Exponen queretanos en Bellas Artes

Colectiva de queretanos en el Palacio de Bellas Artes

Diario de Querétaro

Armando Arias

Fortalecidos con ideas que como creadores culturales nos intercambiamos entre amigos, pugnamos por romper las fronteras que nos constriñen, soñando con llevar algún día, lo mejor del arte queretano al Palacio de Bellas Artes.

En el plano de la cultura local, palpamos la fuerza de los creadores queretanos en todas sus disciplinas. Una fuerza capaz de generar nuevos y mejores vínculos sociales con los mismos queretanos, con los mexicanos de otros estados y con los extranjeros, y sin embargo, imposibilitados de romper la lejana frontera de San Juan del Río. Observamos que esta fuerza se gasta en afanes inútiles y contiendas intestinas entre los miembros del mismo gremio; de estas pugnas desreglamentadas nos dan testimonio, teatreros, músicos, escritores, bailarines, pintores. Estas escaramuzas entre compañeros se dan para agandallar los contados subsidios, que así como benefician a algunos ganadores, desaniman a los numerosos perdedores. Si nuestras expresiones de cultura regional pretenden entablar diálogo con el mundo entero, ¿por qué depender de los recursos del IQCA solamente? ¿Qué nos impide explorar las embajadas?, ¿colaborar con otros estados?, ¿concertar con la federación?, ¿interactuar con la iniciativa privada?, ¿idear nuevas fórmulas de patrocinio?

Dos ejemplos de concertación exitosa: El intercambio cultural entre la región de Västra Götaland, en Suecia, y de Querétaro, en México. Esta fue una iniciativa tomada directamente por el Museo de la Ciudad con la embajada de Suecia y con la venia del entonces Coneculta. Algunas giras al extranjero, transportando el bagaje cultural queretano son logradas a través de organizaciones no gubernamentales. Así, el Grupo de Danzas Autóctonas y Tradicionales del Estado de Querétaro, ha llevado con entera dignidad nuestras más queridas tradiciones a puntos de Europa, Norteamérica y Sudamerica. Como estos, existen más ejemplos, y en consecuencia son posibles más oportunidades.

El colmo es que los queretanos desconozcamos o ignoremos las oportunidades que la federación ofrece. Un prototipo de ésta, llamémosle ignorancia, es el poco uso que le damos a Programas del CONACULTA, como el de Apoyos y Donativos, o el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados. Éste último, desde su creación en 1997, solamente lo hemos utilizado en 7 ocasiones. El Museo de la Ciudad inició la construcción del Foro Múltiple, que hoy inacabado, da servicio. También lo usó el Centro Nacional de Danza Contemporánea para su foro experimental. Las casas de cultura de San Joaquín y de Huimilpan, son otros pocos organismos culturales que hicieron uso del Paice. Esta misma reserva puede observarse en otros programas federales, relegados absurdamente, cuando nuestras necesidades son tan grandes en materia cultural. Veamos: Querétaro es de los últimos estados del país en cuanto a bibliotecas públicas instaladas, todos lo sabemos porque navegamos por internet, sabiéndolo, ¿cuántas bibliotecas públicas agregaron los dos últimos gobiernos estatales? Ninguna, porque la Biblioteca del multifuncional Centro Cultural Gómez Morín recibió el acervo que la Biblioteca Central manejó en la llamada «Casa de los leones». Por consiguiente, hoy día ¿cuántas bibliotecas se necesitan? ¿Quién las costeará? No suena descabellado que cada colonia y fraccionamiento cuente con una casa de la cultura financiada por los fraccionadores y manejada por los colonos, y que cada nueva Plaza comercial se entregue con una zona cultural anexa.

Recuperando la reflexión sobre el CONACULTA. Habría que moderar las expectativas sobre la panacea federal: La UNESCO recomienda a los gobiernos, invertir el 1% de sus presupuestos en cultura. Eso no sucede en México, en donde solamente una ínfima parte del presupuesto se aplica al rubro continuamente a la baja en cada recorte, desconociendo que este mismo organismo de la ONU calcula que en los próximos 5 años las industrias culturales crecerán un 6.4%. Esto habla del potencial de las industrias culturales como generadoras de empleo, de divisas, de contribuciones al fisco y polos de atracción de inversiones, como hoy miramos que sucede en Oaxaca, donde a Francisco Toledo nadie lo consideraría un indio ladino, sino un gran artista que es respetado en todo el mundo y titular de un millonario fideicomiso.

Lo mismo deseamos para los artistas queretanos, luchando por exponer algún día en la catedral del arte mexicano, pero preocupados por ahora en rebasar la aún lejana frontera de San Juan del Río.