La Otra Historia

Howard Zinn y la otra historia  

Amy Goodman 

 

La Jornada  

Howard Zinn, el legendario historiador, escritor y activista estadunidense falleció la semana pasada a los 87 años. Su obra más famosa es La otra historia de Estados Unidos. Zinn fue entrevistado por Democracy Now en mayo del año pasado y habló sobre su libro: “La idea de La otra historia es ir más allá de lo que aprendí en la escuela o de lo que la mayoría de la gente aprendió en la escuela, y esa es la historia a través de los ojos de los presidentes y generales en las batallas libradas en la guerra civil. Y nosotros queremos las voces de la gente, de la gente común y corriente: rebeldes, disidentes, mujeres, negros, asiático-estadunidenses, inmigrantes, socialistas y anarquistas, y los agitadores de todo tipo”. 

Es pertinente escribir sobre la vida de Howard Zinn justo cuando comienza el llamado Mes de la Historia Negra. A pesar de que era blanco, Zinn escribió en forma elocuente sobre la lucha por los derechos civiles y también formó parte de ese movimiento. Hace 50 años, el 1° de febrero de 1960, cuatro estudiantes negros ingresaron en la tienda F.W. Woolworth de Greensboro, Carolina del Norte, y se sentaron en el mostrador que era “sólo para blancos”. Se les negó el servicio, y regresaron una y otra vez. Cada día se les sumaban más personas. El movimiento contra la segregación en restaurantes se extendió a otras ciudades del sur. En julio, el mostrador de Greensboro Woolworth estaba desegregado. Esta semana se inauguró el Centro y Museo Internacional por los Derechos Civiles en el lugar donde se registró la protesta original. 

En el momento de las protestas, Howard Zinn era profesor del Spelman College, una universidad históricamente de mujeres negras en Atlanta. Me contó por qué, luego de siete años de enseñar allí, fue despedido: “Durante las protestas, las estudiantes del Spelman College se alzaron, apartándose de ese ambiente tranquilo y controlado de la universidad. Fueron a la ciudad, fueron arrestadas y regresaron motivadas y decididas a cambiar las condiciones de su vida en la universidad, que eran muy, pero muy anticuadas. Vivían en una especie de convento. Entonces se rebelaron contra la administración, las apoyé en su rebelión, y eso fue demasiado para la administración de la universidad.” 

Zinn escribió en el epílogo de La otra historia: “Recién cuando entré al cuerpo docente del Spelman College fue (…) que comencé a leer a historiadores afroestadunidenses que nunca habían aparecido en mi lista de lecturas en la enseñanza secundaria. En ninguna etapa de mi formación en historia había aprendido acerca de las masacres de los negros, que sucedieron una y otra vez a lo largo de la historia estadunidense, en medio del silencio de un gobierno nacional comprometido por la Constitución a proteger la igualdad de derechos para todos”. 

La escritora ganadora del Premio Pulitzer y autora de El color púrpura, Alice Walker, fue alumna de Zinn en Spelman. Dijo que Howard Zinn fue uno de sus profesores más divertidos. Recordó por qué había sido expulsado de Spelman hace décadas: “Lo expulsaron porque nos amaba, y nos mostraba ese amor simplemente al estar con nosotros. Amaba a sus alumnos. No veía por qué debíamos ser ciudadanos de segunda clase. No veía por qué no podíamos comer donde queríamos y dormir donde queríamos, ni estar con la gente que queríamos estar. Entonces, él estaba con nosotros”.

Hace algunos años, Zinn fue invitado a Spelman para dar el discurso de la ceremonia de graduación y recibir un título honorario. 

El reconocido lingüista y disidente político Noam Chomsky era un viejo amigo de Zinn: “La frase de él que siempre resuena en mi cabeza es su admiración y su estudio detallado de lo que denominó ‘las innumerables pequeñas acciones de gente desconocida’ que provocaron esos grandes momentos que forman parte del registro histórico, un registro que simplemente no se puede comenzar a entender a menos que se tengan en cuenta esas innumerables pequeñas acciones. Y él no sólo escribió acerca de ellas en forma elocuente, sino que además participó en ellas”. 

Howard Zinn editó, junto con Anthony Arnove, el libro Las voces de la otra historia de Estados Unidos, que recopila discursos, cartas y otros materiales originales de esos “desconocidos” que formaron este país. A partir del libro se hizo un documental con la participación de celebridades, que se estrenó en el History Channel apenas semanas antes de la muerte de Zinn. Matt Damon, el productor ejecutivo, le dio una gran difusión popular a La otra historia en la famosa película En busca del destino (Good will hunting, en inglés), cuando su personaje, Will, le recomienda el libro a su siquiatra. Matt Damon fue vecino de Zinn en Newton, Massachusetts, y lo conocía desde los 10 años. 

En mayo del año pasado, cuando entrevisté a Zinn, reflexionó sobre los primeros meses de gestión de Barack Obama: “Ojalá el presidente Obama escuchara con atención a Martin Luther King. Estoy seguro de que le rinde homenaje verbal, como hace todo el mundo, pero debería pensar antes de enviar misiles a Pakistán, antes de acordar este enorme presupuesto militar, antes de enviar soldados a Afganistán.

Debería preguntarse: ‘¿Qué haría Martin Luther King? ¿Qué diría Martin Luther King de esto?’ Y si escuchara a King, sería un presidente diferente del que está resultando ser hasta ahora. Creo que debemos hacer que Obama mantenga su promesa de ser diferente y osado, y producir un cambio. Hasta ahora no ha cumplido esa promesa”.

Howard Zinn, 1922–2010, te extrañaremos. 

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna. 

© Amy Goodman 

Texto traducido del inglés por Mercedes Camps y Democracy Now!, spanish@democracynow.org 

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