o La de los humildes», «Zamba de la distancia» y «Selva sola».   

Soy pan, soy paz, soy más. 

Una de las máximas exponentes del canto popular, un símbolo de la libertad, la mujer que le puso voz a los olvidados, los había dejado.  

Se fue Despacio y al amanecer, Calladita, sabiendo que su razón, 

No le gusta 

«Las muerte ritual/ 

sólo dormir, verme borrar…» 

Porque una historia la recordará, viva…» Así se fue La Negra, ajustándose a la letra de la Zamba para no morir.  

No sin antes darle un inmenso y aclamado Gracias a la Vida, que no era otra cosa.  

Cantante de zamba, chacareras y gastos desde su adolescencia, La Negra, había formado parte a fines de los años 50 y comienzos de los 70 del «Nuevo Cancionero popular argentino», de la mano del poeta Armando Tejada Gómez y de su  esposo, Manuel Mathus.   

Tanto el mundo del rock como el del pop, la lloran por igual, porque fue una artista pionera en incursionar en esos géneros desde el folclore más clásico.  

Fue al regresar a la Argentina, en 1982 después de ocho años de un terrible y doloroso exilio al que la había condenado la dictadura militar, cuando abrió su voz a cantantes como Charly García o León Greco y a Piero.  

Su militancia en el Partido Comunista y después en un progresismo independiente, la llevó a cantar en numerosos festivales políticos y solidarios.   

Justamente su voz fue casi una obsesión. No dejó de educarla y de perfeccionarla hasta su vejez. «Estuve en Madrid, un par de meses estudiando canto, porque yo necesito cuidar mi voz», había dicho a la prensa en el 2005, en una verdadera muestra de su reconocido profesionalismo.  

Alfonsina y el Mar, Volver a los 17,

Cuando tenga la Tierra, Te Recuerdo

Amanda,   

Durante toda su carrera la cantante ha interpretado y retratado expresiones artísticas populares  

No fueron pocas las veces que se quejó del trató que la prensa y los gobiernos argentinos le habían otorgado, cuando en el mundo era tratada como una personalidad.  

«Creo que nunca tuvimos idea de la verdadera dimensión de artista que tuvo La Negra y todo por esa sencillez que la caracterizaba»,  

Su último trabajo, «Cantora», en el que participan artistas de la talla de Joan Manuel Serrat, Shakira, Caetano Veloso y Jorge Drexler, entre otros, se convirtió este año en un éxito de ventas en Argentina.   

Sus restos fueron velados desde el mediodía, en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación, donde allegados, colegas, amigos y seguidores van fluyendo por la capilla ardiente para manifestar el dólor y brindarle el último adió.    

En su última grbación “Cantora”, un álbum doble, dedicado a duetos, se dio el gusto de grabar con interpretes de todas las épocas y de todos los géneros, Shakira, Julieta Vanegas, Diego Torres, Fito Páez y Calle 13, grabaron con ella, como si se tratara del más cálido homenaje que una artista de su altura haya podido recibir.  

Fue una mujer muy solidaria 

De los reconocimientos que recibió sobresale el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995, otorgado por el Consejo Argentino de la Música y por la Secretaría Regional para América Latina y el Caribe, del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO, el Martín Fierro 1994 al mejor show musical en televisión.  

Sosa sentada con la presidenta de Argentina Cristina Fernández. 

También recibió el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas que la distinguió por su labor en defensa de los derechos de la mujer; Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década. También recibió otra distinción, esta vez del Consejo Interamericano de Música de la OEA (Organización de los Estados Americanos). 

Ese año fue además incluida por la Secretary-General United Nations Politic World Conference on Women, en la colección discográfica denominada Global Divas. 

Fue condecorada con honores en el año 2005 por el Senado argentino con el premio Sarmiento en reconocimiento a su trayectoria artística, su compromiso social y su constante lucha en materia de derechos humanos. También ganó premios Grammy Latinos y Premios Gardel. 

En 2008, fue nombrada por el gobernador Celso Jaque como embajadora cultural de Mendoza junto al grupo Karamelo Santo. También se desempeñó como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO para Latinoamérica y el Caribe.  

Ella nos llamaba para grabar. Tenía una generosidad, que mucha gente no conocía. Fueron más de 40 años de compartir trabajos, años de exilio en España y muchas otras cosas. Era una madre, una hermana, una amiga.  

“Hoy nos quedamos con un vacío enorme», afirmaba dolorido Piero, con quien La Negra había grabado Coplas de mi país y Soy pan, soy paz, soy más.   

Cautivó a varias generaciones de jóvenes con la que comenzó a caminar a través de canciones: Inconsciente colectivo, El tiempo es veloz, Vengo a ofrecer mi corazón, María, María (del brasileño Fernando Brant), «O que será» de Chico Buarque y cientos de temas de los más diversos compositores latinoamericanos, poblaron sus actuaciones desde su regreso definitivo a la Argentina en 1984.  

Ni sus reiteradas dolencias hepáticas o pulmonares de los últimos años habían logrado detenerla en los últimos años. Salvo un paréntesis entre el 2003 y el 2005, siguió actuando y grabando casi al mismo ritmo.  

Giras por todo el mundo, mujer destacada de al Cultura, Ciudadana ilustre de Tucumán y Buenos Aires.  

Mercedes Sosa había sido inclída recientemente por la Secretary-General United Nations Politic World Conference on Women, en el Global Divas, un trabajo discográfico que incluyó a las voces más importantes del mundo junto a Edith Piaff, Marlene Dietrich, Amalia Rodrigues, Lucha Reyes, Miriam Makeba, Celina González, Marian Anderson, Aretha Franklin, Elis Regina, Maria Bethânia y Gal Costa.  

En los últimos tiempos, la presidenta Cristina Kirchner, la había homenajeado en diversas oportunidades. Ayer, ella también la lloraba, como la lloró la chilena Michelle Bachelet: «Se nos fue la voz más vigorosa de América Latina porque la que sentía un gran cariño», y millones en todo el mundo.   

Miles de seguidores de la cantante han inundado el libro de visitas de su página web oficial y el sitio abierto en la red social en Internet Facebook con mensajes de reconocimiento y apoyo. 

Sosa, nacida en San Miguel de Tucumán en 1935, es la cantante folclórica más reconocida y premiada de Argentina. 

Firme defensora de los derechos humanos, fue censurada por la dictadura militar argentina (1976-1983) y se exilió en Europa, donde prosiguió con su trabajo con grandes figuras iberoamericanas de la canción. 

Millares de personas, entre llantos y gritos de «¡Gracias, Negra!», aplaudían, cantaban y lanzaban flores al paso del cortejo fúnebre que transporta hacia el cementerio los restos de la célebre cantante argentina Mercedes La Negra Sosa. 

La caravana funeraria recorría avenidas de Buenos Aires hasta el cementerio de La Chacarita, donde también está el mausoleo del cantante de tangos Carlos Gardel, en una conmovedora ceremonia de despedida durante la cual las gentes se agrupaban para entonar letras de zambas y otros ritmos folklóricos. 

En La Chacarita, los restos de la voz mayor de la canción latinoamericana popular y folklórica serian cremados, para ser luego esparcidos por tres ciudades, entre ellas la de Tucumán. 

Sosa murió a los 74 años la madrugada del domingo 4 de octubre en su lecho de enferma, «en paz», pidiendo –dijeron- a la gente, respetar la voluntad de Mercedes Sosa, de darle la última despedida cantando. 

Su emblemático tema «Gracias a la vida», de la formidable poeta y artista chilena Violeta Parra, era uno de los que más sonaba en las calles, mientras que todos los canales de noticias coincidían en transmitir las imágenes del cortejo, acompañándolas con fragmentos de sus canciones. 

Mercedes Sosa,  cantó con Luciano Pavarotti, Joan Baez y Joan Manuel Serrat, murió el mismo día en que se conmemora un nuevo aniversario del natalicio de Violeta Parra, leyenda del folklore chileno. 

A las 02:00 horas, tiempo local (05:00 horas GMT), Maradona acarició y besó en la frente a Sosa, antes de abrazarse con el hijo de la cantante.  

Francia rindió homenaje el lunes, al afirmar un portavoz de la cancillería que el país europeo «quiere rendirle homenaje a su memoria y a su obra».  

Mercedes Sosa, (San Miguel de Tucumán (República Argentina), 9 de julio de 1935 – Buenos Aires, 4 de octubre de 2009 conocida como La Negra Sosa, fue una cantante de música folclórica argentina reconocida en América Latina y Europa.  

Considerada como la principal cantante de Argentina y una de las exponentes de la denominada nueva canción latinoamericana. Incursionó en otros géneros como el tango, el rock y el pop. 

 Se definía a sí misma como «cantora» antes que «cantante», en lo que fue una distinción fundamental de la nueva canción latinoamericana de la que ella fue una de las iniciadoras: «cantante es el que puede y cantor el que debe» (Facundo Cabral). 

Ese ideal fue expresado por Mercedes Sosa en los títulos de sus álbumes como Canciones con fundamento y Yo no canto por cantar. 

Entre las obras con que se ha destacado en el cancionero latinoamericano se encuentran Canción con todos, Alfonsina y el mar, Gracias a la vida, Como la cigarra, La maza, Todo cambia y Duerme negrito. 

 Entre sus discos se destacaron Canciones con fundamento (1965), Yo no canto por cantar (1966), Mujeres argentinas (1969), Homenaje a Violeta Parra (1971), Cantata Sudamericana (1972), Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui (1977), Mercedes Sosa en Argentina (1982), Alta fidelidad (1997).  

 En «Zamba de la distancia», como en «La de los humildes», «Zamba del riego», «Tropero padre», «El río y tú», «La zafrera» y «Los hombres del río», están los tres nombres que impulsaron el movimiento: Armando con sus palabras, Matus con la música y yo con la voz. 

El 11 de febrero de 1963, desde el Círculo de Periodistas de Mendoza, lanzó el Movimiento del Nuevo Cancionero, junto a  Armando Tejada Gómez, Tito Francia y otros artistas, que se manifestaría internacionalmente como el Movimiento de la Nueva Canción.  

Mercedes Sosa se mantendría fiel a lo largo de toda su carrera a los principios artísticos expuestos en el manifiesto fundacional del movimiento: 

El NUEVO CANCIONERO se propone buscar en la riqueza creadora de los autores e intérpretes argentinos, la integración de la música popular en la diversidad de las expresiones regionales del país. 

Quiere aplicar la conciencia nacional del pueblo, mediante nuevas y mejores obras que lo expresen. Busca y promueve la participación de la música típica popular y popular nativa en las demás artes populares: el cine, la danza, el teatro, etc., en una misma inquietud creadora que contenga el pueblo, su circunstancia histórica y su paisaje. En este sentido, adhiere a la inquietud del Nuevo Cine, como también a todo intento de renovación que intente testimoniar y expresar por el arte nuestra apasionante realidad sin concesiones ni deformaciones. 

Rechaza a todo regionalismo cerrado y busca expresar al país todo en al amplia gama de sus formas musicales. Se propone depurar de convencionalismos y tabúes tradicionalistas a ultranza, el patrimonio musical tanto de origen folklórico como típico popular. Alentará la necesidad de crear permanentemente formas y procedimientos interpretativos, así como obras de genuina identidad con el país de hoy, que enriquezcan la sensibilidad y la cultura de nuestro pueblo.

Desechará, rechazará y denunciará al público, mediante el análisis esclarecido en cada caso, toda producción burda y subalterna que, con finalidad mercantil, intente encarecer tanto la inteligencia como la moral de nuestro pueblo.  

EL NUEVO CANCIONERO acoge en sus principios a todos los artistas identificados con sus anhelos de valorar, profundizar, crear y desarrollar el arte popular y en ese sentido buscará la comunicación, el diálogo y el intercambio con todos los artistas y movimientos similares del resto de América. Apoyará y estimulará el espíritu crítico en peñas, y organizaciones culturales dedicadas a la difusión de nuestro acervo, para que el culto por lo nuestro deje de ser una mera distracción y se canalice en una comprensión seria y respetuosa de nuestro pasado y nuestro presente, mediante el estudio y el diálogo formativo de nuestras juventudes.  

EL NUEVO CANCIONERO luchará por convertir la presente adhesión del pueblo argentino hacia su canto nacional, en un valor cultural inalienable. Afirma que el arte, como la vida, debe estar en permanente transformación y por eso, busca integrar el cancionero popular al desarrollo creador del pueblo todo para acompañarlo en su destino, expresando sus sueños, sus alegrías, sus luchas y sus esperanzas. 

Manifiesto Fundacional del Nuevo Cancionero.

Mendoza, 11 de febrero de 1963 

Luego de publicar su primer disco, que pasó inadvertido, grabó un segundo disco en 1965, Canciones con fundamento, que pasó igualmente inadvertido, pero que en el futuro se volvería el disco exponente del Nuevo Cancionero.  

Pero fue en ese mismo año de 1965, que Mercedes Sosa alcanzó la consagración popular, cuando Jorge Cafrune la invitó por iniciativa propia y en contra de los deseos de la comisión organizadora, a subir a cantar acompañada solo por su bombo Canción del derrumbe indio de Fernando Figueredo Iramain, en el escenario del Festival de Cosquín, el más importante del país 

Yo siempre tuve problemas con la comisión, no sé por qué… En ese tiempo porque era comunista, sigo siéndolo, pero por entonces era mala palabra. Canté con una cajita, nomás. Tuve un éxito muy grande, y ahí ya me contrató la Philips para grabar. Fue una actuación muy importante en mi carrera. Es más, fue la definitiva 

En Yo no canto por cantar (1965) incluye las bellas canciones Zamba para no morir («Romperá la tarde mi voz») de Hamlet Lima Quintana y Zamba azul («Como un limpio amanecer era tu pollera azul») de Armando Tejada Gómez y Tito Francia.  

Por esa época lanzó con su voz la obra de los compositores tucumanos Pato Gentilini, el Chivo Valladares y Pepe Núñez, inmortalizando canciones como Tristeza de los Hermanos Núñez. 

En 1967, hizo una exitosa gira por los Estados Unidos y Europa. En 1970 incluye en su disco El grito de la tierra el tema Canción con todos de Armando Tejada Gómez y César Isella, que ha sido considerado como el himno no oficial de América Latina. En el mismo álbum se incluyen otras dos canciones de gran importancia en su repertorio como Duerme negrito de Atahualpa Yupanqui y La pomeña de Gustavo Leguizamón y Manuel J. Castilla.  

Mercedes Sosa junto a los autores de la Cantata Sudamericana, Félix Luna (de pie) y Ariel Ramírez (al piano).A comienzo de los años setenta, publicó dos discos conceptuales en colaboración con el compositor Ariel Ramírez y el letrista Félix Luna: Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas, incluyendo en este último la zamba Alfonsina y el mar. En 1971 grabó un álbum tributo a la cantautora chilena Violeta Parra, incluyendo temas como Gracias a la vida y Volver a los 17. 

En 1972 lanza Hasta la victoria, con temas como Balderrama y La arenosa, de Leguizamón y Castilla y Los hermanos de Yupanki. 

En 1973 se produce el golpe de estado de Pinochet en Chile y Mercedes Sosa jura no cantar en en ese país mientras la dictadura permanezca en el poder. En 1975 graba Te recuerdo Amanda del chileno Víctor Jara, asesinado en su país, incorporándola a Gracias a la vida. En 1976 incluye Drume negrita del cubano Bola de nieve en su álbum Mercedes Sosa.  

Simpatizante de Perón en su juventud, apoyó las causas de izquierda política a lo largo de su vida, afiliándose al Partido Comunista en la década de 1950. Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, permaneció en el país a pesar de la represión y del hecho de que sus discos fueran prohibidos, hasta que en 1978, en un concierto en La Plata, fue cacheada y detenida en el propio escenario y el público asistente arrestado 

El hecho ha sido relatado por una admiradora llamada como ella Mercedes, que asistio al concierto y dejó el siguiente mensaje en la pagina oficial de Mercedes Sosa poco después de su muerte: 

La única noche que estuve presa fue después de un recital tuyo en La Plata, en el viejo Almacén San José. Te habías entusiasmado y cantado canciones no permitidas, habías abierto las ventanas para que escuchen los que no podían pagar. Estábamos todos eufóricos. Pero llegaron ellos con sus armas, haciendo por fin visible lo que sabíamos que pasaba. Nosotras en fila en el patio, apuntadas, aterradas; vos, tal vez con tu propio miedo, en una oficina donde te hacían escuchar los temas que cantaste, mostrándote tu desobediencia. A las seis de la mañana, consideraron que ya nos habían dado la lección y salimos al sol. ¿Sabés qué? Valió la pena. Si estás cansada, que tu partida sea en paz. Sabremos entender. 

Mercedes se exilió en 1979 en París y después en Madrid.   

Durante la dictadura militar y mientras se encontraba censurada lanzó varios álbumes, destacándose Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui (1977), uno de sus álbumes más logrados, y Serenata para la tierra de uno (1979 ), tomando como mensaje el tema del mismo título de María Elena Walsh: «Porque me duele si me quedo, pero me muero si me voy». 

En 1980 graba el álbum A quién doy, título tomado de la canción de Julio Lacarra con que se inicia el trabajo, referido al exilio («A quien doy las cuerdas de mi guitarra, para que no suenen tristes a la hora de mi adios»). El álbum incluye otras canciones llenas de tristeza por el exilio, que permanecerán en su repertorio habitual, como La flor azul («Dile, dile chacarera a esa flor azul, que de noche yo la busco por la cruz del sur») de Mario Arnedo Gallo y A. R. Villar, Cuando me acuerdo de mi país («Cuando me acuerdo de mi pais, me escribo de sal, me atraso de bien, me angustio de tren, me agrieto de mar, me enfermo de anden») de Patricio Manns, y el clasico tango Los mareados («Esta noche amiga mia, el alcohol nos ha embriagado, que me importa que se rian y nos llamen los mareados») de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo. Mercedes Sosa ha contado que en ese momento llegó a pensar en suicidarse.  

Volvió a la Argentina en 1982 en esa ocasión realizó una serie de conciertos históricos a sala repleta en el Teatro Ópera de Buenos Aires, que se convirtieron en un acto cultural contra la dictadura, a la vez que un hecho renovador de la música popular argentina, al incluir temas y músicos provenientes de diferentes corrientes musicales, como el folclore, el tango y el rock nacional. Fueron trece recitales a sala llena y entre los invitados de los conciertos estuvieron el litoraleño Raúl Barboza, el pianista Ariel Ramírez, el tanguero Rodolfo Mederos, el compositor del rock nacional Charly García y el cantautor del rock León Gieco.  

En el recital incluyó dos canciones no folklóricas que resultarían emblemáticas de su repertorio: Como la cigarra («tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resuscitando») de María Elena Walsh y Solo le pido a Dios («solo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente») de León Gieco.  

La actuación fue registrada en un doble álbum bajo el título Mercedes Sosa en Argentina, que constituyó un éxito de ventas y uno de los discos destacados de la historia musical del país. 

Luego de recuperada la democracia el 10 de diciembre de 1983, se mostró comprometida con las luchas por los derechos humanos y lanzó el álbum ¿Será posible el Sur? (1984), donde incluye canciones de gran impacto político, cultural y artístico, como Todavia cantamos de Víctor Heredia, Todo cambia de Julio Numhauser y Como pájaros en el aire de Peteco Carabajal. 

Como productora, organizó uno de los espectáculos más importantes presentados en la Argentina: Sin Fronteras, que reunió en el estadio Luna Park de Buenos Aires: las argentinas Teresa Parodi y Silvina Garré, la colombiana Leonor González Mina, la venezolana Lilia Vera, la brasileña Beth Carvalho y la mexicana Amparo Ochoa, además de la propia Mercedes.  

Mercedes Sosa hacia 1972. 

Durante los años siguientes continuó dando recitales exitosos dentro y fuera de Argentina, actuando en estadios y en los escenarios más grandes y prestigiosos como el Lincoln Center, el Carnegie Hall donde recibió una ovación de 15 minutos, el Mogador de París y el Concertegebouw de Ámsterdam, el Teatro Colón de Buenos Aires, en el Coliseo de Roma, etc. 

En 1992 cantó en Chile en la Quinta Vergara de Viña del Mar y en el Estadio Chile (en Santiago). Fueron tres actuaciones y en 1993 volvió para intervenir en el Festival Internacional de Viña del Mar. 

En 1995 decidió dejar de cantar en su tierra natal, la provincia de Tucumán, debido a la elección del represor Antonio Domingo Bussi como gobernador de la misma y mientras se mantuviera en el poder. El 10 de diciembre de 1999 Bussi dejó de ser gobernador,[12] y 16 días después La Negra volvió a cantar en Tucumán diciendo:  

«así como decidí hace muchos años no cantar más en Chile mientras gobernara Pinochet, yo decidí en su momento no volver a cantar más aquí mientras gobernase Bussi». En 2008 Bussi fue condenado a cadena perpetua por sus crímenes contra la humanidad.  

En 1997, después de presentar Alta fidelidad, el disco donde interpreta bajo su dirección las canciones de uno de los padres del Rock Nacional, Charly García, tuvo la primera manifestación de una depresión aguda la llevó al borde de la muerte.  

El disco no se pudo presentar en vivo junto a su amigo. Le llevó casi un año recuperarse El disco de aquel regreso se tituló Al despertar y obtuvo el Premio Gardel al Disco del Año. Volvió a dar conciertos multitudinarios en la Argentina, estuvo en la cancha de Boca con Luciano Pavarotti y volvió a girar por el mundo. 

En 1999 Sosa grabó la Misa Criolla de Ariel Ramírez, una de las obras máximas del folklore argentino, dedicándosela a su madre.  

Más allá de lo artístico, el hecho llamó la atención debido a la condición de agnóstica de la cantante. Mercedes aclaró entonces: 

Durante toda mi vida las dos hemos tenido respeto: mi madre por mi ideología, y yo por su creencia religiosa. Nunca ella me ofendió a mí ni yo ofendí a mi madre, ni a ningún creyente. Nunca jamás canté ninguna canción en contra de Dios, y creo que eso fue gracias a mi madre. Por eso la dedicatoria 

Representó a las voces de América, en el Segundo Concierto de Navidad realizado en la Sala Nervi del Vaticano. Fue la más aplaudida en ese espectáculo realizado para el Vicariato de Roma y el papa Juan Pablo II. 

En 2001 grabó Acústico en el Gran Rex, un disco en vivo. En 2002 ideó junto a sus amigos León Gieco y Víctor Heredia Argentina quiere cantar. Las presentaciones incluirían varias giras por el país.  

Entre 2003 y 2005 tuvo internaciones, deshidrataciones y descompensaciones. 

El año 2005 fue su gran regreso con un disco despojado, Corazón libre, arreglado por el Chango Farías Gómez, con la edición del sello alemán Deutsche Grammophon.  

Volvió a los escenarios y por sus problemas de salud comenzó a cantar sentada. 

Su último trabajo es Cantora, lanzado poco antes de su muerte, un álbum doble donde canta 34 canciones a dúo con destacados cantantes iberoamericanos, y cierra con el himno nacional argentino. 

Siguió siempre ampliando su repertorio, y grabando en varios estilos. Fue convocada por artistas internacionales como Joan Baez, Andrea Bocelli, David Broza, Chico Buarque, Luz Casal, Gal Costa, Lucio Dalla, Nilda Fernández, Alfredo Kraus, Tania Libertad, Pablo Milanés, Nana Mouskouri, Milton Nascimento, Luciano Pavarotti, Silvio Rodríguez, Ismael Serrano, Shakira, Sting, Cecilia Todd, Caetano Veloso, entre otros. 

También colaboró, en diversas oportunidades, con músicos argentinos como Roberto Goyeneche, Alberto Cortez, León Gieco, Víctor Heredia, Luis Alberto Spinetta Charly García, Pedro Aznar, Fito Páez, David Lebón, Los Chalchaleros, Teresa Parodi, Soledad Pastorutti, Piero, Ariel Ramírez, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo Mederos, Atahualpa Yupanqui, Julia Zenko, etc.  

Se decretó duelo nacional por tres días, y una multitud acompañó o saludó con flores a su paso al cortejo fúnebre hacia el cementerio de la Chacarita, donde su cuerpo fue cremado según su deseo para repartir sus cenizas en tres lugares amados por ella: Tucumán, Mendoza, y la ciudad de Buenos Aires.   

Mercedes Sosa en 1980.

La voz de la zafra (1962)[5]

Canciones con fundamento (1965)

Yo no canto por cantar (1966)

Hermano (1966)

Para cantarle a mi gente (1967)

Con sabor a Mercedes Sosa (1968)

Mujeres argentinas (1969)

Navidad con Mercedes Sosa (1970)

El grito de la tierra (1970)

Homenaje a Violeta Parra (1971)

Hasta la victoria (1972)

Cantata sudamericana (1972)

Traigo un pueblo en mi voz (1973)

Niño de mañana (1975)

A que florezca mi pueblo (1975)

En dirección del viento (1976)

O cio da terra (1977)

Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui (1977) Si se calla el cantor (1977)

Serenata para la tierra de uno (1979)

A quién doy (1980)

Gravado ao vivo no Brasil (1980, ‘grabado en vivo en Brasil’)

Mercedes Sosa en Argentina (1982) Mercedes Sosa (1983) Como un pájaro libre (1983) Recital (1983) ¿Será posible el sur? (1984) Vengo a ofrecer mi corazón (1985) Corazón americano (1985, con Milton Nascimento y León Gieco) Mercedes Sosa ’86 (1986) Mercedes Sosa ’87 (1987) Gracias a la vida (1987) Amigos míos (1988) En vivo en Europa (1990) De mí (1991) 30 años (1993) Sino (1993) Gestos de amor (1994) Oro (1995) Escondido en mi país (1996) Alta fidelidad (1997, con Charly García) Al despertar (1998) Misa Criolla (2000) Acústico (2002) Argentina quiere cantar (2003, con Víctor Heredia & León Gieco) Corazón libre (2005)  

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