“AQUELLOS TIEMPOS”.

 

 

 

Mario Rodríguez Estrada.

 

 

“SI QUIERES SER MEJOR QUE NOSOTROS, QUERIDO AMIGO, ¡VIAJA!.-Goethe (1749-1832).-Escritor alemán.-

 

 

I LEFT MY HEART IN MATEHUALA.-

 

 

A estas alturas del partido, la memoria ya empieza a fallarnos…sin embargo, con intensos suspiros de nostalgia, mi amigo alemán, no Goethe sino Alzheimer, me permite recordar entre brumas, que en estos mismos días, pero de hace CINCUENTA AÑOS (enero de 1960), un jovencito Profesor De Educación Física (21 años), desterrado de su natal Querétaro,  arribaba a un polvoriento y melancólico pueblito (así me pareció entonces), enclavado en el mero corazón del semidesierto potosino, llamado Matehuala…armado con tan solo una vieja y destartalada valija, conteniendo sus pocas y pobres pertenencias, entre las que destacaban su desesperanza y el dolor de abandonar a la dueña de los ojos mas hermosos nacidos en tierra queretana, que apenas el fin del pasado año le había otorgado el ansiado ¡sí!…sin imaginar, que dicha hermosa niña, en unos pocos meses le habría de decir:”amor de lejos, amor de …ejos”…y su naciente ilusión, con la distancia, se diluyó. Bajando del camión en la antigua Central, caminó algunas calles, preguntando por el domicilio del Inspector Federal de Zona…topándose con un jovencito secundariano, que amablemente nos guió personalmente hasta el mismo, sin imaginar que dicha joven persona debía ser uno de los dos mejores amigos que nunca tuve…su apodo, tal vez por ser demasiado delgado, respondía al nombre del “Lagarto”…Juan Manuel Rueda…le conocería más tarde como parte del trío de excelentísimos jugadores de basquetbol de Matehuala, junto al que considero mi otro buen amigo PASCUAL GALLEGOS…apodado “El Champion”…el otro fue: Miguel “El Cácaro” Barbosa…con los que tuve la alegría de jugar formando en el equipo estudiantil de la “Preparatoria”…recordando a Francisco Salas, Mario Gutiérrez, Antonio Vázquez, Leodegario Beltrán, David Díaz, Alfonso Zapata, Antonio Maldonado y Benjamín Linares…Los partidos se desarrollaban en una de las más hermosas canchitas para basquetbol que jamás haya conocido, ahora desaparecida, convertida, creo, en local comercial.

 

 

Presentándome al amable funcionario, del que lamentablemente olvidé su nombre, me alojé en el Hotel de la ciudad, y comía en el Restaurant de la Sra. Chang o Eng, a un costado de la monumental iglesia…con mis doce horas a la semana de mi nombramiento atendí a tres Escuelas Federales…dos en Matehuala y una más en el cercano municipio de la Paz…en todas conocí a excelentes maestros y compañeros, los que me dispensaron su amistad y consejos…las maestras del Colegio Matel me aceptaron y di clases a las bellísimas niñas de la mejor Escuela particular de la ciudad, en Primaria, Secundaria y Comercio…me pagaban muy poco, pero yo, la mera verdad, no debí cobrarles nada, pues sin desmerecer la presencia de las niñas de las escuelas oficiales, las del Colegio Matel, eran angelicales, enamorándome de todas ellas, pero sobre todo de un par de hermosísimas hermanitas, pertenecientes a una de las principales familias de la ciudad de las Camelias, apellidadas Dibildox…ambas dotadas de todas las gracias que se le pueden conceder a una mujer…sobre todo Alicia, no solo bella sino además, inteligente…y sin que jamás ella supiese nada, fue la razón de haber dejado mi corazón en Matehuala.

 

 

Cada vez que paso por ahí, camino al “Otro lado”, mis suspiros envuelven toda la ciudad, queriendo abarcarla por entero, pero ya nada me detiene, los bellos seres que conocí hace cincuenta años, ya deben haber desaparecido…mismo camino que a la corta o a la larga habré de seguir…mientras tanto, jamás olvidaré ese único año que disfruté vivir en una de las más bellas y cálidas ciudades de las muchas en que posteriormente me tocó desempeñarme como Profesor de Educación Física, o como Director Federal…un recuerdo muy especial a la bella niña de ese entonces Cecilia Cedillo…su apoyo sentimental fue fundamental para un roto corazón…les saluda y les abraza…Mario RE.- mariore38@hotmail.com.-