Los Franceses sitiados en Querétaro

“He demostrado, cómo en nuestro histórico suelo, han tenido su desenlace los cuatro más grandes acontecimientos políticos del país, habidos en el siglo XIX” 

Las Tropas Francesas en

Querétaro

José Félix Zavala 

Querétaro es la clave de la parte central de México.Las tropas francesas se aprovecharon de laexcelente situación geográfica de Querétaroque “cubre”, hasta cierto punto, la capital del país.

                                                                                                                              

      Alberto Hans 

Tres narraciones de diferentes autores que citaré al principio de este texto, nos pueden ilustrar la forma en que gran parte de nuestro patrimonio cultural acumulado por los queretanos, ha sido destruido por propios y extraños. 

“A las ocho y tres cuartos de la noche, que la Señora mi madre, me llevaba de la mano al Templo de Teresitas a refugiarnos en él, por temor a que cayera la plaza en poder de los republicanos. En el altar, la imagen venerada de la Virgen del Pueblito, que pernoctaba fugitiva, en varias partes durante el sitio, por temor de una profanación. Las vidrieras del templo caían a pedazos, y el tiroteo y la gritería se oía cada vez más cerca y horrorosa, hasta cerca de la media noche que se fueron calmando las iras liberales y no lograron tomar la plaza”Valentín Frías 

“…el comandante general de artillería (en Querétaro) Arellano, estableció una fábrica de salitre, una de pólvora, dos fundiciones de proyectiles y los talleres necesarios… el techo del teatro (hoy llamado de la República) fue arrancado, fundido y convertido en balas; una parte de las campanas (de los templos de la ciudad) y todo el hierro que se pudo conseguir (varias esculturas de bronce), sirvieron para fundir balas y granadas (a las tropas de Maximiliano)…” 

Ciudad Santa y Levítica, lo mismo que Ciudad Maldita y Traidora, se ha llamado a Querétaro, creo yo que impropiamente en cualquiera de sus dos títulos, debido a una mala relectura de su historiografía, que de acuerdo a historiadores y arqueólogos va desde la época de Chupícuaro, año 300 A.C., hasta nuestros días. 

En noviembre de 1860, el entonces gobernador de Querétaro, José María Arteaga, permitió a las fuerzas liberales en su lucha contra los conservadores, derribar la barda atrial, las capillas pozas, y las capillas situadas en el cementerio, la quema de pinturas y esculturas de lo que yo llamo La Ciudadela y otros el Convento Grande de San Francisco. Tres años más tarde fueron derribadas las capillas restantes, y derrumbado parte del Convento.  

Mientras el caudillo de la Sierra Gorda, Tomás Mejía, a partir de 1856 a 1867, cuando fue fusilado junto a su compatriota el General Miramón y al príncipe austriaco Maximiliano; arrasó y tomó la ciudad de Querétaro cinco veces, entre otras barbaries quemó los archivos y salió a caballo al balcón central de las otrora “Casas Reales” y en 1866 fusiló al General José María Arteaga. 

Las causas por las que Querétaro fue escenario de cinco acontecimientos históricos que pudieran ponernos a los queretanos como miembros de una ciudad traidora, podrían ser:  

1.- En 1732, una vez construido el Santuario a Nuestra Señora del Pueblito, comenzó la destrucción y saqueo del asentamiento prehispánico, ocupado como Santuario a la Diosa Madre, y de toda su zona ceremonial y habitacional de más de treinta kilómetros de radio, hasta principios del siglo XVIII en funciones. 

2.-Comenzada la Guerra de Independencia, fraguada en las juntas de Querétaro, fue esta ciudad la más resguardada por las tropas realistas, y la última en rendirse al ejército insurgente.  

3.-El 2 de Febrero de 1848 y siendo capital provisional del país, se firman en Querétaro los Tratados de Guadalupe-Hidalgo, donde se pierden 2 millones 400 mil kilómetros cuadrados, más de la mitad del territorio nacional, a favor de los Estados Unidos de América. 

4.- Querétaro es el refugio de las tropas aliadas al príncipe Maximiliano, por lo que es sitiada la ciudad, al  mando del General Mariano Escobedo, entre el 7 y el 11 de Marzo. Se venció al austriaco el 15 de Mayo de 1867 y fue fusilado el 19 de Junio del mismo año, a las siete de la mañana en el Cerro de las Campanas. 

5.-En la Hacienda de la Capilla, situada a orillas de la Ciudad de Querétaro, se entrevistan José María Iglesias y Porfirio Díaz el  26 de Diciembre de 1876, dando inicio con este encuentro a treinta años de dictadura o a la llamada “paz porfiriana”. 

En estos días en que el turismo nos visita masivamente, me encontré en el Cerro de las Campanas con dos profesores de inglés que a su vez se habían encontrado casual y mutuamente en esta ciudad, uno blanco y residente en Denver, Colorado, maestro de mexicanos y de refugiados de países pobres llegados a USA, y el otro de origen africano y nacionalidad francesa. 

Este último llamado Michel Koname, puso una cara de asombro cuando escuchó que donde se encontraba, no era un lugar de culto a Maximiliano y que el Mausoleo que ahí se encuentra, la estatua de Benito Juárez, el Museo la Magia del Pasado, y el parque, eran por el contrario un orgullo de la nación mexicana, por haber logrado vencer al usurpador y que las tropas francesas abandonaran nuestro territorio, habiendo llegado estas a invadirnos en 1861. 

El Mausoleo de Maximiliano en el Cerro de las Campanas fue mandado construir por los Hamburgo de la Casa de Austria, sin que México pusiera ningún centavo para este fin, siendo bendecido por el Obispo Sabás Camacho, el 10 de Abril de 1901, con la presencia de las representaciones diplomáticas de Austria, Bélgica, Alemania, Suecia y Noruega. 

Le platiqué que los jefes políticos conservadores, Desiderio Samaniego, Manuel Gutiérrez y José Antonio Septién, durante el refugio de Maximiliano en Querétaro, dieron como morada a las tropas francesas, al mando del General Douay  los ricos conventos queretanos, antes de que abandonaran a su protegido, para ir a pelear contra Prusia por órdenes de Napoleón III, en estos templos y conventos hicieron gala de su salvajismo y de toda clase de desmanes. 

Como ejemplo diremos lo que Fray Manuel Garnica, En Carta a la Mitra del Obispado de Querétaro, fechada el 18 de Marzo de 1864, dice que el General francés Castagny exigió violentamente, se desocupara el Convento de Santa Clara para situar en él a las tropas francesas, desalojando a la media noche a las monjas allí residentes y herederas de la riqueza de Conín, de su hijo Diego de Tapia y de su nieta María Luisa del Espíritu Santo y el cuarto Convento más rico en todos los sentidos, del siglo XVII y XVIII en nuestro país. 

Por otro lado Fray Miguel Loarca del Convento de Santo Domingo, dice: “El estado en que la Iglesia se encuentra es triste y deplorable, sus muros socavados y cubiertos de pintas repugnantes y obscenas y de renglones desvergonzados e inmorales escritos en francés…” 

Fray José Rico, del Convento de San Francisco, nos señala “…el convento ocupado por las tropas francesas, está muy maltratado y de reposición costosa, en especial la Iglesia Grande que de Noviembre a esta parte ha estado convertida en almacén, no obstante el empeño que he puesto para que se dejara para el culto… muchas pinturas de Aguilera, Ibarra, Rodríguez, Juárez y Cabrera, desaparecieron…” 

Nos dice Fray Miguel María Zavala, del Templo y Convento de la Cruz: “El Colegio ha sufrido, por la forma que se le ha querido dar, a una parte de él, para hospital militar de las tropas francesas; por haberles quitado los altares a las capillas del noviciado y enfermería, por haber tirado una azotehuela y por algunas puertas que faltan…” 

Mi recién amigo Kuname, era un francés incrédulo de tal salvajismo de la cultura francesa. 

Nuestra mayor riqueza barroca, como lo es el Templo y Convento de los Agustinos, ahora lujoso Museo de Arte, en ese entonces a cargo de Fray Blas Enciso, informa a la Mitra: “…que el Convento está sumamente deteriorado, habiendo sufrido más desde que lo ocupan las tropas francesas…” 

En la obra de Valentín Frías “Conferencias sobre Historia de Querétaro”, cuando nos habla del sitio y la muerte de Maximiliano, nos dice: “Los queretanos lo amaron hasta el delirio y no es hipérbole” 

Nuestro muy ilustre historiador de grata memoria, Don Luis González y González, en su historia de México, escribe: “Entre 1821, cuando Luaces entrega Querétaro y hasta 1850, en el país reinó la inquietud, hubo cincuenta gobiernos producto de cuartelazos, la mayoría de ellos; once del General Santa Anna. Cada partícula del país calló en el autoconsumo, cada región llegó a producir lo estrictamente necesario para satisfacer sus necesidades” 

La gloria de Querétaro y su apogeo, en el Epiclásico, en el Posclásico, en el Posclásico Tardío y en los siglos XVII y XVIII, conoció el hambre y la miseria por más de un siglo, de 1850 a 1950 y soportó ser el enclave o garganta de tierra adentro, donde terminaban todos los movimientos políticos que en nuestro país han ocurrido. 

La historiadora Guadalupe Zárate nos señala que la “Leyenda de Fundación de Querétaro”, auspiciada por los cronistas franciscanos, es despejada y descubierta, en su red de intereses económicos y políticos, para adueñarse de la mano de obra indígena, tributos, privilegios y posesiones, en la obra de Lourdes Somohano, editada por el ITESM. 

Mientras quien esto escribe señala que el estudio introductorio a los documentos que se encuentran en el Archivo General de Indias, uno sobre el pleito de los caciques de Xilotepec contra el encomendero de Acámbaro Hernán Pérez de Bocanegra, y otro sobre los pleitos de límites entre la Nueva España y Nueva Galicia, realizado por José Ignacio Urquiola y el trabajo titulado “Cinco Años de Investigación Arqueológica en el Cerrito” de Daniel Valencia, donde nos muestra con claridad una pirámide trunca con procesos reconstructivos y su grandeza como zona ceremonial y santuario desde el 300 a. C. hasta la llegada de Conín y los españoles a Querétaro, nos descubre al Querétaro prehispánico, al que muchos se niegan a reconocer, que aumenta  la grandeza de nuestra tierra y de nuestra historia. 

Podemos decir finalmente que Querétaro como Altépetl, luego como Pueblo de Indios, después como Alcaldía Mayor, posteriormente en 1656 como Ciudad Española y Corregimiento de Letras en 1794, tiene un largo caminar histórico que llevará a la Lucha de Independencia, a recibir a las tropas de intervención de los Estados Unidos en 1847, a la de los franceses en 1864, a ser el encuentro de las luchas intestinas durante la Revolución Mexicana y a su devenir grandioso de finales y principios del Siglo XX y XXI.